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Tendencia Grupal En La Adolescencia


Enviado por   •  12 de Enero de 2013  •  4.910 Palabras (20 Páginas)  •  2.844 Visitas

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LA ADOLESCENCIA

EPÍGRAFE: Identidad adulta, vínculos, uniformidad.

TEMA: La tendencia grupal

1. BREVE EXPLICACIÓN DEL CONTENIDO TRABAJO:

El siguiente trabajo es un recorrido por el proceso de la adolescencia. Sobre la base de diferentes teorías y reflexiones, intento explicar la temática de la tendencia grupal, propia del período adolescente.

2. INTRODUCCIÓN:

La adolescencia comienza con la pubertad, es decir, con una serie de cambios fisiológicos que desembocan en la maduración de los órganos sexuales y la capacidad para reproducirse y relacionarse sexualmente. Es el momento que permite al joven la separación de sus figuras vinculares, que logra a través del cuestionamiento (un cuestionamiento interno y externo).

Cuando los adolescentes cuestionan el mundo, lo hacen cuestionando sus referentes o sea, aquellas personas con las que están más unidos.

Para Aberastury y Knobel: “La adolescencia puede definirse como “la etapa de la vida durante la cual el individuo busca establecer su identidad adulta, apoyándose en las primeras relaciones objetales–parentales internalizadas y verificando la realidad que el medio social le ofrece, mediante el uso de los elementos biofísicos en desarrollo a su disposición y que a su vez tienden a la estabilidad de la personalidad en un plano genital, lo que sólo es posible si se hace el duelo por la identidad infantil”.

Para Freud en el duelo normal impera la realidad por la pérdida del objeto y se tiene que retirar la libido para poder desplazarla a otro, lo cual es un proceso lento que absorbe todas las energías del yo. Es así que podría considerarse, que éste es uno de los trabajos fundamentales del adolescente: desplazar la libido a otros objetos distintos de los parentales.

Aberastury plantea que el adolescente debe realizar tres duelos fundamentales, el duelo por el cuerpo infantil perdido (base biológica del proceso), el duelo por el rol y la identidad infantil (renuncia de dependencia y aceptación de nuevas responsabilidades), y el duelo por los padres de la infancia (pérdida de la protección que estos significan), acompañado esto, del proceso que llevan sus padres de aceptación de la pérdida de su hijo niño. "Los duelos de los adolescentes tienen su correlato en los duelos que deben enfrentar sus padres: duelo por pérdida de sus hijos niños, por la pérdida de su rol de padres de niños, y por la pérdida de su condición de adultos jóvenes. De la elaboración de estos duelos por parte de los adultos, también dependerá en buena medida la convivencia de las generaciones."

El adolescente se ve en la búsqueda de nuevas figuras a las cuales idealizar, tomándolas ya sea de los medios de comunicación (artistas, deportistas) o del círculo más cercano (amigos y mentores), los cuales llegarán a ocupar por el momento, el espacio de la idealización vacante.

En la adolescencia hay una confusión de roles, ya que al no poder mantener la dependencia infantil y al no poder asumir la independencia adulta, el sujeto sufre un fracaso de personificación, y así, el adolescente delega en el grupo, gran parte de sus atributos y en los padres, la mayoría de las obligaciones y responsabilidades. Recurre a este mecanismo esquizoideo quedando su propia personalidad fuera de todo el proceso de pensamiento.

Una característica típica de la adolescencia, es la "falta de carácter", surgida de este fracaso de personalización, que a su vez lo lleva a confrontaciones reverberantes con la realidad y un continuo comprobar y experimentar con objetos del mundo real y de la fantasía.

Los mecanismos de negación del duelo y de identificación proyectiva con sus coetáneos y con sus padres, pasa por períodos de confusión de identidad.

El pensamiento comienza a funcionar de acuerdo con las características grupales, que le permiten una mayor estabilidad a través del apoyo y del agrandamiento que significa el yo de los demás, con el que el sujeto se identifica.

Esta sería una de las bases del fenómeno de las "barras", en donde el adolescente se siente aparentemente tan seguro, adoptando roles cambiantes y participando de la actuación, responsabilidad y culpas grupales. Estas experiencias grupales son trasladadas a su propio proceso de pensamiento, en el cual los afectos y los objetos depositarios de los mismos son también fragmentados y tratados con exclusión de una responsabilidad personal.

El adolescente tiene una enorme necesidad de reconocimiento por parte de los otros, necesita ver reconocida y aceptada su identidad por las personas que son significativas para él. Es este reconocimiento y aceptación lo que asegura un concepto positivo de sí mismo.

La marcada globalización afecta al adolescente tanto en lo económico, como en lo social, cultural y político, donde existen diferencias intelectuales que afectan la universalidad.

3. DESARROLLO DEL TEMA:

Desde tiempos remotos, el ser humano se ha reunido en grupos, en donde ha establecido vínculos y relaciones en la búsqueda de satisfacciones (económicas, emocionales, circunstanciales); para el adolescente la entrada a un grupo significa la búsqueda de homogeneidad (como mecanismo de defensa).

Según Melanie Klein, el primer vínculo que se establece en la vida de una persona es entre madre e hijo. La madre le “presta” los significantes al bebé, le transmite los límites de lo posible y de lo imposible, desde su deseo inconsciente, su estructura lingüística y desde su sistema de parentesco. Ese vínculo “fundante” en la construcción del sujeto, se ve “sorprendido” de alguna forma cuando comienza a operar dentro del psiquismo, la función paterna, lo que implica la aceptación de las diferencias y de los límites (de lo que se puede y lo que no). La autora plantea que: «la función del padre como función ordenadora, es la que en última instancia pone de relieve la diferencia de los sexos y da lugar a la organización identificatoria, donde circulan los diversos lugares que ocupan los progenitores en la peripecia singular de la organización psíquica».

Finalmente aparece el vínculo que se establece con el macro contexto social, al cual pertenecen los significados socioculturales, las representaciones sociales, la cultura dominante que inviste a nuestro mundo interno.

Así, para Pichón Riviére, el vínculo implica un inter juego dialéctico entre sujetos, creando una estructura particular de cada caso y cada momento; estructura psíquica que lleva al autor a concebir la naturaleza social del psiquismo, definiendo al sujeto como: "...emergente producido en una complejísima trama de vínculos y relaciones sociales. Producido y emergente pero, a la

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