APRENDIENDO A VIVIR MEJOR GUIA PARA CUIDAR Y MEJORAR LA SALUD INTEGRAL
Enviado por 45086954 • 11 de Diciembre de 2015 • Monografía • 7.119 Palabras (29 Páginas) • 216 Visitas
APRENDIENDO A VIVIR MEJOR
GUIA PARA CUIDAR Y MEJORAR LA SALUD INTEGRAL
2015
TERCERA EDICIÒN
PERÙ
FOTOS
FOTOS
El orgullo de los jóvenes es su
fuerza, y la hermosura de los
ancianos son sus camas.
Proverbios 20,29
foto
Presentación a la 1ª. Edición
Prologo
INTRODUCCIÒN A LA 3da. EDICIÒN
Hace ya varios lustros que en nuestro país se dieron los primeros pasos para el conocimiento de la problemática geriátrica y gerontológica del ser humano. Fue grupo de médicos muy entusiastas que se reunieron para analizar esta problemática y sentaron las bases para el estudio de esta disciplina, que ya era muy conocida en los Estados Unidos de Norteamérica y países de Europa.
En nuestro país aún no se le conocía y se hablaba poco de ella y pretender ser especialista era algo más que una locura.
Estos conocimientos se leían en tratados que venían del exterior y en unas pequeñas publicaciones que llegaban a nuestras manos, hechas por nuestros colegas que creían que esto podría ser el comienzo de una era para reivindicar al anciano, sin temores, para que en el Perú se dé cuenta que nuestro anciano tiene características y soluciones muy especiales, como se da cuenta en algunas publicaciones nuestras, como ´ Tercera Edad` de Carlos Vivanco y en toda esa hermosa producción de mi dilecto amigo y colega Dr. Miguel Lladò y otros más.
Muchos médicos en época más reciente, ya interesados en el conocimiento y la práctica de esta disciplina, aplican las pautas para prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar al anciano, se abren unidades geriátricas en hospitales y otras instituciones, potencializamos una Sociedad de Gerontología y Geriatría y es en estos ambientes donde la Dra. María del Pilar Gamarra Samaniego se proyecta más allá y elabora un manual, y nos hace entrega de esta publicación que titula ‘APRENDIENDO A VIVIR MEJOR’ Ella y sus colaboradoras plasman sus experiencias y nos dan en forma muy sencilla, diversos aspectos gerontológicos que han de servir de ayuda para enfocar y dar soluciones frente a las necesidades que conlleva la ancianidad.
En sus diversos capítulos, el manual desarrolla distintos aspectos, nos dice como alentar al anciano, que, cuanto y donde comer, que ejercicios hacer, como reactivarlo físicamente, teniendo en cuanta la merma de sus facultades orgánicas y fisiológicas. Los dibujos grafican estos ejercicios. Prepara al anciano para que aprenda a cuidar su salud y prevenir las enfermedades.
En los capítulos finales, se preocupa por los aspectos psicosociales y como ayudarlos, teniendo en cuenta que en esta etapa de la vida el anciano ya no produce, sigue consumiendo y ocupa un lugar, situaciones que se agravan por los miedo que tiene el adulto mayor a la muerte, a la enfermedad y a la pobreza.
APRENDIENDO A VIVIR MEJOR es un manual que prepara a la persona constructivamente para vivir mejor, tener la satisfacción de una labor cumplida y ser aun útil a los demás.
Este manual ofrece consejos prácticos y sugiere líneas de acción, dejando que el lector encuentre sus propias soluciones de acuerdo con sus necesidades y circunstancias individuales.
Cuando la Dr. María del Pilar Gamarra presento su primera edición, yo dije que este manual no solo era útil para el médico o para el equipo multidisciplinario que atiende al anciano, sino que debe estar al alcance de toda persona que sea consciente que su vejez vendrá irremediablemente y que debe prepararse y preparar a otros para esta etapa de la vida, solo así retribuiremos en parte lo que de ellos hemos recibido.
Foto
“La vida es una larga lección de humildad” foto
Estoy sentado en mi escritorio frente a mi vieja máquina de escribir.
Cientos de ideas cruzan por mi mente y me siento capaz de abordar cada una de ella. Sin embargo algo muy íntimo me obliga a detenerme unos minutos, ¿hasta dónde soy capaz de escribir sobre algún tema de interés, especialmente para ustedes, los jóvenes?
Miro por la ventana y observo en un frondoso árbol del jardín a un ave no más grande que un puño, parada en una de las ramas más débiles y livianas. Desde allí, entona un precioso canto. Luego, extiende sus pequeñas alas y emprende el vuelo hasta perderse de mi vista.
Un ave tan frágil y una melodía tan hermosa…, y ser mínimo y que puede elevarse hasta las alturas. Esto es a humildad, pienso.
Dicen que “la vida es una larga lección de humildad”, humildad que no es timidez ni muchos menos humillación, sino la capacidad de saber apreciar, admirar y asombrarse ante la infinita gama de atributos con que han sido dotados todos los seres de la tierra.
La humildad nos permite acercarnos (o dejar que se acerquen) a los otros, con nuestro corazón y nuestros sentidos abiertos, siempre atentos a recibir de ellos una lección de vida. La humildad no necesita juntar las manos y bajar los ojos ante los hombres o la naturaleza, necesito simplemente reconocer que todo lo que sabemos lo hemos aprendido de nuestros antepasados., que nuestra valija de conocimientos y hasta de bienes materiales, los hemos obtenidos gracias al esfuerzo y al tesón de aquellos que nos precedieron y trazaron la ruta correcta; sensata para que los que proseguíamos tras ellos, no perderíamos las señales dejadas en este sinuoso camino de la vida.
La humildad actúa con naturalidad, nos impele a reconocer nuestros errores y a corregirlos nos enseña a admirar a aquellos seres que, por sus acciones valiosas, se sitúan en lugares privilegiados, nos enseña a mirarlos en su justa perspectiva, ni situándolos a demasiada altura ni tratando de empequeñecerlos. La mezquindad, por lo tanto, es la antítesis de la humildad, es la persona que va oscureciendo nuestros corazones, nos impide situarnos en el lugar exacto que nos corresponde, sin falsas posturas, sin alardes siempre asombrados, como si fuéramos niños ante la maravilla de pertenecer a la raza humana y habitar este maravilloso universo.
...