Relaciòn De Poder En La Alimentaciòn
Enviado por 9177012 • 13 de Junio de 2013 • 1.979 Palabras (8 Páginas) • 373 Visitas
Relación de poder en la alimentación.
Existe una relación intrínseca entre la alimentación y el poder; es prácticamente imposible encontrar una persona que no tenga suficientes alimentos para subsistir entre los poderosos de las esferas sociales y políticas mundiales. En cambio, se puede observar como la exclusión de la toma de decisiones económicas y políticas se corresponde directamente con la incidencia del hambre y la malnutrición. Por lo tanto, al considerar los modelos de toma de decisiones en materia de acceso y control sobre la alimentación y la nutrición (incluyendo los procesos de concentración de los recursos alimentarios y dentro de las cadenas alimentarias en su totalidad), no se puede evitar discutir las relaciones de poder que existen entre actores extremadamente desiguales, una tendencia que incluso se puede observar en el ámbito de los hogares.
La producción de alimentos seguros para el consumo humano requiere que el plan de APPCC se construya sobre una sólida base de condiciones y prácticas higiénicas que eviten la introducción de agentes peligrosos, el aumento de la carga microbiológica o la acumulación de residuos en los alimentos, de forma directa o indirecta. Estas prácticas proporcionan el entorno básico y las condiciones operacionales necesarias para la producción de alimentos seguros.
Dependencia agroalimentaria
La dependencia alimentaria no se define a nivel individual sino de país. Existe cuando la producción nacional de alimentos básicos es insuficiente para satisfacer la demanda de los ciudadanos. En consecuencia, se depende de la importación de estos alimentos de otros países.
Incluso el emisor llega a afirmar que “La política de plena soberanía alimentaria, que se expresa en una mayor producción y distribución de alimentos, es una de las claves de la exitosa estrategia implementada por el Ejecutivo Nacional y el Banco Central de Venezuela (BCV) para abatir la inflación, que este año ha caído de manera pronunciada y constante”.
Cualquier venezolano desprevenido que lea este señalamiento, lo primero que se planteará es que como se puede hablar de soberanía agroalimentaria, cuando se sabe que más del 70% de los alimentos que se consumen en el país, proceden de otras latitudes.
Y no nos estamos refiriendo específicamente al trigo, que se importa en un 100% porque no se produce en el trópico; también las oleaginosas que se importan en un 95%, porque todos los intentos para producir los rubros de los cuales se pueda extraer aceite, como es el caso del girasol que sembraron en el Valle del Río Turbio, han fracasado estruendosamente; sino que estamos hablando de otros rubros alimenticios como la leche en polvo, azúcar, arroz, maíz, caraotas, atunes y sardinas enlatadas, carne de res rubro del que se importa el 52% del consumo nacional; pero el colmo de los colmos es que estamos importando cerca de 900 mil quintales de café, ya que la producción nacional este año posiblemente no pase de las 800 mil toneladas, debido al abandono y a la falta de atención que ha tenido este sector en los últimos años, por parte del sector oficial.
Como la realidad que viven los campesinos venezolanos, sobre todo después de la estatización de agroisleña, porque ahora no consiguen fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, equipos; y con la expoliación de Tracto América, donde los productores adquirían las maquinarias y equipos, le está dando en la cara a los funcionarios del alto gobierno, el emisor asegura que buena parte del esfuerzo conjunto para frenar las presiones inflacionarias esté dirigido a mejorar las capacidades productivas en el campo, así como a “garantizar aquellas importaciones que son imprescindibles, a fin de satisfacer el mayor consumo de una población que eleva su bienestar social día a día”.
Pero como si no fueran suficientes las cifras sobre el deterioro de la producción, no sólo por falta de estímulos por parte del Estado, por la ausencia de financiamiento suficiente y oportuno, tanto de la banca pública como privada, sino también debido a los problemas climáticos que han afectado buena parte de las áreas de siembra en todo el país, la semana pasada se realizó un foro en la sede de un diario capitalino, donde un grupo de especialistas expuso con cifras en la mano, cómo se han incrementado las importaciones de alimentos en Venezuela en los últimos 14 años.
De allí que resulta contradictorio, que mientras el BCV admite la necesidad de hacer esfuerzos para aumentar la producción interna de alimentos, persisten las ocupaciones de tierras, los secuestros en el campo, la inseguridad jurídica, las amenazas contra la propiedad privada, a lo cual se suma la rigidez del control de cambios y de precios, lo que ha contribuido a que en los tres últimos años la producción de alimentos ha caído en un 22%, lo que se refleja en un mercado caracterizado por un alto índice de escasez y la reducción en la variedad de productos, incluso cifras más recientes del propio emisor señalan que para el segundo trimestre del año 2012, la producción de alimentos bajó en -9%.
Producción y distribución
Es preciso recordar de nuevo que los modos de producción se distinguen a lo largo de dos dimensiones: la producción y la distribución. No sólo importa qué y cómo se produce, sino también para quién se produce. Lo que separa entre sí al MPD, el MPT y el MPM es la forma de distribución —la autosuficiencia doméstica, el estado o el mercado—, no la forma de producción en sentido estricto —que es siempre el hogar. Otro tanto puede decirse del MPH, el MPB y el MPC, de nuevo separados, y en los mismos términos, por la forma de distribución, pero con una base común en la producción: la organización. Por otra parte, lo que separa al MPD del MPH, lo mismo que lo que distingue al MPT del MPB, o lo que diferencia al MPM del MPC es la forma de producción —siempre, para cada par mencionado, respectivamente, el hogar y la organización—, no la forma de distribución, que es común a cada uno de ellos —ninguna o la autosuficiencia para los primeros, el estado para los siguientes, el mercado para los dos últimos. Como
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