¿Se ha preguntado alguna vez que encierra el futuro para usted y sus seres queridos?
Enviado por Cumbiero64 • 18 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 2.435 Palabras (10 Páginas) • 301 Visitas
¿Se ha preguntado alguna vez que encierra el futuro para usted y sus seres queridos?
Hoy en día muchas personas están muy al tanto de las noticias difundidas por los medios de comunicación, pues quieren saber si los acontecimientos mundiales les perjudicarán de alguna manera.
La gente tiene justificadas razones para temer por su seguridad y la de su familia.
Tomando como ejemplo lo sucedido recientemente, huracanes, terremotos, incendios, matanzas; esto hace que nos preguntemos: ¿Hay alguna manera de que podamos sentirnos verdaderamente seguros?
Hacia finales del siglo XX los estudiantes de la Biblia, como antes se llamaba a los testigos de Jehová, sabían que el año de 1914 era una fecha significativa. No estaban completamente seguros de lo que sucedería, pero de lo que sí estaban convencidos era que el resultado no sería que la tierra había de ser quemada ni la humanidad aniquilada. Más bien, sabían que marcaría un punto significativo respecto a la gobernación divina.
Los historiadores reconocen que 1914 fue un punto de viraje en la historia; note lo que cierta revista alemana señaló: “Antes de 1914 la gente creía en un futuro dorado con más libertad, progreso y prosperidad, entonces todo cambio.” La revista GEO menciona también: “La guerra que se inició en 1914 y concluyo en 1918 fue un acontecimiento muy drástico. Causó una ruptura histórica, separando lo viejo de lo nuevo.”
Pero, ¿realmente ha cambiado tanto la escena de este mundo desde 1914? En el libro La generación de 1914, el profesor Robert Wohl hace esta observación: “Los que sobrevivieron a la guerra jamás pudieron deshacerse de la idea de que en agosto de 1914 termino un mundo y empezó otro.”
Sin embargo, con mucha anterioridad Jesús predijo una serie de sucesos que provocaría en nuestros días una sensación de inseguridad en la gente. Leamos Mateo 24:3, 6-8:
■ Como podemos ver, Jesús predijo guerras, enfrentamientos entre naciones, y en el relato paralelo a este, Lucas menciona que Jesús hablo de “guerras y desórdenes”.
Y se ha visto que las guerras, las revoluciones, los desórdenes civiles y los actos de terrorismo son cada vez más comunes desde 1914, y todo ello ha ocasionado la muerte de millones de personas.
Un informe del prestigioso Instituto Worldwatch afirma que, en las guerras del siglo XX, hubo el triple de muertos que en todas las guerras desde el siglo I después de Cristo hasta 1899. Una estimación para el periodo de 1900 a 1989 llega a la cifra de 86 millones de muertos.
Repartiendo estas cifras de modo uniforme durante todo este periodo, la guerra habría matado a 2,500 personas por día, o sea 100 por hora las veinticuatro horas del día durante 90 años.
¿Se imagina todo el sufrimiento y el dolor que debieron sentir los millones de familiares y amigos de las víctimas?
Algunas naciones en las que tiempo atrás la gente se sentía relativamente segura, se enfrentan ahora a la amenaza de actos de terrorismo. La gente ya no se siente segura en ninguna parte del mundo.
Por miles de años la guerra ha estropeado vidas en la Tierra. Se han peleado guerras internacionales y guerras dentro de las mismas naciones. Pero comenzando en 1914 se peleó la Primera Guerra Mundial. No se trató sencillamente de un conflicto entre dos ejércitos en el campo de batalla. Por primera vez, todas las potencias principales estuvieron en guerra.
Naciones enteras –incluso la población civil—se movilizaron para apoyar el esfuerzo bélico. Se calcula que para el fin de la guerra el 93% de la población del mundo había tenido algo que ver con esta.
Hoy día, lamentablemente las guerras y las luchas étnicas siguen haciendo estragos. En muchas zonas no solo se oyen noticias de batallas lejanas sino también el estruendo de alguna batalla cercana.
Cuando Jesús dio la señal de su presencia invisible, dijo algo que merece destacarse: “Vean que no se aterroricen” (Mat. 24:6). Pero esa serenidad sólo la conseguirían quienes entendieran el alcance de las palabras de Jesús. Vamos a leer juntos Mateo 24:7:
■ “Habrá escaseces de alimento”
A pesar de que en el mundo se produce comida en abundancia, uno de los aspectos de los últimos días es la escasez de alimentos.
Los investigadores afirman que en los últimos 40 años la producción de alimento ha sobrepasado el crecimiento de la población. Sin embargo, sigue habiendo escases en extensas regiones del mundo, pues mucha gente no tiene terreno donde cultivar alimentos ni dinero para comprarlos.
En los países en desarrollo, 1,200 millones de personas subsisten con un dólar al día, incluso menos. De esta cifra, 780 millones padecen hambre crónica. La Organización Mundial de la Salud señala que la desnutrición es uno de los factores principales que contribuyen a que cada año mueran más de cinco millones de niños.
Además, el hambre y las enfermedades figuran entre las consecuencias de las guerras. Tomando como base una guerra africana, cierto estudio reveló que el 20% de las victimas murió de enfermedades relacionadas con la guerra, el 78% murió de hambre y sólo el 2% murió como resultado directo de la guerra.
“Terremotos en un lugar tras otro”
Jesús también dijo que habría terremotos en un lugar tras otro. Y alguien tal vez pueda contradecir que en siglos pasados hubo también grandes terremotos y que el equipo sensible de que disponen los científicos ahora les permite detectar más de un millón de temblores al año. Pero no se necesitan instrumentos especiales para que la gente sepa cuando ocurre un gran terremoto.
Con información que se obtuvo del Centro Nacional de Datos Geofísicos, de Boulder, Colorado, además de otras obras básicas tomadas como referencias, en 1984 se hizo una tabulación que incluyó sólo los terremotos que midieron 7.5 en la escala de Richter, o que hubieran causado cinco millones de dólares o más en pérdidas por destrucción de la propiedad, o que hubieran causado 100 muertes o más.
Se tuvo constancia de que habían ocurrido 856 de tales terremotos durante los 2,000 años antes de 1914.
Y los mismos cálculos mostraron que en un periodo de solo 69 años después de 1914 hubo 605 terremotos de ese tipo. Eso significa que, en comparación con los 2,000 años anteriores, el promedio, por año, ha sido 20 veces mayor desde 1914.
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