Psicologia
Enviado por bsalda • 29 de Mayo de 2014 • 5.853 Palabras (24 Páginas) • 220 Visitas
INTRODUCCION
En esta unidad trabajaremos al ser humano como un ser social, ya que su comportamiento es el producto de una época y una sociedad particular que determinan sus costumbres y expresiones.
Visualizamos manifestaciones que debemos entender que ellas surgen del impulso exterior y también de las influencias de la sociedad en el hombre, como la formación de impresiones, la atribución y atracción, el prejuicio, la persuasión y los papeles sociales los cuales son el resultado del contacto del hombre y la mujer con otros seres humanos.
DESARROLLO DEL TRABAJO
Unidad II– LA PSICOLOGIA SOCIAL
El ser humano es un ser esencialmente social. Pregunta Marx:”¿escoge el ser humano las relaciones sociales que le corresponden?” y se responde: “claramente ¡No!, las relaciones sociales lo condicionan a él”. Por irónicas que parezcan las valoraciones de nuestro entorno social, respondemos a ellas, las reproducimos en nuestro comportamiento. Podemos revelarnos contra ellas, exigir una revolución cultural, pero nos costaría el desprecio de una sociedad que venera y valora sus tradiciones.
El ser humano es el producto de una época y una sociedad particular que determina sus costumbres y expresiones posibles.
Capitulo 1: LAS RELACIONES INTERPERSONALES
La formación de impresiones, la atribución y atracción, el prejuicio, la persuasión y los papeles sociales son el resultado del contacto del hombre y la mujer con otros seres humanos. Entender al ser humano es muy complejo, por eso en este primer capítulo se precisará lo primero que ocurre en el hombre con las interrelaciones sociales, el hombre se construye en sociedad y por eso es indispensable entender como incide ella en nosotros y como el hombre y la mujer pueden cambiar su influencia social e impedir hasta cierto punto comportarse de manera injusta y discriminatoria en las relaciones sociales.
Lección 16: Formación de impresiones
Cuando empezamos a conocer a las personas, quisiéramos descubrir su interior y con ese conocimiento poder ajustar nuestras expectativas y conductas frente a ellos. No es de extrañar que ante la imposibilidad de conocer a fondo de una forma u otra, recurramos a formar nuestras propias impresiones con poca evidencia; fijamos nuestra atención en la ropa, los gestos, la manera de hablar, el tono de la voz etc., y según lo que observamos vamos instalando a las personas en unas categorías ya establecidas por nosotros gracias a nuestra experiencia pasada en el trato con las personas. No importa que el tiempo de contacto sea aún muy limitado o que anteriormente nos hayamos equivocado con nuestras primeras impresiones. Seguiremos clasificando y categorizando a los individuos en nuestro primer encuentro.
Los esquemas son un conjunto de creencias o expectativas sobre algo a alguien. Estas creencias son construidas también con respecto a situaciones pasadas. Dichos esquemas tienen varias funciones, entre ellas nos permiten inferir cosas a acerca de las personas y responden a un esfuerzo constante del hombre por entender a sus semejantes y a sí mismo. Las particularidades son múltiples y complejas lo cual lleva al ser humano a incluir tanta diversidad en grupos específicos.
Sobre el efecto de primacía se mostraron que en el conocimiento de una persona, son limitados nuestros esfuerzos mentales ya que preferimos nuestra primera impresión en lugar de indagar y esforzarnos por interpretar cada detalle. Tener la capacidad de descubrir constantemente nuevas características en nuestros semejantes puede mejorar nuestras relaciones sociales.
Es muy frecuente que las categorías, esquemas y estereotipos que hemos construido sobre las personas dificulten nuestras relaciones sociales, ya que generalmente las predisposiciones con alguien pueden derivar respuestas tales como conductas negativas. Es posible que las primeras impresiones se modifiquen si se hace énfasis en el hecho de dejarse llevar plenamente por ellas, es importante tenerlas en cuenta, sólo como un primer paso de la complejidad de un ser humano.
Lección No. 17 Atribución y Atracción
Es muy frecuente que nos preguntemos por qué cierta persona actúa de forma particular. Las interacciones sociales están llenas de situaciones, en las cuales ciertas conductas nos invitan a emitir juicios acerca de las causas de los diversos comportamientos. Los psicólogos sociales llaman a estos juicios y a los principios derivados de ellos teoría de la atribución.
Frits Heider 1958, argumento que una explicación simple o “ingenua” para una conducta, se atribuye normalmente a un factor interno o externo pero no a los dos.
Harold Kelly 1967, por su parte, da una descripción de la conducta partiendo de tres tipos de información con respecto a su causa: información de distinción, información de consistencia e información de consenso.
Cuando se hace una atribución se está intentando adivinar las causas verdaderas de una acción particular.
Se ha afirmado que la atracción y el gusto entre las personas están vinculados a situaciones como la proximidad, la atracción física, la similitud, el intercambio e intimidad.
La proximidad puede ser el factor más importante que determine la atracción y hace referencia a la cercanía, la cual no solo permite la convivencia sino la seguridad y comodidad que sentimos con las personas y cosas conocidas.
La atracción física influye a partir de las conclusiones que tenemos con respecto al carácter de una persona, pues este tiene consecuencias materiales.
La similitud en las actitudes, intereses y creencias son determinantes en el atractivo personal. Cuando una persona comparte nuestras actitudes e intereses tendemos a tener sentimientos más positivos hacia él o ella. Encontrar otras personas que estén de acuerdo con nosotros, fortalece nuestra autoestima. No ha sido comprobado y es muy poco probable que una persona se sienta atraído por su contrario; lo que suele suceder es que se atraigan personas con cualidades complementarias que llegan a ser muy compatibles.
La teoría del intercambio, consiste en que generalmente nos gustan más las personas que asociamos con recompensas, las cuales irán en aumento según nuestra percepción. En tanto ambas personas sientan sus intercambios mutuos progresivos y constantes,
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