Titicaca

Según los informes técnicos que fundamentan el dictamen y demás informes técnicos sobre el tema que nos trae hoy, es indiscutible que la boga, el suche y el mauri, peces nativos de la cuenca del Titicaca, se encuentran amenazados de extinción debido a la depredación por parte del pejerrey y la trucha; así como por la contaminación existente en el Lago Titicaca, no siendo el mayor de los problemas la pesca artesanal del ámbito binacional, como muchos creen.

Más crítica es la situación de la boga, que prácticamente desapareció en el sector boliviano de la cuenca del Titicaca, corriendo el riesgo de extinguirse al igual que el humanto y otros peces del género Orestias.

De acuerdo al artículo 67° de la Constitución, el Estado determina la política nacional del ambiente y promueve el uso sostenible de sus recursos naturales, consecuentemente está obligado a promover la conservación de la diversidad biológica.

Los cuerpos de agua de la cuenca del lago Titicaca proveen el hábitat de diversas especies ícticas, nativas e introducidas. Entre las especies nativas tenemos las del género orestias (humanto, boga, ispi y carachi) y las que pertenecen al género de los tricomycterus (suche y mauri). Las especies introducidas son la trucha y el pejerrey.

La decisión de introducir estas especies de otros ecosistemas no consideró los siguientes efectos:

a) La disminución de las poblaciones de especies nativas. Se ha creado un desequilibrio ecológico que ha producido en la biomasa lacustre y fluvial la extinción definitiva del humanto (certificada por el Ministerio de Pesquería en 1989) y un avanzado proceso de extinción del suche, el mauri y la boga.

b) El insuficiente beneficio económico y alimentario en el pueblo, ya que la trucha ha ocasionado la disminución catastrófica en la población de especies ícticas nativas, que está siendo suplida por la acuicultura aún incipiente en Puno.

c) El desequilibrio del ecosistema debido a los siguientes factores:

- Depredación: la trucha y el pejerrey son especies ictiófagas, más grandes y veloces que las nativas.

- Competencia: la introducción de especies foráneas ha generado y agudizado una intensa competencia con las especies nativas por el espacio vital y por el alimento.

- Bajo nivel de reproducción: las especies nativas se caracterizan por poner un reducido número de huevos. El suche, por ejemplo, pone en promedio tres mil huevos y el mauri cuatro mil 500.

El Estado es responsable de los recursos naturales, en especial de la riqueza biológica, puesto que está encargado de velar por su aprovechamiento racional y su conservación.

El aprovechamiento racional implica la utilización de los recursos naturales sin destruirlos ni alterar sustancialmente el equilibrio ecológico natural

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