Que Y Como Aprender
Enviado por natitita • 7 de Marzo de 2012 • 480 Palabras (2 Páginas) • 501 Visitas
LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LA ESCUELA PRIMARIA.
La historia como identidad nacional.*
Jean Meyer.
Explicare brevemente el tema que aborda el autor Jean Meyer acerca de la historia como identidad nacional.
En este tema Meyer se refería que la entidad nacional es lo que individualiza a las naciones en el contexto del mundo y que les da un modo de ser particular, a sus hombres y mujeres. Vista así la identidad nacional viene a ser, pues, una proyección calificada de las identidades individuales, lo mismo que la de todo un continente es el efecto de la expresión armónica de sus respectivas naciones culturales. Si habláramos a nivel cósmico, lo cual sin duda alguna será posible más temprano que tarde, dijéramos que la identidad del planeta Tierra es la proyección unificada del espíritu que reflejan sus continentes. Por supuesto, el trasfondo de esa escala de identidades es la cultura ósea lo que los hombres hacen a través del tiempo y con base en sus respectivos espacios. Cuidar, pues, la identidad nacional no supone declararles la guerra a las influencias de otras culturas. Es más bien preocuparse porque esas influencias sean integradas a lo que ya somos como mexicanos, para serlo cada vez más y para serlo mejor. Ello, por supuesto, requiere que tengamos clara conciencia de nuestra individualidad y que, no renunciando a la misma porque no nos acarrea vergüenza, queramos su desarrollo y afianzamiento a la par del progreso moderno.
La tarea, pues, consiste en definir esa identidad nacional y luchar por su aceptación como un valor no despreciable al ser la obra concreta de unos hombres auténticos que también trabajan en el mundo.
Es claro que, como hemos dicho más arriba, nuestra identidad como pueblo, si bien ya tiene rasgos inequívocos, aún es muy débil, pues el fortalecimiento de la misma no resulta del atraso, sino más bien del desarrollo multifacético.
El historiador que anda en búsqueda de la identidad nacional puede llegar a la catástrofe, el problema no es conocer la identidad para mejor preservarla, sino garantizar la diversidad que se manifiesta, por unas identidades a la vez sensibles e imprecisas.
La idea de civilización exige una sociedad a la vez abierta y cerrada, en equilibrio constantemente reconstruido, en tres niveles que no se encuentran nunca en forma absoluta; la humanidad, el grupo y el individuo.
Es cierto que la historia es un elemento de la identidad nacional, la veracidad de los llamados mitos fundadores.
Como ciudadano mi ilusión es que nuestra concepción de la vida pública estemos pensando de una sociedad en la cual la legitimidad viene de la tradición a una sociedad regida.
La memoria, la tradición, la historia dejaría entonces el lugar no al olvido, sino a algunos principios universales. Así mismo la historia puede también ser “maestra de vida” y, como tal, factor positivo
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