Transtornos de los leucocitos ganglios linfaticos timo y bazo
Enviado por Jhonny N Cabrera • 12 de Octubre de 2016 • Trabajo • 2.672 Palabras (11 Páginas) • 513 Visitas
ENFERMEDADES DE LOS LEUCOCITOS, GANGLIOS LINFATICOS, BAZO Y TIMO
Entre los trastornos de los leucocitos se encuentran deficiencias (leucopenias) y proliferaciones, que pueden ser reactivas o neoplásicas. La proliferación reactiva en respuesta a una enfermedad primaria, a menudo microbiana, es frecuente. Si bien son menos habituales, los trastornos neoplásicos tienen peor pronóstico y son la causa de aproximadamente el 9% de todas las muertes por cáncer en adultos, cifra que asciende hasta un asombroso 40% en niños menores de 15 años de edad. A continuación, se ofrecen descripciones breves de algunas afecciones no neoplásicas, seguidas de consideraciones más detalladas sobre las proliferaciones malignas de los leucocitos.
TRANSTORNOS NO NEOPLASICOS DE LOS LEUCOCITOS
LEUCOPENIA
Con mayor frecuencia, la leucopenia se debe al descenso de los granulocitos, los leucocitos circulantes más numerosos. La linfopenia es mucho menos frecuente y se asocia a procesos poco habituales, como inmunodeficiencias congénitas, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VTH) y el tratamiento con corticoesteroides en dosis altas. Solo se comentaran las leucopenias más frecuentes de los granulocitos.
NEUTROPENIA/AGRANULOCITOSIS
El descenso del número de granulocitos en sangre se conoce como neutropenia o, cuando es grave, agranulocitosis. Las personas con neutropenia son sensibles a infecciones bacterianas y micóticas, que pueden ser mortales. El riesgo de infección aumenta bruscamente cuando la cifra de neutrófilos disminuye a menos de 500 células/ ul.
Características clínicas
Entre los síntomas iniciales se encuentran malestar, escalofríos y fiebre, con la consiguiente debilidad y fatigabilidad. Las infecciones constituyen un problema importante. A menudo adoptan la forma de lesiones necrosantes ulcerosas de las encías, suelo de la boca, mucosa bucal, faringe u otras localizaciones dentro de la cavidad oral (angina agranulocítica). Debido a la ausencia de leucocitos, estas lesiones a menudo contienen grandes masas o sábanas de microorganismos. Además de eliminar el fármaco agresor y de controlar la infección, el tratamiento también debe incluir factor estimador de las colonias de granulocitos, que estimula la producción de neutrófilos en la médula ósea.
LEUCOCITOSIS REACTIVA
El aumento de los leucocitos en sangre es frecuente en varios estados inflamatorios causados por estímulos microbianos y no microbianos. Las leucocitosis son relativamente inespecíficas y se clasifican de acuerdo con las series leucocitarias concretas que estén afectadas. Tal como se comenta más adelante, en algunos casos la leucocitosis reactiva puede simular una leucemia. Estéis reacciones «leucemoides» deben distinguirse de los procesos malignos leucocíticos verdaderos. La mononucleosis infecciosa merece un comentario aparte, ya que da lugar a un síndrome característico asociado a linfocitosis. Mononucleosis infecciosa La mononucleosis infecciosa es una enfermedad aguda autolimitada en adolescentes y adultos jóvenes que se debe al virus de Epstein-Barr (VEB), un miembro de la familia de virus del herpes. La infección se caracteriza por: 1) fiebre, dolor de garganta y linfadenitis generalizada, y 2) linfocitosis por linfocitos T CD8+ activados. Cabe destacar que la infección por citomegalovirus induce un síndrome similar que solo puede diferenciarse utilizando métodos serológicos. El VEB es un virus ubicuo en todas las poblaciones humanas. En países en vías de desarrollo se trata de una infección prácticamente universal en la primera infancia. En esta edad, la enfermedad sintomática es poco frecuente y más de la mitad de los casos seguirá diseminando el virus, incluso si los huéspedes infectados organizan una respuesta inmunitaria (descrita más adelante). Por el contrario, en los países industrializados con mejores niveles de higiene la infección se retrasa hasta la adolescencia o el inicio de la edad adulta. Por motivos que se desconocen, solo el 20% de las personas seropositivas sanas de estos países diseminan el virus y únicamente el 50% de los sujetos que han estado expuestos al virus adquieren la infección.
Características clínicas
Aunque la mononucleosis se manifiesta clásicamente con fiebre, dolor de garganta, linfadenitis y las demás características mencionadas antes, las presentaciones atípicas no son infrecuentes.
En ocasiones, el paciente está afebril o presenta fiebrebaja y solo refiere cansancio y linfoadenopatía, lo que plantea el espectro de linfoma, fiebre de origen desconocido, cuadro no relacionado con la linfoadenopatía u otros hallazgos localizados, hepatitis difícil de distinguir de un síndrome vírico hepatótropo o exantema febril parecido a la rubéola. En último término, el diagnóstico depende de los siguientes hallazgos, en orden creciente de especificidad: 1) Linfocitosis con los linfocitos atípicos característicos en sangre periférica; 2) reacción positiva a anticuerpos heterófilos (prueba Monospot), y 3) aumento del nivel de anticuerpos específicos de antígenos del VEB (antígenos de cápside vírica, antígenos precoces o antígeno nuclear de Epstein-Barr). En la mayoría de los pacientes, la mononucleosis se resuelve en 4-6 semanas, aunque en ocasiones el cansancio dura más tiempo. También pueden añadirse una o más complicaciones, de las que las más frecuentes quizá sean la disfunción hepática asociada a ictericia, la elevación de enzimas hepáticas, la alteración del apetito y, más raramente, incluso insuficiencia hepática. Otras complicaciones están relacionadas con el sistema nervioso, los riñones, la médula ósea, los pulmones, los ojos, el corazón y el bazo (incluida la rotura mortal del bazo). El VEB es un virus transformador potente que participa en la patogenia de varios procesos malignos en el hombre, incluidos varios tipos de linfoma de linfocitos B. Una complicación grave que se observa en personas que carecen de inmunidad mediada por linfocitos T (como en receptores de un trasplante de órganos o de médula ósea y en sujetos infectados por el VIH) es la proliferación de linfocitos T mediada por el VEB sin oposición, un proceso que se puede iniciar por la infección aguda o la reactivación de una infección latente en la que participen los linfocitos B y que, en general, comienza como una proliferación policlonal que, con el tiempo, se transforma en un linfoma monoclonal de linfocitos B manifiesto. La reconstitución de la inmunidad (p. ej., cd suspender los fármacos inmunosupresores) puede bastar para provocar la regresión completa de la proliferación de los linfocitos B, que invariablemente es mortal sin tratamiento.
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