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Quien Se Ha Llevado El Queso


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  1.779 Palabras (8 Páginas)  •  300 Visitas

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Esta lectura nos enseña que todo cambia en algún momento y que todo tiene un fin común: el cambio.

Nos transmite un mensaje significativo en nuestra vida cotidiana, con cuatro personajes y un queso; este ultimo representa cualquier cosa que queramos alcanzar, el laberinto es el mundo real, con zonas desconocidas, callejones sin salida y habitaciones repletas de queso.

Es un libro extraordinario, se puede aplicar en cualquier instancia de nuestra vida, en cualquier situación, ya que todos poseemos las características de los ratones y liliputienses, somos una mezcla de sencillez y complejidad, de miedos y virtudes.

¿Quién se ha llevado mi queso? Es la pregunta que nos hemos hecho al menos una vez en nuestra vida, es la pregunta que nos ha hecho levantarnos y seguir adelante o estancarnos en nuestra mediocridad esperando que nuestros problemas se resuelvan por si solos, y esto pasando una y otra vez de la misma manera.

En la historia que nos relata Spencer Johnson, muestra a 2 ratones (Fisgón y Escurridizo) y a 2 liliputienses (Haw y Hem) seres que se parecen mucho a nosotros los humanos.

Estos 4 personajes son parte de una narración extraordinaria, que nos hace ver como gira el mundo mientras nosotros seguimos viviendo en nuestro pequeño mundo (este puede ser nuestro trabajo, la escuela, nuestras relaciones, etc.) creyendo que todo sigue igual y que seguirá así por siempre. Creemos vivir en un mundo de hadas “Donde, después de unas cuantas dificultades vivimos felices para siempre”. Mentira, eso no existe, nunca ha existido ni existirá jamás, porque el mundo gira, se mueve constantemente, y para poder seguir creciendo, desarrollarnos y avanzar, debemos de movernos con él, de lo contrario nos quedaremos varados, estancados, llenos de rencor y culpando a los demás por nuestros errores.

Porque la vida es como andar en bicicleta, para mantener el balance, hay que mantenerse en movimiento.

Erase una vez dos ratoncitos llamados "fisgón" y "escurridizo" y dos hombrecillos diminutos: "Haw" y "Hem" que vivían en un laberinto. Pretenden representar las partes simples y complejas de nosotros mismos, independientemente de nuestra raza, sexo o nacionalidad.

Los personajes representan 4 de nuestras facetas, diferentes formas de actuar en distintas circunstancias.

En nuestra juventud predomina la actitud y las acciones de Fisgón y Escurridizo, siempre alertas, listos para cualquier cambio, nos dejábamos guiar por nuestro instinto, estábamos más que listos para iniciar cualquier aventura, sin importar que tan imposible o difícil pareciera.

Más adelante, conforme paso el tiempo en algún momento entre nuestra etapa adolescente y la etapa madura, perdimos la garra, el entusiasmo, las ganas, dejamos de creer en ese sentimiento que nos guía a cosas nuevas, alcanzar nuevas metas.

Creímos que con alcanzar algunos objetivos habíamos satisfecho nuestra existencia y nos quedamos estancados, creyendo que eso fue todo, que no hay más. En ese momento nos convertimos en Hem y Haw.

Desgraciadamente o agraciadamente, la vida no es así, el mundo en el que vivimos no se rige por esa regla, está en un constante y rápido movimiento en cual nosotros debemos saber desempeñarnos actuando de la manera más adecuada para no quedar sorprendidos y estancados en nuestro pequeño mundo, del cual no nos queremos mover.

El laberinto juega un papel muy importante en la historia, ya que representa a la vida, con su incertidumbre, sus cambios repentinos y sus obstáculos.

La narración está plagada de metáforas sobre la vida y la forma en cómo la abordamos. Los zapatos que usa cada personaje para caminar y buscar el queso que los hará felices, representan a las herramientas con las que contamos cada uno de nosotros para salir día a día y buscar nuestro pedazo de queso que nos hará felices.

Este queso, puede ser algo material o no, cada uno de nosotros buscamos ese algo que nos hará felices, y varia de persona a persona. Y, aunque muchas personas le den tanta importancia a lo material, bien podría esta narración y este queso adoptarse en cualquier situación.

Cuando hemos encontrado por fin nuestro queso, cuando nos hemos realizado en algún punto de nuestras vidas, generalmente tomamos la actitud de los liliputienses. Nos estancamos y dejamos de alistarnos, empezamos a hacerlo rutina y cuando menos nos damos cuenta, convertimos aquellos que tanto anhelábamos en una costumbre.

Cuando cambian nuestro queso de lugar, entramos en pánico y dejamos de pensar como los ratones, permitimos que el miedo se apodere de nosotros y nos hacemos las victimas pensando que eso no debería de pasarnos a nosotros. No buscamos solución y nos hundimos en nuestro propio sufrimiento como paso con Haw y Hem.

Es cuando debemos de cambiar y buscar nuevas opciones, queso nuevo, debemos estar preparados como los ratones, con nuestros tenis listos para emprender una nueva búsqueda si es que hay cambios, debemos pensar positivamente como Haw y dejar de lado nuestros miedos para seguir adelante y encontrar nuevos horizontes.

Si no estamos preparados y no notamos los pequeños cambios, nos tomara por sorpresa y quedaremos paralizados sin saber cómo resolver nuestros problema, es ahí donde podemos empezar a actuar como Hem o como Haw.

Cuando Haw escribe algunas frases sobre el laberinto, nos dice que es lo que debemos hacer en nuestra búsqueda por nuestra felicidad y como manejar los cambios de la mejor manera y de qué manera nos beneficia ser una persona flexible y simple.

“Tener queso te hace feliz”, escribe Haw en el Depósito de queso, tener lo que anhelamos nos hace felices, muchas veces soberbios y altaneros, nos hacemos tan dependientes del queso, que cuando

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