VALORES HUMANOS. LA AUTO EVALUACION DEL MEXICANO
Enviado por DINAMICALEX • 18 de Marzo de 2017 • Ensayo • 1.249 Palabras (5 Páginas) • 932 Visitas
VALORES HUMANOS
NAYLA AVRIL ALEMAN SALAZAR
06-MARZO-17
DEFINICIÓN: La palabra Valor viene del verbo latino, valere que significa estar sano ser fuerte, valentía, aquello que mejora, perfecciona, buena salud, calidad de persona.
- Todo aquello que favorece el desarrollo y la realización del hombre como persona.
- Valor es el grado de excelencia de una persona o cosa.
- Vive con valores como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre, Gandhi.
- Los seres humanos poseemos inherentemente el poder de lograr los mejores resultados posibles de las peores circunstancias posibles, creando valores. Daisaku Ikeda.
- De los sueños parecen al principio imposibles, luego improbables, y luego, cuando nos comprometemos se vuelven inevitables, con esto creamos valor. Gandhi.
Algunos de los valores humanos son:
Honestidad
Éxito
Disciplina
Armonía
Comunicación
Generosidad
Independencia
Estudio
Responsabilidad
Justicia
Productividad
Educación
Limpieza
Democracia
Puntualidad
Fe
Amor
Lealtad
Amistad
Sabiduría
Orden
Cortesía
Dignidad
Sinceridad
Victoria
Iniciativa
Igualdad y
Respeto.
Como podemos transformar nuestra vida en Valores humanos?
- determina por encima de tus límites, de tu estado de ánimo, de tu mente, la voluntad de triunfar es más importante que las circunstancias. Daisaku Ikeda..
- El esfuerzo y el trabajo construyen el puente que conecta tus sueños con la realidad. Daisaku Ikeda.
- El cambio viene de adentro, deja el exterior déjalo tal y como esta. Pablo Neruda.
- La prepotencia y la soberbia te harán sentir fuerte solo un instante, la humildad, te hará grande y fuerte toda una vida.
- Madurar es: cuidar lo que dices, respetar lo que escuchas, y meditar lo que callas.
LA AUTO EVALUACION DEL MEXICANO.
De niños nuestros padres nos hicieron sentir, inteligentes o tontos, diestros o torpes, guapos y feos buenos o malos, aceptados o rechazados…
De la interacción con las figuras parentales en la primavera de nuestra vida, fue surgiendo y perfilándose la autoimagen que llevamos y que nos lleva por los caminos de la vida. Tal imagen es bastante compleja, porque incluye: lo que soy yo, lo que es mi familia, lo que es mi país.
Este último punto es el que da el contexto general, y asi, por ejemplo, un norteamericano se forma una autoimagen diferente de la que se forma un negrito de Uganda o un Mexicano. La autoimagen va a ser el factor clave para la acción de un individuo y para sus actitudes ante la vida:
-soy capaz (o incapaz) de vivir,
- soy digno (o indigno) de vivir,
- puedo (o no ) atreverme a tales cosas
- puedo (o no) aspirar a tales logros.
Por supuesto que no todos los miembros de un país tienen una misma imagen de sí mismos. Hay muchas diferencias individuales, familiares, y de clase social. Pero la psicología social nos ha enseñado que existen denominadores comunes muy significativos.
En el caso del pueblo mexicano hay un rasgo que destaca y que merece nuestra reflexión: la falta de autoestima. No, nos valorizamos; nos creemos inferiores dudamos de nuestras capacidades.
En su célebre obra PERFIL DEL HOMBRE Y DE LA CULTURA EN MÉXICO (1934), Samuel Ramos encontraba y señalaba un obscuro complejo de inferioridad como el, motor dinámico de alma mexicana. Intentamos no ir tan lejos como el pero no podemos negar un fondo de inseguridad y sentimientos de minusvalía en nuestra alma nacional.
Este rasgo a menudo se disfraza, pero se delata a través de síntomas variados e inconfundibles vamos a considerar nueve:
1) El Malinchismo: lo de fuera es mejor que lo de aquí, magnificamos lo extraño, sobrevaluamos lo que viene de otros países, por eso el extranjero que llega a México, fácilmente se coloca por encima de los mexicanos.
2) La Impuntualidad: ¿Qué quiere decir citar a las ocho y llegar a las 9 o ser citado y pasar por eso mismo? El mensaje oculto es que no me importa tu tiempo y que no te importa mi tiempo. Ni tu ni yo somos importantes y dignos de consideración.
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