Contexto en que nació la clase obrera argentina

Contexto político económico en el que surge la clase obrera en argentina.

Hacia 1880, la Argentina se había consolidado incipientemente como nación. Esto implicaba varias cosas.

 En primer lugar,  existían las distintas provincias y regiones que formaban parte de un todo integrado en lo político y económico, favorecidas por una creciente y moderno sistema de transporte basado en el ferrocarril.

En segundo lugar, las normas constitucionales mas importantes estaban en vigencia.

En tercer lugar, la economía había encontrado una forma de crecer y ser la base de la modernización del país, a través en el progreso del sistema de  transportes y en progreso de las ciudades (pavimento, iluminación, cloacas).

En cuarto lugar, sobre la base de esa economía el Estado encontró un mecanismo que le permitió recaudar los impuestos necesarios para hacer efectivas las instituciones y los servicios que debía ofrecer a la sociedad, como justicia, educación y salud.

En quinto lugar, la sociedad encontró que llevó a las personas a reconocer un conjunto básico de reglas de convivencia, como las leyes del Estado y las costumbres.

Una ves formado una nación, su territorio, instituciones, economía, estructura fiscal (la recaudación de impuestos) y orden social estas condiciones pueden cambiar, pero para que la nación sea posible, deben existir condiciones y acuerdos elementales en todos los aspectos.

Para 1880, esto se había logrado en lo esencial y perdurarían al menos hasta 1916.

Por las características de esos acuerdos, aquella época fue conocida como la REPÚBLICA LIBERAL OLIGÁRQUICA.

Era una república porque existía una división de poderes; el ejecutivo, (la presidencia), el legislativo ( el congreso formado  por la cámara de diputados y senadores), y el judicial (el sistema de jueces federales), y también porque existía formalmente soberanía popular y el sistema representativo, porque el que pueblo elige a sus representantes y gobierna a través de ellos.

Era liberal porque se fundaba en los principios de la filosofía liberal, en la que se limitan los poderes del Estado en favor de los derechos de los individuos, se aseguran los derechos políticos de las personas (elegir y ser elegidos), los derechos individuales (la igualdad ante la ley, la libertad de culto, de expresión, de conducir la vida privada según un criterio propio; pero sin afectar los derechos de otros y las libertades económicas, es decir, la posibilidad de establecer contratos libremente dentro de un marco normativo muy general igual para todos, y con la menos intervención posible del Estado).

Era oligárquica porque, a pesar de todas las consideraciones republicanas y liberales que aseguraban la igualdad entre todos los intregrantes de la sociedad, un pequeño grupo de la población concentraban el prestigio y el poder, el gobierno era ejercido por una minoría y, si bién ninguna ley lo justificaban, en los hechos este grupo lideraban la sociedad y ocupaban los puestos de gobierno.

Estado poder y dominación ¨Dominación, poder y construcción de la realidad¨ pag 6.

¨Está claro que la oligarquía era dominante en el terreno económico y también lo era en el plano político al resultar victorioso el centralismo político sobre el interior. La pregunta que nos hacemos es que idea de país se realiza esta construcción. La elite dirigente (la oligarquía), dueña del poder económico y político debía concretar esa construcción en base a ideas sobre la sociedad, los partidos, los sujetos, pero entre tantas, hubo una cuestión que mas tarde que temprano, siempre preocupó a estos sectores. Si bien la consigna ya referida de ¨orden y progreso¨ fueron cuestiones centrales en la etapa formativa del Estado argentino ¨en cierto modo, ni en los problemas del ¨orden¨ ni los del ¨progreso¨ acabaron por resolverse nunca¨. Fueron resueltas las cuestiones que cuestionaban la autoridad del centralismo porteño (caudillos) y se implantó un sistema capitalista. Pero mas temprano que tarde ¨la cuestión social¨ volvería a emerger.  Esta interpelación  de manejar permanentemente el poder. La interpelación no será solo en el terreno político, sino social, económico, cultural y hasta estético.

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