Vivimos en un mundo que evoluciona constantemente

¿Evolución?

Vivimos en un mundo que evoluciona constantemente y con él, claramente nosotros. No se sabe exactamente si para bien o para mal. Pero algunas cosas de nuestro entorno nos condicionan y nos hacen responder de cierta manera. Otras veces, la mayoría quizás, para tener siempre el visto bueno de todo el mundo, para encajar siempre en una sociedad de estereotipos y categorías, por ser aceptable ante alguien.

Siempre se está sujeto a algo o a alguien superior a nosotros, nuestro jefe, nuestros padres, los docentes, el presidente y todo aquel que represente autoridad, aquellos que nos dan ordenes, como lo dice la lectura “por nuestro bien”, que nos proponen ideas, propuestas o decisiones, esperando la mayoría de veces un “si” como respuesta, tal vez, la sujeción total por parte de quienes están bajo su responsabilidad.

Por otro lado, están las costumbres, lo que esta socialmente aceptado, la mortal rutina. Lo que sigues porque los demás lo hacen, lo que buscas hacer porque tu grupo social te acepte, lo que a nuestros ojos esta “normal en hacer”. O simplemente el hecho de levantarse, cepillarse los dientes, alistarse para hacer lo mismo de todos los días, coger la misma ruta de bus, a la misma hora, el mismo camino. Lo que la moda impone, lo que nos venden los medios y las falsas expectativas que nos brindan sobre nuestra propia imagen como seres humanos.

Finalmente, se encuentran los caprichos, lo que sale de adentro de ti, tus deseos y tus ganas de “darle rienda suelta” a lo que te plazca o a lo que sencillamente quieres llevar la contraria, también por querer ser diferente. Nuestros caprichos dependen de nosotros mismos, de nuestra propia autonomía de decidir a qué cosas quiero decir sí y a qué cosas quiero decir no, sin sentir miedo o pena porque al otro le vaya a disgustar mi opinión. Aquí, es donde entra la libertad, esa de la que tanto se habla y tanto se reclama como derecho. Pero… si la mayoría del tiempo estamos sujetos a órdenes y a costumbres, a cumplir las normas, a cumplir las leyes, a cumplir todo lo que nos pueda decir un manual, entonces, ¿Cuál es la libertad? Claro que para ciertas cosas debemos cumplir, porque si cada quien hace lo que quiere y como quiere, seria todo un caos.

La libertad está en eso que te añade felicidad, en lo que encuentras paz al hacer las cosas, en aquello que te apasiona, decidiendo por ti mismo y defendiendo todo lo que pueda hacerte bien, claro está, sin hacerle daño a nadie y actuando de manera limpia. Porque entonces, ya no sería libertad.

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