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REPRESENTACIONES SOCIALES Y METÁFORAS DEL CÁNCER EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII: UNA ANTOLOGÍA DE LUGARES COMUNES

fannyrdz128 de Mayo de 2014

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REPRESENTACIONES SOCIALES Y METÁFORAS DEL CÁNCER EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII: UNA ANTOLOGÍA DE LUGARES COMUNES

RESUMEN

Se hace un análisis descriptivo de fuentes primarias biografías espirituales de las Hermanas de la Visitación en Francia y Bélgica durante los siglos XVII y XVIII y secundarias tratados y diccionarios referentes a los discursos profanos e ilustrados que hacen alusión al “cáncer de seno” en la época. Se ponen en paralelo los contenidos de documentos ilustrados infuyentes en la época y las biografías de las visitandinas, destacando diversas representaciones sociales y metáforas de esta enfermedad probablemente vigentes aun hoy.

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“Los síntomas de una enfermedad son la expresión disfrazada del poder del amor; y toda enfermedad no es más que el amor transformado.” --Thomas Mann, La montaña mágica

“Las pasiones son cánceres, a menudo incurables, de la razón pura y objetiva.”--Emmanuel Kant, Anthropologie

Presentación

Los primeros trabajos que anticiparon una investigación exhaustiva sobre la enfermedad y sus representaciones, basada en un corpus de biografías espirituales de religiosas de los siglos xvii y xviii, fueron realizados por Jacques le Brun (J. le Brun, 1984, 1988). le Brun presentaba desde 1984 un volumen de consulta de cerca de ciento cincuenta tomos contenedores de decenas de vidas de religiosas textos producidos en la orden de la Visitación de chaillot reunidos y clasifcados por la Biblioteca nacional de francia, bnf, y consultables hasta fnales del año 2004 en la sección de historia de la sede de tolbiac en parís, bautizada françois Mitterrand[3]. el volumen del corpus, así como la descripción de los contenidos en lo referente al tema de la enfermedad, y de manera particular en torno al cáncer, atrajeron nuestra atención de inmediato. por un lado, porque los relatos biográfcos permitían comprender, en su contexto histórico, las formas que tomaba la vida cotidiana de estas mujeres en relación con su experiencia de enfermedad, su experiencia de vivir con un “cáncer” en medio de los siglos xvii y xviii, y por otro, porque la movilización de la categoría de “cáncer” como modo de sufrimiento aparecía con una frecuencia inusitada en los textos. ¿a qué se hacía realmente alusión cuando se hablaba de cáncer? ¿cuáles eran las representaciones de esta “enfermedad” en el punto de encuentro entre discursos ilustrados, discursos populares y discursos religiosos de la época? ¿Qué lugares comunes, relacionados con épocas precedentes, podían reconocerse y qué otros lugares comunes podían proponerse como transversales a la modernidad? ¿cuáles eran las metáforas a las que se recurría cuando se hacía referencia al “cáncer”?

Nos d imos a la tarea de consulta r las f uentes citada s por le Brun, intentando esbozar caminos de respuesta a estos interrogantes, que de por sí constituyen un vasto campo de investigación que no pretendemos cubrir en este artículo.

Fuentes y corpus

Los modos de acceder a representaciones sociales de un fenómeno social en una época determinada son muy diversos. para el caso que nos ocupa, le Brun (J. le Brun, 1988) propone una vía de acceso que deja inexplorada, mediante el análisis de “discursos científicos, ideológicos, morales o religiosos”[4] a través de los tratados médicos contemporáneos a los siglos xvii y xviii o anteriores, de la producción de estas biografías, de los artículos de diccionarios editados durante el mismo periodo o anteriores, de los relatos de vida y de muerte y de las memorias que pudieran “aproximarse a la cotidianidad de los enfermos”. consultamos con este propósito, en la sede de tolbiac de la bnf, fragmentos de los tratados de alliot (J.B. alliot, 1698), chappuys (cl. chappuys, 1607), gendron (d. gendron, 1700), y una carta de helvetius cuyos fragmentos habían sido referenciados por le Brun (J. le Brun, 1984). de igual manera consultamos el artículo “cáncer” del diccionario de furetière de 1690 (a. furetière, 1690) y las memorias de saint simon (saint simon, ed. 1989), así como fragmentos de las Memorias de madame de moteville (madame de motteville, ed. 1902).

Pero la fuente que merece principal atención es la de las biografías de las visitandinas. en efecto, los ciento cincuenta tomos se encontraron en la bnf en almacén, bajo la cota ld 1732. el material contenía impresos originales producidos en su mayoría en Burgos. se trata de ediciones de cartas que reportan el deceso de hermanas de la orden de la Visitación en conventos franceses, holandeses y belgas anteriores a 1715. cada texto epistolar está acompañado por una noticia biográfca cuya extensión varía en función de la importancia de la religiosa. dicha noticia puede así ser presentada a manera de “vida abreviada” o “compendio de virtudes”, extendiéndose desde una o dos páginas hasta un poco más de treinta. cada tomo contiene en promedio una decena de relatos, acompañados también por otro tipo de epístolas, circulares y correos referentes al deceso. aunque ningún documento está frmado, el espíritu de cuerpo que se reconoce en ellos y la manera de presentar los encabezados “Viva Jesús” seguido por la denominación de la casa, convento o monasterio de origen nos hace pensar que las biografías fueron escritas por hermanas de la misma comunidad, quienes se abandonaron a menudo a la redacción de descripciones de la vida íntima, a manera de testimonio sobre la vida cotidiana de las hermanas visitandinas.

Indagando un poco más acerca de las consultas hechas al material en la bnf, pudimos precisar que las biografías fueron estudiadas durante varios años en el seminario de la v sección de la escuela práctica de altos estudios, ephess, de parís, bajo la dirección del propio Jacques le Brun, sin que se produjeran a nuestro saber, publicaciones diferentes a las que ya hemos citado. de acuerdo con las citas de las fuentes reveladas por le Brun, tomamos de los cien202 to cincuenta tomos, trece casos en los que se pudo identifcar explícitamente la categoría “cáncer”, como muestra para el análisis que presentaremos.

Una palabra encarnada

Se ha tendido a creer, por el lugar que la palabra “cáncer” ocupa en la literatura contemporánea y en la divulgación hecha por los medios de comunicación, que la noción categorial y la palabra que la soportan, son construcciones muy recientes. sin embargo, los relatos y documentos estudiados muestran bien que esta unidad semántica es el vehículo de representaciones, nociones y metáforas muy antiguas. al respecto, susan sontag dice que la defnición “literal más antigua de cáncer es la de una excrecencia, chichón o protuberancia”. el nombre adjudicado a un campo patológico no muy bien determinado proviene del griego karkinos y del latín cancer, que signifcan “cangrejo”. se inspira, de acuerdo con galeno, “del parecido entre las venas hinchadas de un tumor exterior, y las patas de un cangrejo, y no como se cree a menudo porque la enfermedad metastásica se arrastre y desplace como un cangrejo de río” (s. sontag, 1996).

Esta última referencia coincide ciertamente con la defnición del Dictionnaire Universel de antoine furetière (a. furetière, 1690), en la que identifcamos claramente la infuencia de la medicina de los “humores” de galeno:

C’est une tumeur dure, inégale, raboteuse, ronde & immobile, de couleur cendrée, livide ou plombine, environnée de plusieurs veines apparentes & tortües, plaines d’un sang mélancolique & limonneux, qui ressemblent au poisson appelé cancer ou écrevisse[5].

La presencia de este contenido semántico de la antigüedad en la descripción de los “cánceres” en las biografías visitandinas es un tema de discusión relevante, ya que la descripción de las prácticas terapéuticas de los relatos biográfcos están aún muy inmersas en el espíritu galénico de la teoría de los humores. pero más sorprendente aún es el hecho transversal de la difcultad de erradicabilidad del mal y de su persistencia, imagen que se tiene desde la antigüedad hasta la época moderna. dice en el mismo artículo furetière:

Ce mal a un grand rapport avec cette sorte de poisson, en ce que quand une fois il a pris pied dans un corps, il est presque impossible de l’en chasser, de même qu’il est difcile d’arracher des pinces de l’écrevisse ce qu’elle a une fois attrapé[6].

La defnición de furetière es igualmente sensible al carácter abrupto de la enfermedad así como a su aspecto “cobarde” “lâche”, a su rápido y desmesurado crecimiento y al dolor que padece la víctima, categorías todas presentes también en los discursos modernos.

Elle [la maladie] commence sans douleur, & paraît d’abord comme un pois chiche ou une petite noisette; mais elle croist assez viste, & devient fort douloureuse. Les cancers viennent aux parties glanduleuses & lâches, comme aux mammelles & aux emonctoires[7].

Le representación categorial de “enfermedad que roe, devora y consume”, ya está presente en la defnición de furetière, y puede ponerse en relación con otras como la de la tuberculosis. el Oxford English Dictionary oed contemporáneo (s. sontag, 1996) incluye de hecho la defnición de John of trevisa de 1398 en la que se asocian humores y tuberculosis con consunción: “Whan the blode is made thynne, soo folowth consumpcyon and wastyne”[8].

De la misma forma, el Dictionnaire de l’ancienne langue française de

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