Sweatshop Moda De Muerte
Enviado por Diegoeestrada • 8 de Mayo de 2015 • 459 Palabras (2 Páginas) • 251 Visitas
Están jodidos porque nosotros vivimos muy bien”. Esta es la conclusión que llega Ludvig, un joven noruego de 20 años que, tras varios días en Camboya, conoce en sus propias carnes la pesadilla de trabajar en una fábrica textil en ese país.
“¿Qué sucede si envías tres jóvenes noruegos a Camboya a conocer las personas que cosen ropa?” Pues esta pregunta es la que pretende responder el peculiar reality show noruego “Sweat Shop” (versión en español), que literalmente, quiere decir fábrica del trabajo agotador.
Frida es una chica apasionada por la moda Vintage, Ludvig reconoce que es adicto a comprar ropa, mucha de la cual nunca se llega a poner, y Anniken confiesa que, antes de ser una popular blogger de moda en su país, se gastaba 600 euros al mes en ropa, ahora se la regalan. Estos tres jóvenes viajaron a Camboya para conocer in situ como era la vida de una trabajadora de la confección y las condiciones en las fábricas textiles en ese país.
En Camboya les recibe en su casa Sokty, una chica de 25 años que trabaja en una fábrica. La morada de la camboyana es pequeña. En un mismo espacio duerme, tiene el salón, el armario y la cocina. “Nunca creía que sería posible, nuestro baño es más grande que toda su casa”, se alarma Anniken.
Phonm Penh
Vista de un barrio de la capital camboyana, Phonm Penh / Miran Rijavec
Sokti relata que trabaja los siete días de la semana. De lunes a sábado de 07:00 a las 18:00 o 19:00 horas, dependiendo cuando acaban la producción del día, mientras que el domingo su jornada es de ocho horas. Gana 130 dólares (103 euros) mensuales, de los cuales, 50 (39) los destina al alquiler del piso y para pagar gastos como la luz y el agua. El resto es para comida, ayudar a la familia, comprar ropa o si tiene que ir al médico.
Los tres noruegos acuden con Sokti a una tienda Mango en Phnom Penh, la capital del país, donde la camboyana reconoce que no puede adquirir ninguno de los artículos que se venden ahí. “No puedo comprar ni una sencilla blusa. Cuesta más de lo que pago por mi habitación o de lo que gasto en comida en un mes” dice Sokti, quien con un abrigo en la mano añade: “coso chaquetas como ésta, pero nunca podría pagarla, porque cuesta tanto como mi sueldo de un año”.
Frida, ingenua, le pregunta a Sokti si es feliz, quien tajante responde que no. Ella, de pequeña, soñaba con estudiar medicina, pero no pudo terminar ni primaria. “No, no soy feliz, porque a mi familia le falta tanto. Vivimos de la mano en la boca. Apenas tenemos lo suficiente para pagar la alimentación adecuada”, resalta.
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