Proyecto Tren
Enviado por Luciana Tomie • 18 de Mayo de 2017 • Documentos de Investigación • 2.033 Palabras (9 Páginas) • 192 Visitas
En el escenario se ven diferentes espacios. Una habitación desordenada a un costado. Una mesa y sillas hacia el otro costado. En el medio elementos que hacen la idea de calle. Personas de cartón rígidas, algunos baches. Sobre el fondo se proyecta la imagen de una estación de trenes.
En la habitación se ve una mujer sobre la cama en camisón. Le habla al público.
-¡Siempre llego tarde!, la impuntualidad mata decía mi abuela que era un poco exagerada. (Sale de la cama y actúa lo que va relatando) Me visto a toda velocidad. (Elije ropa al azar sobre una montaña de ropa sucia y agarra un bolso)
-¿Dónde deje las llaves? ¿Porque soy tan desordenada? (Mira al público, cambia a intelectual) Estas son las preguntas que me aquejan todas las mañanas antes de salir para el trabajo. Hay científicos que dicen que las personas desordenadas son en realidad genios productivos. En vez de preocuparse por los detalles minúsculos, los desordenados tienden a concentrarse en lo grande. Prefieren enfocar todo su tiempo y atención a la tarea importante en vez de preocuparse por otras cosas. Esto los hace más aventureros y dispuestos a dar un paso más.
No es malo ser organizado, pero un poco de desorden tampoco es malo. Déjate inspirar de tu ambiente desordenado y trata de no preocuparte por limpiar la casa ahora. Acuérdate que es importante tener un balance sobre el desorden y lo organizado.
"Ser desordenado puede ser simple y hermoso, y es por eso que produce tantas personas innovadoras´´
(Sale a la calle) Empiezo a trotar porque viene el colectivo pero lo pierdo, entonces comienzo a caminar a velocidad (se pone un casco, rodilleras y otros elementos como preparándose para una maratón. Muestra como atraviesa la ciudad como si fuera un video juego) esquivo baches, pierdo una vida tropezando con una baldosa rota, esquivo transeúntes apurados y discuto con personas que caminan demasiado lento ocupando todos los lugares libres por donde podríamos pasar nosotros: ¡la gente que llega tarde! (discute con las personas de cartón que simulan peatones)
(Se frena de golpe y reflexiona cambiando a persona intelectual) Un escocés de 57 años, llamado Jim Dunbar, es la primera persona en el mundo diagnosticada oficialmente con "tardanza crónica". Una patología que no está reconocida por el manual de desórdenes psiquiátricos en el que se basan para diagnosticar enfermedades mentales, pero que sí podría ser la causa/consecuencia de otro tipo de trastorno. ¡Tengo que sacar turno con el medico! (continua con la caminata)
Llego a la estación de trenes, busco desesperada la sube en mi bolso, me confundo y agarro el carnet de la obra social sigo la búsqueda revolviendo con la mano el bolso, creyendo haberla encontrado saco una tarjeta que me habían regalado el día anterior en el subte, vuelvo a meter la mano y nuevamente doy con el carnet. Ya dándome vuelta para volver a mi hogar con fatalidad creyendo haber olvidado la sube mis dedos hacen el último intento y doy con ella victoriosamente. (Exhibe la SUBE al público como si fuera un trofeo) Riendo por mi momento de suerte me dirijo a sacar el pasaje. Pero cuando llego a los andenes los trenes ya se fueron y el último en salir ya emprendió la marcha y se aleja lentamente, tan lentamente que creo que se está burlando de mí, como a los chicos cuando les ofrecen un dulce y se lo sacan. Ridículamente corriendo al lado del tren llego hasta la cabina del maquinista y le imploro que me deje subir. (Hace al público la escena sobre objetos imaginarios y sobre la imagen del tren en el fondo del escenario)Ante su negativa me carcome la ira por las injusticias de la vida, giro abatida para volver a mi hogar pero diviso otro tren más lejos, corro hacia él y cuando estoy a punto de subir se cierran las puertas. Intento abrirlas con la fuerza de mis manos pero es inútil entonces decido meterme por una ventana abierta pidiendo ayuda a los pasajeros que hacen como si no me escucharan. Mi ira crece y comienzo a patear la puerta, como nada sucede agarro una piedra e intento romper los vidrios de la puerta pero la piedra rebota como una pelota. ¿Porque a veces los objetos adquieren otra materialidad? (reflexiona abandonando la acción anterior como si no importara. Habla al público en posición intelectual pero desganada) Una vez en la radio escuche que un experimento científico basado en cálculos rebelo que si un ser humano entra en contacto con vidrio sosteniendo el tacto sobre él durante 280 años lograría traspasarlo. La materia sólida no es tan sólida en realidad: está formada por átomos, entre los que hay espacio… lástima que un ser humano viva menos tiempo que el que se necesita para sostener un vidrio, me hubiese gustado ser el conejillo de indias que compruebe la veracidad de la teoría.
El tren se aleja con mayor velocidad dejándome tirada en el piso odiando al mundo mismo. A veces me gustaría que exista un ministerio de la vida donde uno pueda quejarse de los avatares, injusticias y fallas del sistema. En esos momentos me gustaría tomar ese ministerio y prenderlo fuego pero calmo mi ira vistiéndome de negro de pies a cabeza eso me relaja ya que siento que saco la oscuridad de mi interior hacia afuera.
(A público) He aquí un día común en mi vida (Se quita los elementos de protección que hacían a la simulación de video juego) Nací con un nubarrón en la cabeza. No soy una persona necesaria para el mundo eso lo comprendí hace tiempo.
Sin amigos, soltera, hija única, con un trabajo mediocre que se va al tacho pero soy mi propio jefe... Tengo un vivero. Mi mama siempre me decía: Te compenetras tanto con tu trabajo que ya te estas mimetizando y pareciendo a una planta.
(Mientras relata acciona) Cuando era niña jugaba a que no era un ser humano, que tenía un traje de persona que se mantenía presionando cada 5 minutos un botón invisible que tenía en la yema del dedo meñique. Solo bastaba recordar que había que presionar el botón a tiempo, de no ser así corría el riesgo de que el traje se derritiera y quedara expuesta mi verdadera identidad que era la mezcla de un monstruo con un extraterrestre. Varias veces había estado al límite del tiempo necesario para presionar el botón que además de apretarlo también requería del procedimiento de estirarse un poco la cara ya que esta se arrugaba. Recuerdo la exaltación por recordar sobre el último minuto apretar el botón imprescindible y desplomarme por haberlo hecho a tiempo como si se tratara de desactivar una bomba de la cual dependiera la vida de todo el planeta tierra. Este juego precioso me dejo sin amigas porque los padres les pedían que no se junten más conmigo una vez enterados del juego al que jugábamos. Una reunión de mi maestra con mis padres asesorándolos de que necesitaba seriamente encarar un tratamiento psicológico.
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