Servicio social un tramite o una herramienta de aprendizaje
Enviado por Carlos Huchin • 13 de Abril de 2016 • Ensayo • 1.967 Palabras (8 Páginas) • 303 Visitas
Para dar inicio a este ensayo nos permitimos citar las siguientes palabras de una persona que, así como nosotros, está realizando su servicio social en la institución:
“El servicio social es un engaño, su única función es que nos enseñen como preparar un buen café, como agendar compromisos que no son nuestros y lo mejor del caso, sirve únicamente para cumplir con un trámite administrativo que es tardado y del cual no aprendes nada de importancia.”
-Joven de 20 años, actualmente realizando su servicio.
A decir verdad, el servicio social depende de uno mismo, lo que quieras aprender en base a lo que quieras hacer; ¿A que nos referimos con esto?, sencillo, nos referimos al hecho de que, si tú quieres hacer un servicio social de calidad, el cual te va a permitir adquirir las herramientas y la experiencia inicial necesaria para tu vida laboral y profesional, te acercaras al profesor y/o profesora que tu consideres te brindara esta oportunidad de aprender lo necesario e inclusive aún más para que tengas una experiencia más que grata en el tiempo que realices tus practicas del servicio.
Por nuestra parte, realizamos el servicio social el cual está próximo a concluir, con el Maestro Guillermo Rosales Raya, profesor investigador de las Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Campeche (U.A.C.) en el Proyecto denominado “Formación interdisciplinaria y voluntaria en medicina tradicional indígena de la región maya peninsular en las Rutas Chenes y Camino Real, del Estado de Campeche. Apoyado con recursos del PCS 2015.” En el cual para hacer una breve reseña, nos acercamos a las comunidades de dichas rutas mencionadas con anterioridad, las cuales comprenden Nunkini, Dzitbalche, Calkini, Becal y Tepakan, estos en el municipio de Calkini la cual es la ruta denominada “Camino Real”, puesto que hace muchos años, cuentan, La emperatriz Carlota paso por esos caminos. Esta ruta fue trazada para conectar las dos principales poblaciones de Campeche y Yucatán.
Por otra parte igual se recorrió una parte de la ruta denominada los Chenes en el Municipio de Hopelchén "Lugar de los Cinco Pozos" (integrado etimológicamente de la siguiente manera: Ho' = cinco y p'eel que es un sufijo empleado en el conteo maya sobre las cosas u objetos y de ch'e'en = pozo.), no precisamente por el municipio que tiene la terminación Chen se le da su nombre a esta ruta, sino que en esta región existen muchas comunidades con esta terminación. Entonces, por esta razón a sus habitantes se les llama “Cheneros”
En cada una de las comunidades de las rutas mencionadas con anterioridad, nos dispusimos a un acercamiento con una determinada parte de la población, más específicamente enfocados a las personas que practican la Medicina Tradicional.
El acercamiento no es sólo una acción requerida en términos culturales y sustentables, es además un reto pedagógico, implica un actuar contra corriente ante lo que se considera producto del “atraso”, entre lo mágico y lo supersticioso; y dentro de un marco epistemológico distinto al actuar formativo que se considera “científico” y válido.
Para ello, se tuvo que trabajar de modo creativo, desde una visión de antropología médica, que no tratara sólo de encajar las prácticas y saberes dentro de los marcos epistemológicos occidentalizados, sino que partiera del reconocimiento del contexto cultural como propio, sustentado en sí mismo y con apertura a la posibilidad de interactuar entre las disciplinas científicas y los saberes comunitarios. En otras palabras, que posibilitara un verdadero diálogo de saberes.
Abordar un objeto de estudio como lo es la medicina tradicional indígena desde la perspectiva de la antropología médica, implica un desafío importante: no sólo se trata de un objeto que desde su planteamiento histórico suele ser descalificado, sino que además se trata de un proceso cultural, y como tal no es estático, sino que se encuentra en una continua transformación como patrimonio cultural intangible y vivo. En ese sentido, tomar fuentes confiables de abordaje es una condición primera necesaria, para fines del proyecto actual se consideró desde una perspectiva crítica la categorización de fuentes de estudio como se denota a consideración:
- Perspectiva segregacionista: Se considera en esta perspectiva la descripción de la medicina tradicional indígena a partir de su devenir histórico desde la época prehispánica hasta la colonia. En esta perspectiva se puede retomar el texto: “500 años de medicina tradicional indígena” de Ana María Victoria Jardón, 2004, editado por Miguel Ángel Porrúa, dentro de la serie Conocer para Decidir, México D.F., en coedición con la LIX Legislatura de la H. Cámara de Diputados. En dicho texto la autora da narrativa al proceso histórico que se realizó en torno a la medicina tradicional indígena y a su paulatino segregacionismo de las prácticas oficializadas. Corresponde a lo que la autora denomina fue considerado “el problema indígena”.
- Perspectiva integracionista: En esta perspectiva la medicina tradicional indígena es “incorporada” al ejercicio de la medicina alopática, es decir, considerando su validez a partir del marco de esta última, siendo por lo tanto sólo aquellos conocimientos y prácticas que pudieran pasar dicho tamiz las propuestas como válidas y por tanto reproducibles. El mismo texto anteriormente mencionado recupera como tipicidad de este enfoque la incorporación en los esquemas de la Secretaría de Salud y Asistencia (SSA) de las parteras. Además de la autora mencionada, podemos ubicar algunas descripciones al respecto y como un elemento de enlace al siguiente enfoque los trabajos de Carlos Zolla.
- Perspectiva crítica: Revalora y cuestiona el desplazamiento de los modelos de intervención de la medicina tradicional indígena (así como la extracción al mismo tiempo de los principios activos fito y zooterapéuticos locales). Aquí podemos encontrar autores como Francisco de Gomezjara (citado en Alarcón Lavín, R. 2010) y Marco Raúl Mejía (2012), a través de su planteamiento del buen vivir – vivir bien.
- Perspectiva emergente: Replantean el valor de la medicina tradicional indígena en su ubicación al interior de los otros modelos médicos, como un saber no adicional sino válido en sí mismo toda vez que responde, al igual que los otros, a un sistema de prácticas y creencias propio a un entorno cultural determinado. Vistos de este modo se trata de respuestas sociales organizadas (Zolla) tanto la medicina alopática como la tradicional y la doméstica. Para ello el artículo “Saberes locales y enfermedades globales: la actualidad de la medicina tradicional maya en la atención de los problemas mundiales de salud” (Hirose, J. 2011) es emblemático.
En general, en el recorrido por todas estas comunidades, asi como en las cabeceras municipales pudimos observar y aprender datos muy característicos y marcados, como por ejemplo:
- En Calkini:
Se pudo observar que la mayor parte de las personas de la población adulta joven aún preserva la vestimenta típica tradicional tanto en hombres como en mujeres, en contra parte las personas de la tercera edad como son señores y señoras de 50 a más años, en su totalidad mantienen esta vestimenta típica la cual consta de el Terno o Huipil para la mujer y el Traje de Blanco de Algodón con sombrero de Hipi o Palma para el hombre.
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