Adam Smith, Ricardo, y Malthus..

R.L.Heilbroner  “Vida y Doctrina de los Grandes Economistas”  1985.Ed.Orbis.

Adam Smith.

El fragmento aquí tratado, compone una de las partes que forman un texto sobre la vida y doctrina de Adam Smith, escrito por R.L.Heilbroner. En él, es observable la base teórica y moral sobre la que basa sus escritos económicos. Afirmando que: “… el hombre puede elevarse por encima de su propio interés al formular juicios morales y cómo su egoísmo puede ser transmutado a una esfera superior.” De esta cita suya, obtengo la conclusión de que defiende la supremacía de grupos de personas frente a otras, ya que están situadas jerárquicamente por encima debido a sus insistencia y perspicacia para cumplir, y hacer realidad sus deseos en base a sus intereses. Apoyando de este modo la desigualdad, aspecto obvio, teniendo en cuenta que se opone a la ley de pobres.                                                                                                                                        

Esta base ideológica proviene de los fisiócratas franceses, de dos autores en concreto, que les inspiraron para crear su modelo económico,  François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot. Considero reseñable que Adam Smith tuvo la oportunidad de conocer esta escuela económica francesa, gracias al pago vitaliceo por parte del  III Duque de Buccleuch, que le permitió viajar hasta Francia. Por lo que, valoro necesario, esclarecer que Adam Smith se movía en un entorno y estrato social de alto poder adquisitivo.

Otro aspecto al que se opone es a la existencia de monopolios, ya que cree en el libre mercado y en la libre competencia. No obstante, resulta contradictorio que defienda la libertad de cada individuo de hacer realidad sus intereses, afirmando que, para ello, no debe haber intervención del estado, ya que la libre competencia impera. Cuando la existencia de un estado creado por un cierto grupo de personas responde exactamente a ese dogma liberal, creado por Adam Smith, de que cada persona puede perseguir su egoísmo. Y es esto lo que impera en la realidad social y económica del siglo XXI, reina la ideología liberal de Adam Smith, en la que, un grupo de personas domina y moldea la realidad de las masas, a partir de sus intereses, y mediante empresas como las multinacionales (Como explica R.LHeilbroner en este texto.), o como los estados-nación.

Así mismo, la teoría económica de Adam Smith, defiende la acumulación de capital, designándolo como el motor del progreso económico, en contraposición con el trabajo, siendo este el origen de la riqueza. Cabe resaltar, que, pese a que otorgue esa relevancia al trabajo, vea justo un salario de subsistencia para quienes crean la riqueza de las naciones según razonamiento. Y crea que los capitalistas encargados del progreso, mediante la inversión del capital creado por la mano de obra, sean la clase dominante de este sistema.                                                                                                                         Siguiendo con esta relación capitalista, trabajador, es reseñable el aspecto de la competencia empresarial: “… el fabricante se ve obligado, por las fuerzas de la competencia, a vender sus mercancías a un precio próximo al coste de producción…” “… se ve obligado a ser lo más eficiente posible, para mantener sus costes bajos y permanecer en condiciones competitivas.”, siendo el interés del capitalista la reducción del salario obrero, estando así, en contraposición de intereses.

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