Automóvil: Necesidad o dependencia

Automóvil: Necesidad o dependencia.

“Está sola en el espacio, sola en sus sistemas de apoyo a la vida, alimentada por energías inconcebibles que nos transmite por medio de los más delicados ajustes; es rebelde, extraña, impredecible, pero también nutritiva, dadora de vida y enriquecedora en el más alto grado. ¿Acaso no es un inestimable hogar para todos nosotros? ¿Es que no merece nuestro amor?”.

Aprovecho esta frase de Barbara Ward y René Dubos, ecologistas y escritores de la obra “Only One Earth” para dar principio a este compilado de reflexiones sobre esta dormida sociedad tapatía y sus alarmantes contradicciones éticas y morales. En Guadalajara todo mundo nos declaramos estar preocupados por el deterioro ambiental, los efectos del consumismo y el calentamiento global. Cuando en realidad no hacemos nada o hacemos muy poco para remediarlo y de puras palabras no pasamos. Estamos dedicados a cargarnos todo lo que se interponga en nuestro camino de falso progreso y estúpido desarrollo, además la falta de responsabilidad en lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, provoca que esta ciudad siga con pasos agigantados a su monstruoso hermano mayor, la Ciudad de México. Su crecimiento esta fuera de control y sin la más mínima planeación. Cada día es más usual ver que cientos de automóviles que transitan por la urbe, algunos de ellos en pésimas condiciones, emiten una gran cantidad de gases contaminantes que van a parar directamente a nuestros pulmones y a la ya fregada atmósfera. Por si esto fuera poco, una melodía de maquinas automotoras envuelve las calles día tras día, sin pausa y sin control. Haciendo que la metrópoli se transforme, en un espacio optimo solo para los usuarios del medio de transporte más adictivo que puede haber: el automóvil, o tal vez ni para ellos, ni para los que por necesidad o con todo la determinación, nos sentimos inquilinos pasajeros de este mundo, por lo tanto tratamos de aportar un pequeño grano de arena, a esta inmensa torre de basura social, utilizando lo menos posible el carro y transportándonos de una manera más consiente y en armonía con esto que llaman nuestra “Hermosa perla tapatía”.

En mi transcurrir cotidiano por este gran estacionamiento ¨Guadalajara¨. Observo que cientos de personas utilizan el carro como medio primordial de transporte. Aunque la mayoría toda esta gente, tenga la necesidad de recorrer distancias relativamente cortas, la cual podrían ser satisfecha por algún medio de transporte menos contaminante, como lo pude comprobar en mis encuestas. Mi sociedad se esfuerza en creer que sin el coche no se llega a ningún lado. El ochenta y cuatro porciento de la gente que contesto a mis preguntas, consideran que es necesario tener un automóvil hoy en día y lo utilizan alrededor de tres a cinco días a la semana, sobreponiendo factores como la comodidad y el confort, que aparentemente otorga el carro, a otros de mayor importancia como el cuidado del ambiente. Están ciegos y además estúpidos, pues el sesenta y cuatro porciento de los encuestados no conocen ninguna ciclo vía en la ciudad. Esto me lleva a creer que existe en la actualidad una fuerte dependencia al automóvil, de la cual es víctima la sociedad tapatía. Bueno y ahí les va un dato curioso, el setenta y dos porciento dice que hay lugares a los que es imprescindible llegar en coche, esto me pone a pensar, que como es posible que sobreviva yo en esta ciudad, pues en el transcurso de tres años he tenido la necesidad de utilizar el automóvil propio en diez ocasiones. Pero también, en contra parte pregunte a estas cien personas encuestadas si: ¿Existen lugares a los que no irían en carro? A lo que me contestaron, el sesenta porciento que si, pero más de la mitad me comentaron que no iban al centro en carro, pues nunca encontraban donde estacionarse y que el tráfico

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