Y represento a la escuela secundaria general Lázaro Cárdenas del Rio que está en la colonia Emiliano Zapata En Tlapa De Comonfort,

No hay camino para la paz, la paz es el camino “Mahatma Gandhi 1869-1948”

Mi nombre es

Y  represento a la escuela secundaria general Lázaro Cárdenas del Rio que está en la colonia Emiliano Zapata En Tlapa De Comonfort,  

Por los acontecimientos sucedidos en nuestro país en los últimos años el tema de la violencia y la inseguridad han sobre pasado los limites, los ciudadanos  nos enfrentamos a amenazas contantes como el tráfico de drogas, secuestros y otras situaciones que nos afectan gravemente física y emocionalmente. Esto ha demostrado que nuestra  Educación en valores es casi  nula, no solo en la calle sino también en muchas familias y en  casi todas nuestras escuelas.

La violencia retrasa los avances en la implementación valores, como la libertad, la igualdad y la tolerancia. Muchos jóvenes han sido víctimas de la delincuencia organizada y otros retoman este camino para “solucionar o empeorar su situación”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “el uso intencional de la fuerza o el uso del poder físico contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades para causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

La violencia no se resuelva con violencia

Al escuchar la palabra “paz” pensamos que nadie más se enojara o que todos estaremos de acuerdo con las opiniones de todos, que nunca abra conflictos entre personas, pueblos o países. Por el contrario los conflictos siempre existirán solo que debemos aprender a solucionarlos, de tal manera que no se afecten los derechos de ningún ciudadano.

Según la definición de las Naciones Unidas (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y resuelven los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones.

¿Cómo lograremos que nuestra sociedad viva en paz? la única respuesta la educación

A través de este derecho lograremos en cada uno de los individuos la libertad de pensamiento, juicio y sentimientos, esto le permitirá actuar conscientemente y evitar la violencia ante los diversos conflictos que le presente la vida.

Cuando hablamos de educación para la paz,  hay muchas personas que piensan “para eso no se necesita educarse”, porque todos quisiéramos vivir en completa armonía. Sin embargo vemos con tristeza que hay quienes alteran esa tranquilidad por tener el control económico, político o social.

Es por ello que se vuelve de trascendental importancia que nuestras sociedades aprendan a reconocer esquemas y dialogar para vivir en paz.

Pero la paz no puede llegar por la imposición de un gobierno, esta nace cuando aprenden a vivir y convivir los miembros de las familias entre ellos y con otras familias, porque a final de cuentas los promotores de la violencia, provienen de alguna familia que no supo cómo resolver sus problemas de forma pacífica o no educo a sus miembros para que privilegiaran el bien común sobre sus propios intereses.

Si nuestros padres fomentaran en nosotros la resolución de conflictos por medio del diálogo, la aceptación, el respeto, la tolerancia, la paciencia y por supuesto el amor, estaremos dando grandes pasos por cada familia ayudando en la transformación de nuestra sociedad y del mundo entero.

Independientemente de los valores que nos inculque la familia, otro espacio fundamental es la escuela la cual su principal función es enseñarnos  a convivir,  la convivencia se aprende: Nadie nace sabiendo vivir con los demás, el adolescente tiene que aprender que el ambiente de la sociedad provoca conflictos con demasiada frecuencia, en las relaciones de las personas. Por eso, la convivencia no puede dejarse al desarrollo espontáneo de la construcción de la personalidad ni al albur de los acontecimientos.

Es necesaria la intervención de nuestros maestros para  ayudarnos a aprender a relacionarse, a vivir con los demás. La convivencia debe ser una de las principales actividades de la educación actual. Cada individuo debe conocer y potenciar los derechos humanos reconocidos internacionalmente, favoreciendo una actitud crítica, solidaria y comprometida frente a situaciones conocidas que atenten contra ellos, facilitando situaciones cotidianas que permitan concienciarse de cada uno de ellos.

Por lo tanto la paz también se construye mediante esfuerzos personales para mantener la tranquilidad en la conciencia y la armonía consigo mismo y con los demás; por ello la auténtica educación para la paz debe poner el énfasis en el esfuerzo personal por vivir la armonía interior, la tolerancia en el buen sentido de la palabra, que debe conducir al auténtico amor al compañero y no sólo el soportarlo. La educación para la paz es un proceso que debe estar presente en el desarrollo de la personalidad.

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