ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Confianza Versus Bulliyng


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2012  •  2.171 Palabras (9 Páginas)  •  563 Visitas

Página 1 de 9

Resiste el Bullying con Confianza

Ocho habilidades para que los niños aprendan y usen ya

Written by Irene van der Zande, Kidpower Founder and Executive Director

(Please Note: For Copyright and Permission to Use Requirements, please Click Here)

Download PDF for Printing or Sharing

________________________________________

Las habilidades para prevenir el bullying se aprenden mejor mediante la práctica activa. El enfoque de Kidpower se basa en utilizar las herramientas de protección personal -herramientas para que las personas estén seguras con otras personas- para ayudar a nuestros alumnos a practicar cómo manejar diferentes problemas, entre ellos el bullying. La clave es guiar a los alumnos de un modo positivo y paso a paso en lugar de ponerlos a prueba. Presentamos aquí algunas prácticas para trabajar con los jóvenes.

1. Caminar tranquilamente, con atención y seguridad

Es menos probable que una persona sea elegida como víctima si se mueve o se sienta con calma, atención y seguridad. Atención, calma y confianza significa llevar la cabeza en alto, la espalda erguida, dar pasos asertivos, mirar alrededor, mostrar un rostro y un cuerpo serenos y alejarse de las personas que podrían causar problemas.

Enseñe al niño la diferencia entre ser pasivo, agresivo y asertivo en su lenguaje corporal, tono de voz y en la elección de su vocabulario. Pídale al niño que atraviese la sala, mientras lo guía para que lo haga correctamente, y alentándolo. Dígale por ejemplo: “¡Muy bien hecho!” “Ahora da pasos más largos”, “Mira a tu alrededor”, “Endereza la espalda”, etc. Enséñeles a los niños que pueden sentirse de un modo y actuar de otro, para que se mantengan en control de sus acciones y palabras.

2. Alejarse con determinación y respeto

La mejor táctica de autoprotección se llama “negarse a ser una víctima”, lo cual significa “no estés allí”. Arma un escenario en el que el niño va caminando por el hall de la escuela (u otro lugar donde podría ser acosado o molestado). Puedes simular ser un matón que está apoyado a un lado del hall, mientras dices cosas ofensivas. Pregúntale al niño cuáles podrían ser estas palabras, ya que lo que para cada persona puede resultar ofensivo o irritante puede ser diferente, en diferentes lugares y ocasiones.

Guía al niño para que, al pasar por donde se encuentra el matón, lo haga alejándose de su alcance. Recuérdale al niño que se aleje atento, tranquilo y con seguridad, mirando hacia atrás para verificar la ubicación del matón. Ayuda al niño a practicar diciendo algo neutral, con un tono de voz normal, por ejemplo “Nos vemos”, o “Que tengas buen día”, mientras se aleja tranquilo y seguro. Señala que salirse de la línea o cambiar de asiento en general es la opción más segura.

3. Establecer un límite.

Si un matón está siguiendo o amenazando al niño en una situación en la cual no puede alejarse, necesitará aprender a establecer un límite claro.

Simula tocar al niño, llamándolo por la espalda (con suavidad, la idea no es lastimarlo). Guía al niño para que se dé vuelta, que se pare bien derecho, que ponga sus manos enfrente de su cuerpo como haciendo una valla, las palmas hacia afuera, y que diga: “Basta”.

Guía al niño para que emita una voz tranquila pero clara, y que diga palabras gentiles pero firmes, es decir no debiluchas ni agresivas. Muéstrales cómo hacerlo y felicítalo cuando lo intente, aunque no le salga muy bien al principio. Ten presente que esto puede ser muy movilizador para el niño (y tal vez para ti también).

Los niños necesitan apoyo para aprender estas habilidades. La idea es que el niño se apropie de su espacio al alejarse y si es necesario, establezca un límite apenas percibe que puede suscitarse un problema, de manera que el niño no espere a que el problema haya comenzado.

4. Uso de la voz

Si el niño se mete en una situación en la que alguien trata de empujarlo o golpearlo, puedes practicar con él, tomándolo con suavidad, como si fueras quien está por agredirlo, aunque lo harás con delicadeza. Guía al niño para que zafe de ti y que grite “¡NO!” bien fuerte. Guíalo para que diga “BASTA” “¡Eso no me gusta!” Guía al niño para que mire al agresor a los ojos y que le hable con una voz firme y llevando sus manos hacia adelante como una valla. Enséñale a alejarse y a buscar ayuda con un adulto.

5. Protege tus sentimientos de las burlas

En las escuelas, grupos de jóvenes y familias deberían crearse espacios libres de acoso, así como también en los lugares de trabajo. De todos modos, puedes enseñar a los niños cómo protegerse de los insultos. Dígale al niño que devolver el insulto agravará el problema, y que no lo resolverá.

Una forma de quitarles poder a las palabras hirientes es decirlas en voz alta e imaginar que nos deshacemos de ellas. Hacer esto concretamente y en voz alta en casa ayudará al niño a que pueda hacerlo en su imaginación en la escuela.

Ayuda al niño a practicar cómo arrojar al cesto de basura las palabras hirientes que otras personas dicen. Luego, haz que el niño diga algo positivo en voz alta para sí mismo. Por ejemplo, si alguien dice “Me caes mal”, puedes arrojar esas palabras a la basura y decir: “Yo me gusto”. Si alguien dice: “Eres un estúpido”, puedes arrojar esas palabras y decir: “Yo soy inteligente”. Si alguien dice: “No quiero jugar contigo”, puedes arrojar a la basura esas palabras y decir: “Voy a buscar otro amigo”.

6. Trabajar por la inclusión

La exclusión es una modalidad grave del bullying. La exclusión debe ser repudiada claramente y debe haber una regla expresa contra esto en la escuela. El niño puede practicar cómo insistir en expresar su deseo de ser incluido en un juego.

Simula ser un agresor que quiere excluirlo.

Haz que el niño se acerque y diga: “Quiero jugar.” Guía al niño para que se exprese de manera positiva y amistosa, y no pusilánime ni agresiva.

Pregúntele qué razón podrían tener otros niños para no incluirlo en un juego. Use esas razones para que el niño practique cómo persistir. Por ejemplo, si la razón es “No sabes jugar bien”, el niño puede decir “¡Voy a jugar mejor si practico!” Si la razón es “Ya somos demasiados”, el niño puede decir “Siempre hay lugar para uno más”. Si la razón es “Tú hiciste trampa la vez pasada”, el niño puede decir “No había comprendido las reglas. Asegurémonos de acordar las reglas esta vez”.

7. Ser persistente para pedir ayuda

Los niños que han sido víctimas de bullying tienen que ser capaces de decirles

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (13 Kb)
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com