Recomendaciones el deporte amateur para los pesos de cambio
Enviado por sofi34ripoli2 • 13 de Enero de 2015 • Informe • 757 Palabras (4 Páginas) • 198 Visitas
chas son las fantasías por las cuales no se recomienda que un adolecente entrene en un gimnasio o, específicamente, no realice entrenamientos con sobrecarga. Entre otras, podemos escuchar algunas como "le frena el crecimiento", "les deforma el cuerpo", "los huesos no crecerán lo suficiente fuertes", etc, etc.
Lejos de esta realidad, muchas mamás tienen dudas a la hora de dar permiso a sus hijos, ya que no existe una unidad de criterios por parte de los médicos y los profesionales del deporte a la hora de recomendar esta actividad.
A mi modesto entender, la primera pregunta que deberíamos hacernos es por qué un adolecente tiene que ir a un gimnasio. Y las respuestas naturales son: porque lo necesita como complemente para el deporte que realiza (rugby, hockey, fútbol, tenis), porque no le gusta hacer actividad física y el gimnasio es una alternativa, porque muchas niñas adolecentes quieren copiar lo que hacen las mayores, porque está de moda entre el grupo de amigos, etc.
Aclarando de antemano que el entrenamiento con sobrecarga, correctamente dosificado y planificado, no deja secuelas negativas de ningún tipo en el cuerpo de un adolecente, considero que salvo en los casos de chicos que realizan deportes de alto rendimiento o chicos con serios problemas de sobrepeso, el gimnasio es la última alternativa a la cual las mamás deberían recurrir a la hora de pensar en actividad física para sus hijos.
Desde los comienzos de la niñez hasta el final de la adolescencia los chicos pasan por una "etapa de oro" en la que debemos aprovechar al máximo para que nuestros hijos adquieran y desarrollen de manera eficiente un sinfín de capacidades u cualidades que luego les serán de mucha utilidad para el resto de sus vidas, logrando ser motrizmente inteligentes. El aprovechamiento de esta etapa es fundamental.
Lamentablemente en el gimnasio sólo realizamos actividades poco constructivistas, repetitivas, monoarticulares, utilizando en general un solo plano, sin complejidad coordinativa y profundamente ligadas a aspectos estéticos y de cambios estructurales de la masa muscular y no al desarrollo de las capacidades físicas coordinativas (sincronización, orientación, diferenciación, equilibrio, adaptación, ritmo, reacción). Todas estas capacidades, se incorporan en la niñez y adolescencia y nos acompañan el resto de nuestras vidas: si no aprovechamos este momento, con seguridad en la etapa de adultez todo lo relacionado con el movimiento les costará mucho mas.
La mejor estrategia para que nuestros hijos aprendan todas estas capacidades es mediante la experiencia deportiva y la educación física: cuanto mayor experiencia, mayor adaptación y mayor conocimiento. Para resumirlo en un ejemplo:
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