Ser Joven Es Ser Revolución

Ser joven es revolución.

Creo firmemente que en cada etapa de la humanidad ha habido desafíos y circunstancias que se han tenido que enfrentar para llegar más allá de los límites, y de la misma manera en cada generación se han levantado hombres y mujeres con una visión transformadora, que quizás en el principio sus ideas se tomaron como locuras, pero que finalmente han revolucionado a la humanidad.

Hay una frase que me gustó desde la primera vez que la leí: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” Esta cita es del discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara que dio el 2 de diciembre de 1972, realmente es un pensamiento que nos debe hacer reflexionar sobre todo en esta época, ya que desde mi muy particular punto de vista creo que es necesario que en nuestra sociedad se levante una generación que revolucione la forma de vida en nuestro país.

Las revoluciones no necesariamente son movimientos armados, más bien son movimientos que transforman mentes, corazones y culturas, a través de acciones intencionadas para generar una nueva conciencia.

Como mexicano y pachuqueño me siento muy orgulloso de mi país, pero a la vez tristeza por ver una nación sometida a la corrupción y desmoralización, en donde los valores y cimientos que han sido dados para permanecer y perdurar al ser humano han sido erosionados por pensamientos y actitudes libertinas que su fin no es buscar la verdadera libertad, si no únicamente tener una vida de desenfreno. Yo apuesto por volver aquellos valores como la familia, el respeto a los padres, el respeto a la vida, a vivir en pureza, no solo como una simplona idea santurrona sino como una verdadera y determinante forma de vida.

Yo veo una juventud con hambre y sed de justicia y verdad, por eso invito a todos los jóvenes y no tan jóvenes lectores de este artículo a que se rebelen a una vida conformista con el egoísmo, la injusticia, el dolor, el alcoholismo, la promiscuidad, la fornicación y a todo estilo de vida que su último fin es corromper el espíritu humano y destruir la vida misma.

Conviértete en un revolucionario por la vida, que busque hacer el bien por los demás, se las manos que levanten al caído, los brazos que abracen al afligido, la boca que aliente, los pies que lleven esperanza y una vida que ame a su prójimo siendo ejemplo e inspirando a otros.

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