QUIÉN TIENE EL MONO?

¿QUIÉN TIENE EL MONO?

En muchas ocasiones surge la pregunta ¿Por qué a los gerentes se les acaba el tiempo mientras que a sus subordinados se les acaba el trabajo?, William Oncken, Jr. y Donald L. Wass publicaron un artículo al que denominaron ¿Quién tiene El Mono? en el cual realizan ciertas consideraciones con respecto a esta situación, sugiriendo que existen tres tipos de presión impuesta por la administración del tiempo: Jefe, Sistema y Yo.

El tiempo impuesto por el jefe es el empleado para realizar aquellas actividades que el jefe requiere y que el ejecutivo no puede omitir, sin penalización directa o sumaria. El tiempo impuesto por el sistema es el utilizado para responder a los requerimientos de apoyo procedentes del ejecutivo del mismo nivel.

El tiempo auto impuesto es el usado para realizar cosas que él acepta hacer, parte de este tiempo será comprometido con sus subordinados, por lo que se denomina tiempo impuesto por los subordinados y el tiempo restante es del que realmente dispone el gerente y se denomina tiempo discrecional. Es así como en su mayoría los gerentes dedican más tiempo en tratar los problemas de sus subordinados de lo que ellos imaginan.

En la metáfora planteada por Oncken y Wass presentan a un gerente caminando por los pasillos de la empresa, cuando uno de sus empleados se acerca y le dice “Jefe tenemos un problema” de modo que una vez escuchado el conflicto el gerente le dice “Gracias por hacérmelo saber. En este momento estoy apurado, pero déjeme pensarlo y hablamos luego” el tiempo impuesto por el subordinado comienza en el momento en que el mono pega el brinco de la espalda del subordinado a la espalda del gerente. El gerente ha aceptado que se le transfiera la responsabilidad (el mono) asumiendo voluntariamente la posición de subordinado.

De igual manera otros subordinados van dejando monos en la espalda del gerente, por lo que al final de la semana tendrá una gran cantidad acuestas. Ya entrada la tarde del viernes el gerente se encuentra encerrado en su oficina evaluando la situación, mientras que sus subordinados se encuentran afuera para recordarle que hay cosas esperando.

Lo peor de todo es que la razón por la que el gerente no puede dar los siguientes pasos, es porque su tiempo está casi totalmente consumido por la necesidad de cumplir con su propio tiempo impuesto por el jefe y el tiempo impuesto por el sistema. Para poder controlar estas tareas necesita tiempo discrecional que al mismo tiempo ha sido devorado por sus preocupaciones acerca de todos esos monos que le han montado en la espalda.

Se va a casa para volver a la oficina el sábado a ponerse al día. Al día siguiente de camino a la oficina ve a un grupo de personas en un campo de golf disfrutando de su deporte favorito, los cuales no eran otros que sus empleados... es cuando se da cuenta que mientras más se involucre y se deje enganchar más se va a atrasar, toma la firme decisión de gerenciar su tiempo y encontrar la manera de que los monos pasen de nuevo a sus subordinados, transfiriendo la iniciativa y dejarla allí; sin embargo, antes de desarrollar la iniciativa los subordinados, el gerente debe asegurarse que ellos tiene la iniciativa. Realizar la entrega del mono representa imponer a los subordinados la obligación de pensar en eso (el tiempo que consume en hacer esto, forma parte del tiempo discrecional del jefe y tiempo impuesto por el ejecutivo para el subordinado).

El trabajo del gerente, en relación con las iniciativas de sus subordinados, tiene dos aspectos: primero, invalidar el uso de las iniciativas de esperar hasta dialogarlo y preguntar lo que hay que hacer, y no dejar más elección para ellos que aprender y dominar el trabajo integral del empleado, y de ahí en adelante asegurarse de que cada problema que abandona su oficina tiene claro el nivel de iniciativa, adicionándole un tiempo definido y acordado, con la determinación del lugar y fecha en que tendrá lugar la siguiente

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