RECUERDOS DE MI INFANCIA- FATIMA

RECUERDOS DE MI INFANCIA

En una lejana ciudad del Valle Jequetepeque, en una humilde casita, vivía una niña de 11 años junto a sus abuelos que la criaron desde que era una bebé, y ella aprendió a llamarlos papá y mamá.

Esa niña iba creciendo era la adoración de su abuelito, hacían muchas cosas juntos salían juntos a caminar, él la llevaba a comprar su periódico y juntos acompañaban a su abuelita a hacer las compras para la comida al mercado. Su abuelito trabajaba en el campo, es un hombre luchador, responsable y amoroso. Su abuelita también era una persona trabajadora, humilde, sencilla, solidaria y de buen corazón.

Guardo un recuerdo en mi memoria, anécdota contada por mi tía, que esta niña apenas aprendiendo caminar, tenía una sonrisa enorme y encantadora, pero sobretodo esta niña tenía un vínculo muy fuerte con su abuelito y su abuelita, quienes la consentían mucho. Ella un día lo encontró durmiendo en el sofá y en su inocencia se le acercó y le dio beso en el pecho, inmediatamente su papito despertó la abrazo y le dio muchos besitos. También su tía le conto que siempre la acompañaba a su abuelita a vender al mercado y siempre la echaba a dormir dentro de una camita que ella le  hizo debajo de su puesto.

La niña iba creciendo y entro a la primaria, era muy timida y cuando llegaba a casa su abuelito le daba su premio a veces un chocolate o la hacía sonreír, mientras bailaban durante el almuerzo familiar, su abuelita los deleitaba con su hermosa voz . Ella se sentía muy feliz y le gustaba bailar y escuchar a sus abuelitos.

Pasaron 2, 3,4 meses y empezó a enfermarse su abuelito, ella se sentía muy mal en el colegio se sentía triste, sola, sin nada, sin nadie, ella solo quería ver a su papito feliz y sano, el papito que la hacía reír y bailar todos los días. Ella siempre rezaba a dios y a la virgen María nuestra madre  para que se sane su papito, su abuelito querido. Y cada día que pasaba a su abuelito poco a poco de su enfermedad se estuvo recuperando gracias a la niña. Ella se sintió contenta y su abuelito logro ver en ella una sonrisa muy grande de oreja a oreja.

La niña siempre se divertía en el colegio jugando con sus amigas aunque unas eran buenas y otras un poco creídas pero ella tenía que acostumbrarse. Y al llegar a casa le contaba a sus abuelitos todo lo que el pasaba en el cole desde que llego hasta que salió. Y siempre en familia se iban de paseo a la playa todos los domingos con sus abuelitos, tíos y primos.

Hubo un tiempo que su abuelita empezó a enfermarse y ella también se puso triste,  muy triste que ya no quería vivir y todas las noches se iba y acompañaba a su abuelita para ayudarla porque no podía moverse mucho, la niña le ponía sus medias para abrigarla y le prendía la tele para que vea y se ría un poco y así se pasaba todas las noches la niña al cabo de unas 2 semanas la abuelita empeoro se puso muy flaquita y no quería comer estuvo desganada y le daba ganas de botar todo lo que comía y empeoro su estabilidad al caminar la niña siguió triste hasta que un día su abuelita se sintió muy mal que casi toda la familia estuvo en su cuarto pero ella y sus primos no pudieron entrar estaban muy nerviosos al ver que pasaba, cuando vieron que sus tías empezaron a llorar y a gritar ellos se asustaron y  fueron a ver qué pasaba y a su mami nita como ella le decía le había dado un paro, pero al instante llego ,en ese momento su tío Carlos le dijo que vayan a  jugar con su prima Ángela que ella era pequeña y no podía estar ahí cuando de pronto escucharon que su tía llega llorando y ellos le dijeron que había pasado y les dijo que su  abuelita había muerto ¡MUERTO! Inmediatamente la niña trato de entrar al cuarto se arrodillo, la beso a su abuelita en su pecho le dijo todo lo que la quería, en ese momento empezó a llorar como nunca lo había hecho se paró a un costado y la tuvieron que sacar y desde ahí la recuerda mucho pero logro continuar con sus estudios.

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