Sacro Triduo Pascual
Enviado por misakike • 26 de Abril de 2013 • 15.470 Palabras (62 Páginas) • 285 Visitas
SANTO TRIDUO PASCUAL
1. La Iglesia celebra los grandes misterios de nuestra redención en el “sacro Triduo pascual”; en él se actualiza la pasión muerte y resurrección del Señor.
Debe tenerse por sagrado el ayuno pascual, que se realiza en todas partes el Viernes de Pasión y Muerte del Señor y si es posible, extenderse al Sábado Santo para que, de este modo, se llegue al gozo del Domingo de Resurrección con elevación y apertura de espíritu.
2. Para las diversas celebraciones que integran el sacro Triduo, se requiere u número conveniente de ministros y colaboradores laicos; éstos deben ser cuidadosamente instruidos de aquellas partes que les competen.
Particular importancia tiene el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, pues así lo reclama la índole solemne de estos días y además porque los textos adquieren toda su fuerza cuando son cantados.
Los pastores no dejen de explicar suficientemente a sus fieles el significado y la estructura de los ritos para que puedan prepararse a una participación activa y fructuosa.
3. Las celebraciones del sacro Triduo se llevan a cabo en la iglesias catedrales y parroquiales, y pueden también tenerse en otras iglesias en las que quede asegurada su celebración digna, con una participación significativa de fieles, ministros convenientemente preparados y con posibilidades de cantar, al menos las partes más importantes. Si estas condiciones no pudieren darse, o el número de participantes no sea suficiente, procúrese, en cuanto sea posible, que esos fieles se reúnan en alguna otra iglesia donde puedan participar de las celebraciones.
Jueves de la Cena del Señor
Misa vespertina
1. A la hora más oportuna, por la tarde, se celebra la Misa de la Cena del Señor con la participación de la comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros.
2. Los sacerdotes que hayan celebrado en la Misa crismal o para utilidad de los fieles, pueden concelebrar en la Misa vespertina.
3. Donde lo exija alguna razón pastoral, el Ordinario del lugar puede autorizar que se celebre otra Misa en las iglesias u oratorios públicos o semipúblicos en horas de la tarde; y en caso de verdadera necesidad, aun por la mañana, pero solamente para aquellos fieles que de ninguna manera pueden participar de la Misa vespertina. Téngase cuidado, sin embargo, que estas celebraciones excepcionales no se realicen en beneficio de personas particulares y de que no sean en perjuicio de la asistencia a la Misa vespertina principal.
4. La sagrada comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la Misa; a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora del día.
5. Las flores para adornar el altar deben usarse con moderación, respetando las características del día. El tabernáculo debe estar completamente vacío. Deberán consagrarse en la Misa, suficientes hostias para el clero y el pueblo que comulgarán hoy y mañana.
6. Antífona de entrada
Debemos gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por él hemos sido salvados y redimidos. (Cf. Gal. 6,14)
7. Se canta o se dice el Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual, a no ser que el Obispo diocesano juzgue oportuno establecer otra cosa. Asimismo el órgano y de los demás instrumentos musicales deben usarse únicamente para acompañar el canto.
8. Oración colecta
Dios y Padre nuestro;
nos hemos reunido para celebrar la santísima Cena del Señor,
en la que tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte,
confió a la Iglesia el nuevo y único sacrificio,
banquete pascual de su amor.
Te pedimos, la gracia de recibir plenamente
la caridad y la vida que brotan de este misterio tan grande.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
9. Después de proclamar el Evangelio, el sacerdote pronuncia la homilía, en la cual se exponen los grandes misterios que se recuerdan en esta Misa, es decir, la institución de la sagrada Eucaristía y del Orden sacerdotal y el mandato del Señor sobre la caridad fraterna.
Lavatorio de los pies
10. Después de la homilía, es muy conveniente llevar a cabo el rito del lavatorio de los pies.
11. Los varones designados, acompañados por los ministros, van a ocupar los asientos preparados para ellos en un lugar visible a los fieles. El sacerdote, dejada la casulla si parece necesario, se acerca a cada una de las personas designadas y, con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca.
12. Mientras tanto se canta alguna de las antífonas siguientes u otro canto adecuado.
Antífona primera (Cf. Jn. 13, 4.5.15)
Después de levantarse de la mesa, el Señor echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies a los discípulos. Este fue el ejemplo que les dejó.
Antífona segunda (Cf. Jn. 13, 12.13.15)
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.
Antífona tercera (Cf. Jn. 13, 6.7.8)
Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le respondió: Si no te lavo los pies, no podrás compartir mi suerte.
V. Cuando se acercó a Simón Pedro, éste le dijo:
- Señor, ...
V. No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero lo comprenderás después.
- Señor, ...
Antífona cuarta (Cf. Jn. 13,14)
Si yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies;
cuánto más ustedes deben lavarse los pies unos a otros.
Antífona quinta (Cf. Jn. 13,35)
En esto reconocerán todos que ustedes son mis discípulos:
en el amor que se tengan unos a otros.
V. Jesús dijo a sus discípulos:
- En esto ...
Antífona sexta (Cf. Jn 13,34)
Les doy un mandamiento nuevo:
ámense unos a otros como yo los he amado, dice el Señor.
Antífona séptima (1 Cor. 13,13)
Permanezcan en ustedes la fe, la esperanza y la caridad;
pero de estas tres virtudes, la más grande es la caridad.
Ahora existen la fe, la esperanza y la caridad,
pero de estas tres virtudes, la más grande
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