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Como son las Las guerras del agua


Enviado por   •  27 de Octubre de 2017  •  Tarea  •  1.589 Palabras (7 Páginas)  •  286 Visitas

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Xènia Garcia Guardeño

2nC Batxillerat

LAS GUERRAS DEL AGUA

En 1995, Ismael Serageldin, vicepresidente del Banco Mundial, hizo una predicción sobre el futuro de las guerras: “Si las guerras de este siglo fueron por petróleo, las del siglo XXI serán por agua”. Efectivamente, acertó. El 16 de abril del año 2001, el New York Times dedicaba un artículo de portada del problema de escasez de agua en Tejas.

Aunque estén en lo cierto, en lo que se refiere a la importancia del agua en nuestro futuro, las guerras del agua no son algo del futuro, ya que se está desarrollando en nuestro alrededor.

Se trata de un choque entre dos culturas: una cultura entiende el agua como elemento sagrado, cuyo suministro es un deber para el mantenimiento de la vida, y otra que considera el agua una mercancía y su propiedad y comercio un derecho fundamental de las empresas. La cultura de mercantilización está en guerra con las diversas culturas que quieren compartir, recibir y dar el agua como un don gratuito.

En todas las sociedades, se están desarrollando guerras entre paradigmas del agua, es decir, que las guerras del agua son globales; en las que cultura y ecosistemas participan y comparten una ética universal del agua, entendida como necesidad ecológica. A menudo los conflictos por los recursos escasos pero vitales generan violencia política; pero muchos de estos conflictos políticos por los recursos están ocultos o disimulados. Quienes tienen el poder prefieren enmascarar las guerras por el agua como conflictos étnicos y religiosos.

La supervivencia de las personas y de la democracia dependen de la respuesta al doble fascismo de la globalización: el fascismo económico que destruye los derechos de las personas a los recursos, y el fascismo ecológico que se nutre del desplazamiento, la inseguridad económica y los miedos de las personas. Aquí el terrorismo coge un gran papel, ya que no solo hay el terrorismo hacía las personas, también existe el terrorismo del cambio climático y de la contaminación causada por los combustibles fósiles. La destrucción de los recursos hídricos superficiales y de los bosques de las cuencas de captación y los acuíferos, es también una forma de terrorismo. Negar a la población más pobre el acceso al agua, privatizando el abastecimiento y contaminando los pozos y los ríos, también es terrorismo.

El origen de los conflictos y del terrorismo son la codicia y la apropiación de la parte que corresponde a otros recursos más preciosos del planeta. No se puede sobrevivir como especie si se prima y protege la codicia y se deja que la economía de la avaricia dicte las normas sobre cómo hemos de vivir y morir. La paz requiere que resolvamos las guerras del agua, las guerras por alimentación, las guerras por la biodiversidad y las guerras por la atmósfera.

El agua es el principio de la vida y origen de las culturas, ha sido un elemento fundamental para el bienestar material y cultural de las sociedades en el mundo entero. La crisis del agua es la faceta más extendida, más grave y más imperceptible de la devastación ecológica de la Tierra. Un país se enfrenta a una crisis hídrica cuando el volumen de agua disponible es inferior a 1.000 metros cúbicos al año, por debajo de este nivel la salud y el desarrollo económico de una nación pueden verse comprometidos.

El ciclo hidrológico es el proceso ecológico a través del cual un ecosistema recibe agua de la lluvia o de la nieve. Esta aportación de humedad recarga los cursos de agua, los acuíferos y las aguas subterráneas, pero la desforestación y la minería han destruido la capacidad de almacenamiento de agua de las cuencas, el monocultivo agrícola y forestal han desecado los ecosistemas. El creciente empleo de combustibles fósiles ha provocado la contaminación de la atmósfera y el cambio climático, causando inundaciones, huracanes y sequías reiteradas.

Los bosques son embalses naturales que conservan el agua de las cuencas y la liberan, alimentando los cursos de agua y fuentes, aunque la tala de bosques y el monocultivo agrícola, destruyen la capacidad de conservación hídrica de los suelos, con la consiguiente pérdida del agua de lluvia.

En las regiones del Tercer Mundo, la expansión de eucalipto para la industria papelera ha traído importantes problemas de agua. El eucalipto, constituye un peligro para las regiones con déficit de agua. Diversos informes confirman la destrucción de recursos hídricos como consecuencia de la plantación a gran escala de eucaliptus.

La minería destruye las cuencas de captación de aguas. La gravedad de la crisis ecológica, obliga sin embargo a considerar el valor de la Naturaleza y las funciones que cumple a través de una contabilidad ecológica adecuada que asigne un valor de funciones naturales, basado en el coste de las alternativas tecnológicas que serían precisas para suministrar idénticos bienes y servicios. Los movimientos ecologistas locales nacionales han paralizado las minas para proteger los ríos en muchas cuencas de captación especialmente vulnerables; la globalización, en cambio, está invirtiendo esta tendencia y revocando muchas leyes proteccionistas.

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