¿QUÉ DEBE SABER HACER UN PROFESOR PARA MEJOR COMPRENDER Y ORGANIZAR SUS CLASES?

INSTITUTO “SAN ALBERTO Y SAN ENRIQUE”

EDUCACIÓN SUPERIOR

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PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN ECONOMÍA

PRÁCTICA DOCENTE IV

“¿QUÉ DEBE SABER HACER UN PROFESOR PARA MEJOR COMPRENDER Y ORGANIZAR SUS CLASES?”

Profesora: Cintia Diez

Estudiante: María Elena Arce García – D.N.I. 29.045.771

Curso: 4° año

02 de Agosto de 2.022

ÍNDICE

¿QUÉ DEBE SABER HACER  UN PROFESOR PARA MEJOR COMPRENDER Y ORGANIZAR SUS CLASES?

Introducción

Como el filósofo francés Alain dijo, hace ya tanto tiempo: “Nadie aprende a dibujar mirando a un profesor que dibuja muy bien. Nadie aprende a tocar el piano escuchando a un virtuoso. Del mismo modo, me he dicho con frecuencia, nadie aprende a escribir ni a pensar, escuchando a un hombre que hable y piensa bien. Hay que intentarlo, hacer, rehacer, hasta que el oficio se haga carne.”(Melina Furman; 2021, p. 70)

Estas palabras me llevan a considerar que, un profesor, debe saber y ser de todo, debe tener su mochila llena. ¿Llena de qué? se preguntarán. Y la respuesta sería una lista muy extensa de recursos, valores, capacidades, habilidades, destrezas, conocimientos y más; que las voy a sintetizar en una sola palabra: “maleabilidad”. Un docente debe ser maleable, sus recursos deben serlo, sus decisiones, estrategias, también sus conocimientos.

 En las siguientes páginas les presentaré, paso a paso, cómo ir llenando esa enorme mochila de “artículos maleables”, que nos permitirán cumplir el objetivo de todo docente: que sus estudiantes logren un verdadero aprendizaje significativo y adquirir interés por el conocimiento. Que se lleven, en su propia mochila, las capacidades necesarias para continuar su vida: compromiso y responsabilidad, aprender a aprender, pensamiento crítico, resolución de problemas, trabajo con otros y comunicación.

Preparando la “Mochila” para un mejor fututo

La tarea del docente transcurre siempre en un espacio y tiempo determinado, no podemos reducirlo sólo al aula; como sabemos, es un accionar complejo que se inicia mucho antes y no debería tener fin.

Para ingresar a la Institución con la mochila cargada, debemos primero preparar la clase, una tarea no muy sencilla. Para ello, es fundamental tener incorporado el contenido a enseñar, desglosarlo, conocer su origen e importancia, “que tenga muchas lecciones de ventaja respecto de sus alumnos” (Liliana Sanjurjo; 2008, p.132). ¿Por qué este contenido es maleable? Porque cambia a través del tiempo, se realizan nuevos descubrimientos, se adapta al grupo, al entorno, siempre se debe actualizar y debemos ir incorporando nuevos aportes sobre el tema. Es fundamental seguir capacitándose para poder enseñar.

El contenido que el docente debe transmitir está estipulado en el Curriculum correspondiente pero, como hemos trabajado a lo largo de nuestra formación, podemos adecuarlo al grupo o a una situación particular. Ejemplo de este caso es la reciente pandemia atravesada, donde se han tenido que seleccionar contenidos prioritarios.

Próximo paso, la planificación. En este punto el docente pone en acción todas sus habilidades. Considero que es fundamental conocer el grupo donde la misma se va a poner en marcha. Debe saber la importancia de lo social en el aprendizaje, como afirmaron ya Piaget y Vigotsky, entre otros. “Una clase es una pequeña sociedad” (Liliana Sanjurjo; 2008, p.118), es primordial comprenderla para lograr el objetivo.

En la planificación debemos incluir los dispositivos que vamos a utilizar para organizar y concretar las clases, hay que considerar que la misma se caracteriza por su inmediatez, simultaneidad e imprevisibilidad; debemos suponer la mayor cantidad de situaciones posibles, pero nunca va a ser estática, sólo planteamos alternativas de acción. Esos dispositivos son creados por el docente, incluyen las técnicas a utilizar, los recursos y estrategias. Para la creación de la misma tenemos que tomar en consideración ciertos procesos necesarios para lograr el aprendizaje de los estudiantes: “generar conflicto; hacer surgir las representaciones previas; trabajar a partir de ellas; ayudar a construir nuevos conceptos y teorías; promover una sólida elaboración de los mismo; ejercitar el uso de los nuevos conocimientos y hacerlos aplicar a situaciones complejas”. (Liliana Sanjurjo; 2008, p.153) Para lograr lo antes mencionado, como docentes, tenemos que disponer en nuestra mochila de variedad de recursos, innovar en el uso de los espacios, tiempos y agrupamientos, también considerar las nuevas tecnologías y su correcto uso. Para generar conflicto se deben recuperar las ideas previas del alumnado, a través de preguntas disparadoras, videos o mapas conceptuales que los acerquen al tema a tratar. No podemos dejar de lado que esas ideas muchas veces son erróneas o escasas, y es un proceso complejo modificarlas; pero siempre debemos traerlas al presente para lograr anclar los nuevos contenidos. Al decir de Vigotsky, el docente debe trabajar en la Zona de Desarrollo Próximo. Las decisiones que el docente tome en cuanto a cómo presentar el contenido se relacionan con las propias características del mismo y del grupo. Su planificación debe incluir un abanico de posibilidades de acceso, para despertar el interés de todos y cada uno de sus estudiantes, considerando su heterogeneidad. Al surgir esos conocimientos previos, los utilizamos como punto de partida.

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