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Colombia Amarga


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2012  •  1.064 Palabras (5 Páginas)  •  971 Visitas

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Endemia colombiana: la violencia

Inicialmente, diez reportajes abren el panorama de Colombia Amarga; en ellos, Castro Caycedo deja abierta una noción de la endemia colombiana: la violencia que históricamente ha transitado por estas tierras desde los tiempos de la invasión de los europeos; la violencia que ha prevalecido de manera patética hasta nuestros días, tiempo en el que Colombia se presume una república independiente.

Tal violencia se manifiesta a través de disputas políticas, del dominio descarado de las tierras campesinas, de un odio indiscriminado hacía los indígenas, del afán de las multinacionales por expandir su campo de acción y explotar todo recurso vital, del narcotráfico, del hampa en las calles, de la corrupción administrativa, del abandono estatal y el olvido de regiones recónditas.

Todo esto encrudece el drama de miles de compatriotas colombianos, que al verse y sentirse desprotegidos por el Estado, abandonan sus tierras en busca de una mejor vida en otros sitios, principalmente en las ciudades, optando por vías nada fáciles y muchas veces ilegales, haciendo ver el problema del desplazamiento como un círculo vicioso que no tiene aparente solución. La violencia en Colombia ha sido acentuada con mayor fuerza desde aquella época en que fue asesinado uno de los caudillos más grandes del país, Jorge Eliécer Gaitán y, desde entonces, no ha dejado de ser parte de nuestra cotidianeidad. Veamos como Castro Caycedo experimentó esos rasgos de violencia en su constante transitar por el país.

Un par de pueblos en Risaralda –La Celia y Balboa-, en los años setentas, aún se mataban entre ellos por la disputa ideológica de liberales y conservadores. Ninguno de los dos bandos reparó por la vida del otro, y ninguno vaciló a la hora de ver eliminado a su rival. La lucha “política” resultó muy absurda, concretamente por el hecho de pelear por los intereses de unos pocos, aquellos que ostentaban el poder, y que podían sacrificar las vidas de sus adeptos en pro de la hegemonía. Es triste ver cómo la violencia se dispersó sin una razón coherente, pues los partidarios de estos grupos políticos defendieron tan sólo un par de colores, desconociendo el sustento ideológico de los mismos.

En Caicedonia, en el Valle del Cauca, también alrededor de 1970, se luchaba en una guerra entre liberales y conservadores "frente nacional". Las tierras de este pueblo son ricas e ideales para el cultivo del café –cuyo grano es apetecido por su dulce sabor, y ha hecho de Colombia un país popular ante el mundo-. Sin embargo, la violencia no permitió que la región prosperara en paz, pues los líderes de los partidos que ya mencionamos, se disputaban estas tierras fértiles, buscando saciar sus comodidades. Los campesinos permanecieron allí explotados, ignorantes e impotentes para ejercer alguna resistencia. Los gamonales de cada grupo político poseían control absoluto sobre la región, y su poder era tal, que se podían dar el maléfico lujo de elaborar listas negras, en donde se escribían contendientes a eliminar.

El Genocidio Sigue, es el título de otra de estas crónicas sobre la violencia. En San José del Guaviare, en donde miles de hectáreas de selva han desaparecido para que el colono pueda civilizar el lugar, la población tiene el espejismo de ser una zona próspera por la producción de arroz. La gente que

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