CASO CHEVRON

LA VERDAD SOBRE EL CASO CHEVRON ECUADOR

En los años sesenta, la compañía norteamericana Chevron, operando bajo la marca Texaco firmó un contrato con el gobierno ecuatoriano para extraer petróleo de la cuenca Amazónica de Ecuador.

En el curso de los siguientes 26 años, Chevron extrajo ciento de miles de galones de petróleo crudo, los cuales brindaron grandes ganancias netas para la compañía.

En el proceso esta gigante petrolera cometió uno de los peores abusos en contra del ambiente conocidos por la historia.

En la costa sur del pacífico, en la línea ecuatorial que le da nombre al país y en una extensión territorial del tamaño del estado de Nevada, existen dos de los ecosistemas más importantes del planeta; la islas Galápagos y la selva Amazónica ecuatoriana.

Pese a no ser muy extenso, Ecuador es el hábitat de cientos de especies de plantas y animales, a tal punto es rico que ha sido nombrado por Conservación Internacional como uno de los 17 países más mega diversos del mundo.

Un selecto grupo de países “Refugio para la vida del planeta”.

Ecuador es también hogar de cinco nacionalidades indígenas, incluyendo los Achuar, Secova y Cofán; estas nacionalidades viven de la tierra y usa las aguas de los ríos para cocinar, beber y bañarse. Ahora por culpa de Chevron, están enfermando y muriendo por hacerlo.

Para entender como Chevron hizo algo tan horriblemente incorrecto debemos primero dar un vistazo a los pasos que normalmente se hacen para proteger a la Naturaleza en el proceso de extracción del petróleo.

La extracción petrolera usualmente inicia cuando se perfora un pozo, y piscinas son creadas para contener temporalmente los desechos producto de la extracción. Las piscinas se cubren de una gruesa membrana industrial diseñada para resistir grandes pesos, la humedad, el calor y las filtraciones.

La membrana debe impedir que existan filtraciones toxicas al suelo. Así las toxinas peligrosas, lodos contaminados y lubricantes químicos son depositados en las piscinas. Luego, se procede a una fase de separación donde el crudo se refina y los desechos de aguas toxicas que la industria no puede tratar son reinyectados en la tierra.

Concluida la perforación el crudo es transportado, la piscina vaciada, la membrana es retirada y se devuelve todo a su estado natural.

Este proceso usualmente lo siguen las compañías como Chevron y otras petroleras norteamericanas. Muchas de estas prácticas industriales de perforación y reinyección eran conocidas y recomendadas mucho antes que Chevron operara en Ecuador, de hecho en 1962 el Instituto Norteamericano de Petróleos publicó un manual donde describe la forma correcta de proceder con los desechos producidos al reinyectarlos dentro de la tierra.

Indica entre otras cosas el extremo cuidado con el que se debe proceder al disponer de estos desechos para proteger las fuentes de agua, pues puede producirse contaminación capaz de afectar fuentes subterráneas de agua o en las tierras en donde se puede filtrar.

La misma Texaco patentó una nueva técnica para reinyección, porque sabían que debían proteger la tierra y las fuentes de agua.

Sabían que no hacerlo, provocaría irreversibles problemas de contaminación. Procedían de esta forma en Estados Unidos pero no en Ecuador.

Esto es lo que hicieron en la Amazonía Ecuatoriana, uno de los más frágiles y diversos ecosistemas del mundo y hogar de varios grupos de indígenas. Chevron escogió no inyectar las toxinas en la tierra.

En lugar de eso, instalaron tubos de evacuación para drenar las toxinas en los ríos y esteros. Chevron escogió no instalar membranas de protección como lo hacían en Estados Unidos, sino que permitió que las toxinas se filtrasen en la tierra contigua y a los niveles subterráneos donde está el agua de consumo humano.

En lugar de disponer adecuadamente de los desechos al separar el crudo. Chevron instaló tubos de evacuación contaminando además el agua de lluvia, incluso, en lugar de evacuar el gas natural producto de la extracción.

Chevron decidió quemarlo en *antorchas*, esto produjo gigantescas llamas que contaminaron aún más el medio ambiente. Esta ciega y violenta contaminación se hizo a muy poca distancia de los hogares de los indígenas.

El daño producido por Chevron es enorme y evidente, los cientos de pozos y piscinas Rhode Island. El mismo jefe legal de Chevron en Ecuador, estima que la compañía arrojó al menos 16 mil millones de galones de desechos tóxicos en la selva. Otros estudios independientes señalan incluso 18 mil millones de galones de tóxicos derramados.

Todo esto arrojado los lugares donde los grupos indígenas, aún hoy en día, obtienen agua para beber, bañarse y pescar. Mismos ríos donde Chevron arrojo sus desechos industriales. Ejecutivos de Chevron incluso tuvieron la audacia de afirmar a los jefes y ancianos indígenas que el crudo estaba lleno de minerales y vitaminas.

Lejos de la verdad, el petróleo e hidrocarburos presentes en las fuentes de agua en Ecuador son capaces de provocar severas y mortales enfermedades. Puede provocar daños al hígado, desordenes del sistema nervioso, abortos espontáneos, cáncer e incluso la muerte.

Estudios de laboratorios han demostrado índices extremadamente peligrosos de toxinas presentes en el suelo y el agua, niveles diez mil veces más altos que los estándares tolerados por las agencias de regulación de Estados Unidos.

En varias evaluaciones independientes, incluyendo una realizada en la villa de “San Carlos”. El cáncer es 30 veces mayor que el normal y la incidencia de leucemia en niños alcanza niveles alarmantes. Uno de ellos afirma que alrededor de 9000 personas en las áreas donde operó Chevron padecerán cáncer en la próxima década.

Incluso asumiendo que Chevron tome acciones de remediación este es el real impacto humano de la exposición a la contaminación. La catástrofe de salud pública y destrucción del medio ambiente podría fácilmente haberse evitado, si Chevron hubiera procedido a reinyectar los desechos tóxicos y hubiera cumplido con lo dispuesto por la ley y los estándares industriales.

He aquí donde Chevron decidió usar procedimientos obsoletos en sus operaciones dentro del frágil ecosistema de Ecuador, se preocuparon por preservar las ganancias a expensas de las preciosas vidas de los habitantes del delicado ecosistema amazónico.

Contrato con Ecuador requería que usaran las mejores tecnologías disponibles y que protegieran la naturaleza. Más allá de estar obligados moral y éticamente operar de forma segura y limpia; la ley lo exigía.

Sorprendentemente,

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