Resumen la centralidad de los clásicos
Enviado por zairaresend • 1 de Diciembre de 2015 • Resumen • 1.612 Palabras (7 Páginas) • 2.365 Visitas
LA CENTRALIDAD DE LOS CLASICOS
Jeffrey C. Alexander
No siempre ha sido fácil desenredar el nudo de problemas entre las ciencias sociales y los clásicos, siendo que los clásicos ocupan un lugar importante en la ciencia social contemporánea. Para muchos no es un argumento aceptable, principalmente para los científicos sociales; empiristas, positivistas e incluso humanistas. Argumentan entre otras muchas cosas, el deber de poner en tela de juicio cualquier aspecto científicamente relevante, así como debería estar verificado para poder introducirlo en la teoría contemporánea, o falsado si es el caso.[1]
Los clásicos evidentemente son productos de la investigación a los que se les concede un rango privilegiado frente a las investigaciones contemporáneas, pero sería demasiado anacrónico juzgar aquellas obras como si fueran de estos tiempos, exigiendo reglas y pasos que en su momento no existían. Así como desprestigiarlas o criticarlas duramente, como si fuese una obra contemporánea que deba seguir estrictamente reglas y lineamientos que hoy en día están establecidos.
Sin embargo son persistentes las críticas y subestimaciones, tal es el caso de la crítica empirista. Aseguran que en las ciencias naturales no existen en la actualidad clásicos[2] asegurando y demostrando un enfoque puramente empírico. Uno de sus más importantes exponentes es Merton (1967), que afirma que en la medida en que se dé esta acumulación no hay necesidad de textos clásicos. La prueba más convincente del conocimiento verdaderamente acumulativo, añade es que inteligencias del montón pueden resolver hoy problemas que, tiempo atrás, grandes inteligencias no podían siquiera comenzar a resolver. En una verdadera ciencia, por tanto, la conmemoración de los que en el pasado hicieron grandes aportaciones está esencialmente reservada a la historia de la disciplina (pp. 27-8).
Merton también destituye todo investigación sobre figuras anteriores, dejándosela a los historiadores y no tarea de científicos sociales. Siendo el mismo quien evita tomar interpretaciones de las investigaciones de textos clásicos, porque si lo haría, para él la investigación tomaría tintes no empíricos; es decir iría totalmente en contra del empirismo. El otro supuesto fundamental sobre el que descansa el argumento de Merton es que la ciencia social se asemeja a la ciencia natural en su referente fundamentalmente empírico. Debido a que se orienta en función de problemas y no en función de paradigmas, la ciencia social se organiza por especialidades empíricas más que por escuelas o tradiciones, sin embargo afirma que la investigación de las ciencias sociales avanza a partir del trabajo acumulativo de generaciones pasadas, por lo que deja un espacio abierto y no determina un supuesto concreto.[3]
La visión post-positivista de la ciencia da por entendido que la ciencia es acumulativa en tanto que sea empírica, y por ende al ser acumulativa no creara clásicos.
En Theorical Logic in Sociology (Alexander, 1982) sugería que la corriente positivista de las ciencias sociales se basa en cuatro postulados principales: primeramente que existe una ruptura epistemológica radical entre las observaciones empíricas, que se consideran específicas y concretas, y las proposiciones no empíricas, que se consideran generales y abstractas. El segundo postulado puede sostenerse solo porque se da por sentado que existe esta ruptura: las cuestiones más generales y abstractas no tienen una importancia fundamental para la práctica de una disciplina de orientación empírica. El tercero que las cuestiones de índole general, abstracta y teorética solo pueden ser evaluadas en relación con observaciones empíricas. Y por último que el desarrollo científico es «progresivo», es decir, lineal y acumulativo.
Esto explicado anteriormente todavía refleja la opinión común de la mayoría de los científicos sociales, sin embargo la nueva tendencia de la filosofía, historia y sociología post-positivista de la ciencia natural de las últimas décadas los ha criticado abiertamente. Mientras que los postulados de la corriente positivista reducen la teoría a los hechos, los de la corriente post-positivista rehabilitan los aspectos teóricos: los datos empíricos de la ciencia están fundamentados por la teoría; La distinción teoría-hechos no es epistemológica ni ontológica, es más bien una distinción analítica basada en observaciones inspiradas por aquellas teorías que consideramos que poseen mayor certeza; la elaboración general, teórica, es normalmente horizontal y dogmática y no escéptica y progresiva; así como especifican que solo se dan cambios fundamentales en las creencias científicas cuando los cambios empíricos van acompañados de la disponibilidad de alternativas teóricas convincentes.
Los puntos de vista entre modelos y clásicos son diferentes en las ciencias sociales porque la aplicación de la ciencia a la sociedad engendra un desacuerdo inevitable. A causa de la existencia de un desacuerdo persistente y extendido, es casi improbable llegar a un acuerdo acerca de la naturaleza exacta del conocimiento.
Es decir que en la ciencia social, los debates sobre la verdad científica no se refieren únicamente al nivel empírico, sino que pueden contener presuntos no empíricos. Por ejemplo principalmente, el discurso y no la mera explicación se convierte en una característica esencial de la ciencia social.
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