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Uso De Conectores Logicos Del Lenguaje


Enviado por   •  23 de Agosto de 2011  •  5.916 Palabras (24 Páginas)  •  3.337 Visitas

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USO DE CONECTORES LÓGICOS

Los conectores lógicos son elementos lingüísticos especializados en conectar frases, con el objeto de que la relación lógico – semántica entre éstas resulte clara, perspicua y no ambigua.

Tienen como función básica señalar al lector, de manera explícita, el sentido con el que van encadenándose los diferentes fragmentos de un texto, para guiarlo en el proceso de interpretación del mismo. Algunos especialistas han sugerido una comparación muy clarificadora al relacionar el funcionamiento de los conectores lógicos con los de las señales de tránsito: de la misma manera que las señales viales indican itinerarios como “vuelta a la derecha”, “curva peligrosa”, etc., los conectores lógicos brindan instrucciones como “la información que viene a continuación constituye la causa de la cual se deduce lo que vendrá detrás”, “la información que sigue se opone a la anterior”, o “atención, ahora llega la conclusión, y por tanto, la información que realmente interesa”.

En consecuencia, los conectores lógicos o marcadores del discurso funcionan en un texto como señales indicativas al lector que un escritor eficaz distribuye a lo largo de su discurso, para que su lector siga sin esfuerzo ni dificultades el camino interpretativo trazado.

Ahora bien, ese mismo autor debe tener mucho cuidado en que su lector no se despiste del camino diseñado y realice una interpretación contraria a lo que sugiere, o por decir lo menos, que encuentre muy difícil llegar a la conclusión que se propone; para evitarlo, el escritor deberá vigilar escrupulosamente los conectores que inserta en su texto, y tendrá buen cuidado de que éstos expresen exactamente lo que conviene al sentido del texto.

Para ello es menester conocer la naturaleza de los diferentes conectores lógicos, que son las siguientes:

A) CONECTORES CONTRAARGUMENTATIVOS

Se trata de conectores que presentan un contraste o discusión entre dos ideas, aunque esa relación de contraste muchas veces debe inferirse; por ejemplo, en la oración “Marcos es rubio, pero de ojos azules”, parece sugerirse que no es habitual que alguien rubio tenga los ojos oscuros.

Sin embargo, debe tenerse mucho cuidado de que esa inferencia no llegue al extremo de ser incomprensible, como en la oración “Marisa es inteligente; no obstante, pesa 53 kilos”; según puede apreciarse, no es posible inferir relación alguna entre el peso de una persona y su inteligencia. En ese caso, es preferible sustituir el conector por una frase en que se explique adecuadamente la relación deseada.

De manera general, los conectores de esta naturaleza se oponen a una idea anterior; por tanto, para aplicarlos debe verificarse la existencia de esa idea previa, a la cual el conector introducirá una idea opuesta. Ello se aprecia mejor con el siguiente ejemplo:

“El exceso o defecto en el cumplimiento de una ejecutoria protectora de garantías, no puede hacerse valer en amparo directo, sino a través del recurso de queja.”

Es evidente que la idea previa es la relativa a que el exceso o defecto en el cumplimiento de una sentencia de amparo no se puede invocar en un nuevo juicio de garantías, y la idea posterior es la introducida por el conector sino, que denota la oposición de esta última a la primera.

Los conectores contraargumentativos pueden dividirse en fuertes, débiles y de contraste.

Son de la primera categoría aquéllos que cambian por completo la línea argumentativa.

En cambio, si conceden una parte, pero se contraponen en otra, serán de la segunda categoría.

Por último, si a diferencia de los dos anteriores no anulan una conclusión a la que parecía conducir el argumento precedente, sino que realizan un ejercicio comparativo con una connotación de oposición, serán de contraste.

Esta distinción es importante, ya que puede confundirse al lector al sustituir un conector fuerte por uno débil, o por otro de contraste, y por tanto, la connotación del texto no será la misma. Por ejemplo: en la mayoría de los casos no es posible sustituir “pero” por “aunque”, dado que el primero implica una oposición total a la idea de la que va precedida, y el segundo la acepta en parte, mas hace evidente alguna otra idea que se opone a la primera, y que le hace perder validez.

Son conectores contraargumentativos fuertes:

Pero

Mas

Sin embargo

No obstante

Empero

Con todo

A pesar de todo

Sino

Son conectores contraargumentativos débiles:

Aunque

Aun así

A pesar de

Eso sí

Pese a

Son conectores contraargumentativos de contraste:

En cambio

Mientras que

En tanto que

De todas maneras

Si bien

De todos modos

De todas formas

No debe soslayarse que dentro de las tres clases de conectores contraargumentativos, algunos enfatizan más la oposición que otros. En este sentido, el autor debe ser muy cuidadoso en aplicar el conector que resulte exactamente aplicable al grado de oposición que desea expresar.

Lo anterior se comprende si se advierte que “pero”, implica una oposición a la idea de la que va precedido más fuerte a la que nos denota la partícula “mientras que”, aunque ambos nos introducen a un cambio en la línea argumentativa, característica de los conectores contraargumentativos fuertes.

Asimismo, la expresión “pese a”, conlleva una expresión contrastiva más vigorosa que la que pudiera inferirse de la palabra “aunque”. Véase el siguiente ejemplo:

“Aunque existen numerosos mitos al respecto, los pilares más sólidos sobre los que suele apoyarse el matrimonio – amor, felicidad y seguridad – son frágiles.”

“Pese a los numerosos mitos al respecto, los pilares más sólidos sobre los que suele apoyarse el matrimonio – amor, felicidad y seguridad – son frágiles.”

Mención aparte merece el conector “ahora bien”. La mayoría de los autores coinciden en que es de naturaleza contraargumentativa; sin embargo, constituye además un organizador del discurso.

Como todos los conectores

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