Redes Docentes

El panorama educativo actual exige que el docente centre su atención en el estudio de su práctica, pero sobre todo que reconozca verdaderamente las necesidades de esta al mismo tiempo que lo relaciona con el entorno en el que la lleva acabo, por el contrario a lo largo de la historia de las últimas décadas, han sido otras instancias las que han construido la idea de lo que es la práctica docente, asignándole categorías, clasificaciones y proporcionándole una visión muy degradada de lo que el realmente considera ser o valer, estas imágenes “imaginarias” nos presentan n docente débil, rezagado, con carencias en la didáctica y en los conocimientos pero lo mas grave, deja la labor docente a merced de situaciones políticas y panoramas elaborados solo en teoría pero sin un sustento en el campo, lógicamente las acciones que emprendan en base a esto, resultaran ajenas, se trasmitirán en simulaciones, en programas mal aplicados pero sobre todo en una pesadez de la tarea educativa pues su eje rector no tiene claro el rumbo de su práctica ni mucho menos está de acuerdo con él.

El docente es considerado, al menos en el papel como el principal actor social capaz de recomponer la sociedad desde el aula, desafortunadamente esta atado a un dictado de programas, norma, estrategias orientaciones entre otras que en la realidad no tienen verdadero significado ni para el ni para sus alumnos.

Lo anterior nos lleva a reconocer un aspecto importante dentro del monitorio que debe existir respecto a la práctica docente, debe ser realizado por sus propios actores es decir deben ser los maestros quienes generen sus propias estrategias para la solución de los problemas que aquejan el aula donde laboran, debe de asignarse un tiempo para que los profesores mantengan comunicación con el entorno pero sobre todo se dediquen a estudiarlo en compañía de otros docentes que se desenvuelven en situaciones similares tal y como lo plantea Bernal, Martínez, Medina (2003) “Redes pedagógicas: prácticas de formación que se configuran desde el quehacer, el deseo y los saberes de los maestros” considero que dicha estrategia abre espacios nuevos y oportunidades evaluables de capacitación siendo los educadores quienes se reconozcan a sí mismos como profesores utilices en la recomposición de esta sociedad.

Dichas redes deben partir de diferentes situaciones que se enfaticen en las problemáticas del sector al que se atiende pudiendo generar múltiples estrategias y acciones, de tal manera que se conviertan en un ensayo, intercambio de saberes y prácticas que lleven a la búsqueda de nuevas formas, rompiendo con las disposiciones que dictan las supuestas certeza o formulas preestablecidas, buscar construir nuevos métodos en lo colectivo pero siempre observando y valorando lo individual, que llevaran a los profesores a establecer, ritmos, tiempos no institucionales y no burocratizados que determinan otras formas de poder

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