Redes políticas la FIA

Ahí se lo puede ver a Senna enredado en las redes políticas la FIA, manejadas por el, (para mi gusto), verdadero ogro del film, el por entonces presidente de la FISA, Jean-Marie Balestre. Este francés, amigo de Prost, se llevaba puesto a quien viniera a contrariarle cualquier desición, incluído Ayrton. Una de esas frases que primero se me viene a la cabeza es "la mejor decisión es mi decisión" dicha a Senna por Balestre, digna de un villano de las películas de 007.

Por otro lado, muchos dirán que el verdadero "malo de la película" (como lo muestra el film) es Alain Prost, alter ego de Senna en la pista. Sin embargo, pienso distinto. Más allá de que Prost se comportaba como una víbora, el manejo de ambos y el espectáculo que daban en pista no podría haber sido posible si no tuvieran entre sí para mostrarse los dientes en cada gran premio. Y creo que eso es puro deporte y competición al más alto nivel, de esa que desde la muerte de Senna no vimos más en la Fórmula 1, salvo contadas ocasiones. Por suerte tampoco vimos más muertes desde entonces, tengo que reconocerlo.

Prost sabía, a diferencia de Senna, cómo moverse mejor fuera de la pista, es decir, en las reuniones con los altos ejecutivos, haciendo mucho lobby y especialmente en los discursos para las cámaras. Un tipo que desde el film queda como un mero calculador insensible, que si bien manejaba magistralmente, para la multitud brasileña que insultaba desde las tribunas casi como si fuera el coliseo romano, era el diablo encarnado.

Senna por otro lado, es mostrado con su familia, rodeado de garotas en el carnaval, amado por cientos de fanáticos e incluso besuqueado por Xuxa en cámara. Es que era la antítesis de Prost, pero no por ello ni mejor o peor persona. Simplemente dos personalidades distintas y complementarias. Tomo la cita del Joker a Batman en la película "The dark knight": "¿Qué haría yo sin ti? (...) Tu me completas"

El enfrentamiento Senna-Prost era eso. Uno no sería lo mismo sin el otro, y por eso, a pesar de lo mal que se llevaban, los fanáticos adoramos esos momentos de batalla, aunque no cuando la política de la FIA metía la cuchara.

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