REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA

¿REFORMA AGRARIA O REFORMA RURAL?

Absalón Machado C.*

La discusión que plantea el texto propuesto y el cual aborda en detalle el tema en mención, presenta una serie de argumentos coyunturales bajo criterios de beneficio y provecho, además de aspectos negativos e improductivos entre lo que se refiere a la reforma agraria clásica o tradicional y una propuesta que apruebo de manera personal en lo referente a una acertada reforma rural a introducir en nuestro país. Pues bien, bajo tal situación y como mencione con anterioridad coincido totalmente con las apreciaciones discutidas en el escrito en cuestión, toda vez que mucho se ha dicho al respecto en diferentes escenarios políticos y sociales, así como claramente se puede observar en la cotidianidad el hecho de que no prospere en debida forma la reforma agraria que bajo infructuosos esfuerzos ha implementado el Estado con el propósito de favorecer la población rural, ya que lo único que han logrado con ello ha sido una redistribución tradicional y subsidiada de la tierra, obviando en gran medida múltiples circunstancias y situaciones que esto conlleva; es imposible solucionar todo con el hecho de otorgar subsidios mediante el otorgamiento de tierras y títulos, bajo el concepto inequívoco de que tierra es igual a ingresos, es acaso posible concebir tal argumento tan descabellado y pensar que con el hecho de regalar unas cuantas cuadras de tierra todo se va solucionar, es un hecho absurdo desde cualquier punto de vista.

Así las cosas y dentro de los anteriores razonamientos, me permito ejemplificar lo dicho de la siguiente forma, una familia de escasos recursos económicos, de un nivel de educación precaria o nula, a quien el Estado otorgue un título y pueda gozar de una tierra, será posible que sin capacitación alguna, sin una adecuada formación en lo referente a competitividad, administración y diferentes temas que atañen al manejo de la productividad en el sector rural, podrá salir avante y generar ingresos que provean a su núcleo familiar de todo lo indispensable para su subsistencia, como lo es la salud, educación y alimentación, gastos necesarios para llevar una vida digna, la respuesta será negativa, pues todo el proceso productivo ira a ser desarrollado de manera empírica, lo que difícilmente permitirá cumplir con el propósito del Estado, el cual es que el campesinado explote la tierra dentro de adecuados parámetros de eficiencia.

En este orden de ideas, es indudable la necesidad de realizar un revolcón total en la mal llamada reforma agraria y en consecuencia formular una veraz reforma rural, que permita reformar el concepto de tierra como factor de ingreso, un concepto especulativo, como se manifestó en precedencia, de tal forma que exista igualdad y participación para el pequeño campesino. Lo anterior, es reafirmado por el magister en economía de la universidad de Zaragoza Jairo Hernando

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