Argumentos impuesto al combustible

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Introducción

El impuesto específico al combustible es en Chile el conjunto de gravámenes que se establecen por ley al diésel y la gasolina.  Este impuesto se estableció en el año 1986 en la ley Nº 18.502 y aún está vigente, el objetivo de este fue el financiamiento de la reconstrucción de daños ocasionados en el terremoto de dicho año. La tasa de este tributo se mide en UTM, siendo de 1,5 para diésel y de 6 UTM para gasolina automotriz, midiéndose según m³.

Este impuesto tiene dos componentes: fijo y variable. La función de la variable es estabilizar el precio cuando se presentan variables que provocan un alza sostenida. En caso contrario, cuando los precios disminuyen, el Estado incrementa el impuesto y equilibrar valores.

En el contexto del plan de modernización tributaria que está impulsando el gobierno, el presidente Sebastián Piñera, indicó, referente a las alzas, que "el Gobierno no está indiferente [...]” y por esa razón ya pusimos en marcha el fondo de estabilización del precio de los combustibles”. Por lo tanto, se ha propuesto reducir el impuesto específico a las gasolinas y al mismo tiempo subir el impuesto al diésel.  

El impuesto al diésel es un tema altamente polémico, tanto por el impacto que tiene en la economía de las personas y de los países, como por las consecuencias que su uso tiene para el medio ambiente.

En la percepción de los chilenos, según datos y opiniones recopilados por la radio Universidad de Chile, se hace necesario tomar medidas para poder llegar y ayudar a miles y miles de chilenos y chilenas que hoy por hoy su automóvil, se ha convertido en su herramienta de trabajo. A lo cual el alto precio del combustible no colabora en nada.

Se propuso una rebaja transitoria del impuesto específico a los combustibles para personas particulares o consumidores mientras perdure la emergencia sanitaria del COVID-19; y eximir de dicho impuesto a los taxis básicos, taxis colectivos, y al transporte de pasajeros de zonas rurales, también durante la emergencia sanitaria.

A la fecha de publicación del artículo iban 31 semanas consecutivas en el alza en el precio de los combustibles, lo que afecta principalmente a la clase media, los pequeños transportistas, y las pymes. Esto no representa justicia tributaria, como dijo el diputado Soto alivianar la carga de gastos de las familias en medio de esta crisis se vuelve imperante, ya que son los que pagan en gran proporción este impuesto.

El parlamentario Raúl Soto indicó que por cada litro de bencina que los chilenos y chilenas y pequeños transportistas compran en una bomba de bencina pagan 312 pesos por litro por impuesto específico al combustible, si le sumamos el IVA son 100 pesos adicionales, es decir, que por cada litro los chilenos pagan 412 pesos sólo en impuestos, casi el 50%.

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