Tendencias curriculares actuales y dimensiones curriculares

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 1][pic 2]

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO

MÉRIDA EDO. MÉRIDA

Tendencias curriculares actuales

y valoración del currículo en sus dimensiones

Autores:

Quiñones Olga. C.I. 20.218.976

Rangel María José. C.I. 16.444.758

Roa Rosa. C.I. 16.793.488

Sosa Ismelda. C.I. 24.191.898

Jossandra Villafañe. C.I. 18.798.976

Mérida, febrero de 2016

Tendencias curriculares actuales y dimensiones curriculares

La educación del individuo es un proceso dinámico adecuado, por lo general, al contexto social del educando y orientado por las políticas educativas del estado docente, siendo estos lineamientos la respuesta a las demandas del estado político referentes al sujeto que la sociedad, en un momento histórico especifico demanda. Es por tanto necesario tener presente que el proceso de enseñanza-aprendizaje es un fenómeno requerido para la continuidad cultural, a través del cual una generación prepara a otra que le sucede, valiendo para ello de lo que se ha definido como «currículo». Cabe destacar que desde el punto de vista etimológico, dicho concepto es amplio, debido a que implica abarcar prácticamente los componentes sociales, psicológicos, antropológicos, pedagógicos e incluso artísticos que en él intervienen.

A pesar de las diversas tendencias teóricas, el abordaje del currículo puede hacerse desde tres perspectivas. La primera, aquella que se centra en las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, lo que permite determinar el carácter ideológico del currículo. Una segunda perspectiva permite una mirada al currículo desde el estado docente, y por ende el político, ya que se concibe al currículo como un plan estratégico enmarcado en una serie de pautas metodológicas las cuales responden a las normas que la sociedad ha aceptado acerca del como el sujeto debe enseñar o aprender. Finalmente, desde una tercera perspectiva, el currículo es concebido como un instrumento de análisis a la praxis educativa lo cual permite definir los roles de los múltiples actores del fenómeno educativo y la vida escolar, así como las condiciones mínimas de quienes quieren hacer parte del proceso educativo formal de un individuo.

Considerando lo previamente señalado, es posible afirmar entonces que las sociedades, a partir de sus necesidades y características particulares, implementan un currículo, el cual es producto de las diversas tendencias del pensamiento y la mirada al hecho educativo. Por ende se podrían distinguir básicamente dos grandes concepciones: una centrada en el objeto, es decir, en las tareas del conocimiento, en los métodos, en las técnicas, en los sucesos educativos, en los procedimientos y otra, de carácter humanista, se preocupa principalmente por el sujeto. Su mirada se ubica en la intencionalidad del hombre, en su desarrollo personal, emocional y por qué no, incluso el espiritual, interesándose por las vivencias, por la imaginación, por el instinto, por el deseo y la voluntad. Esta segunda concepción privilegia el aprendizaje, el crecimiento del sujeto a nivel individual, el desarrollo a escala humana.

El propósito de esta tendencia es lograr el rescate del educador y del educando teniendo presente que la escuela, por su dinámica e impacto sobre el individuo, es un elemento clave para el desarrollo social y emocional del discente, si es que ha de cumplir su función educativa para la vida en una comunidad con su particular código moral y político así como para una vida familiar. No obstante, es la primera concepción la que predomina históricamente en los programas educativos; enfatiza en la transformación del medio, en la transmisión del conocimiento, en los medios educativos, en la enseñanza, en el rendimiento, en la eficiencia, en la productividad, en el logro de objetivos; su criterio de evaluación es eminentemente cuantitativo.

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