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Violencias Y Discriminaciones En Las Ciudades


Enviado por   •  16 de Octubre de 2012  •  6.222 Palabras (25 Páginas)  •  569 Visitas

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Violencias y discriminaciones en las ciudades

Ana Falú

I

ntroducción

Las crecientes violencias urbanas, tanto las que se experimentan como las que se temen, se han transformado en problemas centrales en las ciudades, que afectan la calidad de vida cotidiana de las personas y el ejercicio de sus derechos ciudadanos. Por lo tanto, es necesario indagar cómo impactan estas violencias de manera distinta en mujeres y hombres y qué políticas públicas podrían contribuir a dar respuesta a la complejidad que encierra este fenómeno, lo cual implica avanzar en una intersección de temas tales como, el derecho a la ciudad, los derechos ciudadanos y los derechos de las mujeres a vivir y disfrutar las ciudades.

Parto del supuesto de un continuum en la forma en que se ejercen las violencias hacia las mujeres en el mundo privado y en el público: agresiones, acoso sexual, criminalidad y violaciones, ocurridas en las calles, en los espacios públicos y en los medios de transporte. Se trata de una criminalidad creciente, no siempre denunciada ni bien tipificada como delito, ni sancionada debidamente.

En este sentido, la violencia individualizada a través del cuerpo de las mujeres --el cuerpo que habitamos-- se transforma en social y política, y permite develar y comprender otras discriminaciones que signan la vida de las personas en las ciudades, como las vinculadas a cuestiones de opción sexual, origen étnico, edad, condición social o lugar de residencia. Y el espacio urbano, sea público o privado, es el soporte físico y cultural donde se despliegan, se viven y se sufren estas violencias.

En esta contribución me propongo contribuir con algunas reflexiones acerca de las limitaciones y posibilidades que ofrecen las ciudades, vistas como escenario de segregación y conflicto pero también como el terreno en el cual se conjugan y ejercen las ciudadanías.

Desarrollaré este texto en cinco secciones. En la primera me referiré brevemente a las transformaciones urbanas en el marco de los procesos globales, buscando reconocer los impactos más relevantes en el territorio. Seguidamente, buscaré dar cuenta de la violencia como tema emergente en las ciudades y central de las agendas ciudadanas. En la tercera me referiré a la

1 Esta es una versión revisada de la Conferencia de apertura realizada en el ciclo 2008 de este Curso Virtual. El texto que acá se presenta es una síntesis de un texto más extenso preparado por Ana Falú y que puede ser consultado en Biblioteca de este campus virtual.

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violencia hacia las mujeres en el espacio público y el poder de los estereotipos que las retroalimentan y que es necesario de-construir. En la cuarta sección identificaré desde una perspectiva crítica, algunos de los temas nodales vinculados a las violencias. Finalmente indicaré algunos condicionantes en el tratamiento de las violencias.

Las transformaciones urbanas de cara a los procesos globales

Parece haber consenso en que una de las más significativas consecuencias de la globalización y de las políticas de ajuste impulsadas en la década de los noventa ha sido la transformación de las ciudades, así como en el modo de pensarlas. Las ciudades de América Latina han experimentado, a partir de esta década, un segundo período de modernización, a diferencia de la etapa de sustitución de importaciones de los años cuarenta y cincuenta, modernización que respondió a las demandas del capital industrial. Esta nueva corriente da respuesta a las presiones e intereses del capital financiero, a las grandes inversiones inmobiliarias, “a la mundialización de la economía, que se ha centrado en las empresas multinacionales y en los bancos” (Sassen 1999).

Con la intensificación de la globalización se acentuaron las transformaciones en la estructura territorial no como fenómenos independientes, sino parte de un proceso global de crecientes interdependencias y de alto costo social alto; segregaciones que se agudizan y no parece haber indicios para pensar que estos nuevos procesos contribuyan a resolverlos, sino que se han profundizado. Distintos autores coinciden en señalar que la sociedad urbana actual confronta una fragmentación espacial que segrega distintas homogeneidades, propias de cada colectivo social. Esta segregación se expresa no sólo en los indicadores de ingreso, ocupación y distancias salariales,2 sino en el acceso real de la población a las ofertas urbanas. Uno de los resultados es un modelo de espacialidad nuevo, con periferias en las cuales conviven altos desarrollos comerciales con extensiones del mayor atraso y pobreza. Este modelo de ciudades globales refleja segregaciones de clase, de nivel socioeconómico, de género, étnicas y etarias. El “derecho a la ciudad”, como sostiene David Harvey (2008), parece transformarse en una quimera; no todos tienen los mismos recursos materiales y simbólicos para apropiarse de igual manera de las ciudades ni para transformarlas de acuerdo con sus deseos e intereses; y en particular, sufren y viven restricciones los grupos en condiciones de mayor vulnerabilidad social o en situaciones de “marginalidad”, tanto en las periferias urbanas como en los centros degradados.

2 Retratos de las Desigualdades, estudio desarrollado por IPEA (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada, Brasil), DFID (Department for International Development) y UNIFEM (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) para el Brasil: mientras una mujer negra percibe 276 reales por un trabajo, un hombre blanco recibe 978 reales por el mismo.

2

América Latina transita actualmente por un buen momento y se evidencian avances positivos en algunos indicadores socioeconómicos (crecimiento del empleo formal, crecimiento sostenido del PIB, más niveles de educación).3 Sin embargo, en sus aglomerados urbanos fragmentados se expresan desafiantes fenómenos.

En primer lugar, la región ostenta los mayores índices de desigualdad y nichos de pobreza, que conforman fenómenos como la “urbanización de la pobreza” y, dentro de ella, la “feminización de la pobreza”. Si bien el siglo XX nos dejó avances significativos, en paralelo a lo conquistado hay una realidad de millones de latinoamericanos, particularmente una gran mayoría de mujeres, que desconocen sus derechos, no tienen conciencia de ellos ni los reclaman debidamente. El ejercicio de los derechos de ciudadanía aún es débil, parcial y desigual, y convive con múltiples exclusiones.

En segundo lugar, aún persisten una gobernabilidad frágil y democracias de baja intensidad. En lo relativo a los derechos de las mujeres, se lograron avances en el reconocimiento de los mismos, a través de la creación de instituciones específicas, medidas equiparatorias, legislaciones y programas de igualdad de oportunidades.4

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