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UN LITRO DE LAGRIMAS


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2011  •  10.545 Palabras (43 Páginas)  •  1.176 Visitas

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UN LITRO DE LÁGRIMAS (EL DIARIO DE AYA KITOU)

CAPÍTULO 1. MI FAMILIA (14 AÑOS)

“Mary” ha muerto…

Hoy es mi cumpleaños. He crecido bastante.

Creo que tengo que darles las gracias a mis padres.

Tengo que conseguir sacar mejores notas y permanecer sana para no ponerles tristes. Para lograrlo, necesito pensar en este inicio de mi juventud como en algo importante, sin arrepentirme de nada.

Me voy de camping pasado mañana. Antes tengo que terminar mis deberes para no preocuparme de nada. ¡Vamos, vamos, Aya!

“Tigre”, el perro fiero de los vecinos ha mordido a “Mary” en la cabeza y la ha matado.

“Mary”, que era muy pequeña, se ha aproximado al monstruoso “Tigre” moviendo la cola de forma amigable. Yo he gritado con todas mis fuerzas: “¡Mary, no! ¡Ven aquí!”, pero…

“Mary” debe de sentirse muy frustrada. Ha muerto sin poder decir ni una sola palabra. Si no hubiera nacido perro, no habría muerto tan rápido. ¡”Mary”, espero que seas feliz donde quiera que estés!

La nueva casa ya está terminada.

Las habitaciones grandes de la zona este de la segunda planta son para mi hermana y para mí. Los techos son blancos. Las paredes de madera oscura. Lo que se ve a través de las ventanas es diferente. Estoy contenta de tener mi propia habitación pero me parece demasiado grande y solitaria. Me pregunto si seré capaz de dormir esta noche. ¡Es como empezar de nuevo!

1. Llevaré camiseta y pantalón (así es más cómodo moverse).

2. Tareas que hacer todos los días: regar las plantas, quitar las hierbas, buscar bichos detrás de las hojas del tomatero que he plantado. Además, comprobar si las hojas del crisantemo tienen cucarachas, y si es así, quitarlas.

3. No dejar de lado mis deberes.

4. Aparte de todo lo anterior, escribir en mi diario todos los días.

Voy a asegurarme de cumplirlo todo.

Mi familia

Papá. 41 años. A veces tiene mal genio pero es amable.

Mamá. 40 años. La admiro pero su sinceridad me asusta.

Yo. 14 años. En el inicio de la adolescencia. La edad más difícil. Si tuviera que describirme con una palabra diría que “llorona”. Estoy llena de emociones. Soy inocente y paso fácilmente de estar de mal humor a reírme a carcajadas.

Mi hermana pequeña. 12 años. La veo como una rival tanto en el colegio como en personalidad… Aunque últimamente me mandonea bastante.

Mi hermano pequeño. 11 años. Es muy astuto… da un poco de miedo. Es más pequeño que yo pero a veces se convierte en un hermano mayor. También es como un padre para Koro (1).

Mi hermano más pequeño. 10 años. Tiene un gran imaginación pero también puede ser un poco despistado.

Mi hermana más pequeña. 2 años. Tiene el pelo rizado heredado de mi madre y la cara de mi padre (especialmente los ojos, cuando él ve en el reloj que son las ocho y veinte). Es adorable.

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(1)Koro es el perro.

CAPÍTULO 2. SOPORTANDO LA ENFERMEDAD (15 AÑOS)

Síntoma

Creo que últimamente he perdido peso.

¿Es porque me salto las comidas, por la cantidad de deberes que tengo que hacer y por el proyecto de ciencias?

No puedo concentrarme así que me preocupo.

Me culpo a mí misma pero parece que no progreso.

Mi energía continúa desapareciendo.

Quiero ganar un poco más de peso.

A partir de mañana, necesito actuar de acuerdo al plan que escribí.

Hoy ha estado lloviznando. Ir andando al colegio con una mochila que pesa mucho, y además un paraguas, es un rollo.

Mientras tenía esos pensamientos negativos, mis rodillas se han doblado y me he caído en una calle estrecha que hay a cien metros de mi casa.

Me he hecho mucho daño en la barbilla. Cuando, con cuidado, he acercado mi mano a la barbilla, he sentido como la sangre pegajosa ha cubierto mis manos. He recogido lo que se ha caído de la mochila y el paraguas y he vuelto a casa.

Mi madre ha salido diciendo, “¿Te has olvidado de algo? Si no te das prisa, vas a llegar tarde”.

“¿Qué te ha pasado?”.

No he podido decir nada y solo he podido llorar.

Rápidamente mi madre ha cogido una toalla y me ha limpiado la cara, que estaba cubierta de sangre. He sentido cómo la arena se introducía en la herida.

Me ha dicho, “Tenemos que ir al médico”, y rápidamente me ha ayudado a ponerme ropa limpia, me ha puesto una tirita en la herida y nos hemos montado en el coche.

Me han dado dos puntos sin anestesia.

He apretado los dientes y soportado el dolor porque todo ha sido culpa mía por ser tan torpe.

Pero, aparte de eso, siento que hayas tenido que pedir un día libre en el trabajo, mamá.

Mientras miraba mi barbilla dolorida en el espejo he pensado que quizá mis manos no me han respondido cuando me he caído porque he estado muy lenta.

Pero me alegro que la cicatriz esté debajo de la barbilla. Mi futuro sería muy oscuro si estuviera en un sitio donde todo el mundo pudiera verla.

Mis notas en Educación Física (1).

Séptimo grado = B

Octavo grado = C

Noveno grado = D

¡Estoy tan frustrada! Supongo que tengo que esforzarme más.

Esperaba que el circuito de entrenamiento que hice durante el verano me ayudaría un poco, pero supongo que no ha sido así.

Bueno, supongo que es porque no lo hice durante mucho tiempo. (La voz de las sombras = ¡Exactamente!).

Por la mañana, cuando una luz débil y una brisa se filtraban a través de las cortinas amarillas de encaje de la cocina, he llorado.

“¿Por qué soy la única que no puede hacer deporte?”.

Hoy tengo un examen de Educación Física (2).

Mi madre se ha tapado los ojos y ha dicho, “Pero Aya, no pasa nada porque tú eres inteligente. Puedes concentrarte en las asignaturas que más te gusten y aprovechar eso en un futuro. Se te da bien el inglés así que deberías perfeccionarlo. El inglés es un idioma internacional así que estoy segura de que te será útil. No te preocupes si sacas un suficiente en Educación Física…”.

Mis lágrimas han dejado de caer. Todavía me queda algo.

No debería ser tan llorona.

Mi cuerpo no se mueve como me gustaría. ¿Es por la ansiedad que me produce no poder hacer los deberes cuando podría si empleara cinco horas al día? No, no es eso, algo en mi cuerpo se está rompiendo. ¡Tengo miedo!

Siento como si me estuvieran aplastando el corazón. Quiero hacer ejercicio. Quiero correr. Quiero

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