Producción Escrita Policiaca
Enviado por santyyiiyy • 14 de Octubre de 2013 • 1.110 Palabras (5 Páginas) • 266 Visitas
Nombre: David Santiago Caraballo
Curso: 7°B
Materia: Español
Tema: Producción Escrita Policiaca
¿Quién va a testificar?
Las gotas de suero bajaban lentamente por el cordón conectado a la vena de mi brazo derecho, no sabía por qué estaba allí, tenía conciencia de lo que me rodeaba, mis ojos entreabiertos me lo decían. No podía moverme, ni pronunciar palabra. En una esquina, sobre un sillón verde oscuro, como el color de mi antiguo uniforme, vi una silueta. Era mi esposa que dormía acurrucada en posición fetal. Se puso muy contenta cuando hace unos años, con el cambio de gobierno, me ascendieron a Mayor de la Policía Nacional. Dejé de patrullar las calles y colgué el uniforme. Trabajaría vestido de civil y detrás de un escritorio. Al menos eso es lo que ella pensó. Cuán equivocada estaba.
Con la caída de Abimael Guzmán y el fin del terrorismo, me sentía más seguro. El peligro ha pasado. Ya hasta había olvidado los días de la obediencia debida. Cuando tuve que acatar la orden de disparar contra esa gente indefensa que luego supe que solo celebraba una fiesta en el centro de Lima. Pero eso quedó atrás. Ahora sólo me encargaba de proteger al “asesor”. Era tarea fácil. Siempre andaba bien resguardado en el Pentagonito o en su búnker de la playa. Nadie se atrevería a hacerle daño.
Tocaron a la puerta. Mi esposa despertó. Era el neurocirujano. Pude ver por la puerta entreabierta a dos uniformados. ¿Estarían ahí para protegerme? El doctor le explicó a mi mujer:
-La bala penetró el cráneo a la altura del lóbulo parietal izquierdo, con orificio de salida a la altura del lóbulo frontal derecho, en sentido diagonal.
-¿Se recuperará?- preguntó Silvia, mi esposa.
- Aún es muy pronto para saberlo-dijo el doctor-. Lo peor ya pasó-agregó-. Pero todavía es cuestión de tiempo. Puede haber secuelas. Pérdida del habla y la memoria. Dificultad en el sistema nervioso y motriz. Su recuperación será lenta y requerirá de muchos cuidados, pero sobrevivirá.
Postrado en la cama del Hospital de Policía y en estado de coma. Poco a poco caía en cuenta de mi situación. Trataba de recordar. No podía moverme. No podía darle una señal a Silvia, una señal que aliviara su dolor, el dolor de verme postrado en ésta cama con la cabeza vendada. Se acercó, me besó la mejilla y me dijo lo mucho que me amaba. Silvia había estudiado un curso de control mental años atrás y sabía que la música era una buena terapia en casos de pacientes comatosos como yo.
-He traído música para que te relajes-. Me dijo Silvia con cariño.
Colocó un disco compacto en un tocadiscos portátil. Suaves melodías de pajaritos cantando y hojas rebotando entre sí al paso del viento, y finos punteos de guitarra, me transportaron mentalmente a imágenes de bosques con árboles gigantescos atravesados por rayos de sol. Acariciándome la mano, Silvia anunció que iría a la cafetería del hospital a buscar algo de comer. No podía ver sufrir así a la mujer que amaba, la que me había apoyado siempre, la que me alentaba cuando me sentía desmoralizado, la madre de mis hijos, mi fiel compañera. Parpadeé los ojos y moví levemente el dedo índice de la mano derecha. Pero no se dio cuenta.
...