Control Fiscalizacion Y Transparencia

INTRODUCCIÓN

Derivado de las actuales políticas dentro de la Administración Pública Federal surge el libro Control, Fiscalización y Transparencia, con el fin de actualizar y central el funcionamiento de la administración pública, dentro y fuera de esta.

Con base en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y haciendo una comparación con sistemas vigentes en otros países, fundamenta los argumentos que sostienen la correcta actividad de la Función Pública y la debida aplicación de los recursos.

Los autores de este libro, Gabino Castrejón e Irene Díaz, plantean una serie de preguntas necesarias como; ¿Cuál es la utilidad de un debido sistema de control y fiscalización?, ¿Cuál es su finalidad?, ¿En qué beneficia a los gobernados?, ¿El control y fiscalización de la actividad política surte efectos sólo al interior de la Administración Pública o es una obligación que, como derecho, puede exigir el gobernado?, ¿Existe publicidad y transparencia de dichos resultados?, ¿Podemos exigir informe de dichos resultados? Todo esto con el fin de para comprender la actuación de los órganos de la Administración Pública.

La función pública.

Para tener un amplio conocimiento relativo al tema de la función pública y delimitar un objetivo principal se considera el estudio de: la fiscalización, el control y la transparencia que se ejerce sobre la actividad de los órganos del Estado.

La función pública es aquella actividad hacha por el poder público, es decir, la actividad realizada, en el ámbito de su competencia, por los órganos en donde se deposita la autoridad de los diferentes poderes del Estado.

Ya que el Estado es un ente colectivo, cuya actividad desarrolla a través de sus órganos que, a su vez, constan de dos elementos: el personal (los servidores públicos) y material, (el patrimonio nacional). La función pública se conforma con los órganos de los tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Control y fiscalización.

Por Control se debe entender aquella actividad realizada por los órganos competentes del Estado para vigilar y supervisar el desempeño de la función llevada a cabo por otros órganos, con el objeto de determinar que la misma se ejecute en los términos establecidos en la ley o, en su caso, sancionar las conductas antijurídicas en que se incurra.

La fiscalización es la acción por medio de la cual se evalúan y revisan las acciones de l gobierno considerando su velocidad, razonabilidad y apego a al ley.

Es un tema álgido a nivel mundial, no sólo por la necesidad político-social de detectar y combatir los manejos irregulares de los recursos públicos, si no también por la aspiración de contar y, por ende, colaborar a la constitución de entidades gubernamentales eficientes en el cumplimiento de sus objetivos.

Esta aspiración ha propiciado que los órganos de fiscalización existentes estén obligados a actuar cada vez de manera más coordinada para aprovechar las economías de escala que ofrecen la experiencia internacional y aplicar hacia su interior estrategias probadas en otras latitudes, aunque considerando la situación particular y contexto de cada país.

La práctica de la corrupción es, evidentemente, un mal generalizado a nivel mundial, se encuentra anidada en la esfera de lo público y lo privado. Inhibe la optimización de los recursos, encarece y afecta la calidad de los bienes y servicios, afecta proyectos sociales y económicos, y desestimula la actividad productiva.

En la medida en que las instituciones del Estado sean sólidas, los espacios para la corrupción se irán disminuyendo y, por el contario, mientras las instituciones sean débiles, habrá un mayor campo para actos ilícitos que impedirán, a su vez, el avance en materia de transparencia y eficiencia de los procesos económicos, asimismo, proporcionara enclaves y formas de corrupción gradualmente más sofisticadas.

Referirnos a instituciones fuertes es hablar de la participación de un Estado moderno y eficiente en la economía y que cuenta, además, con voluntad política para propiciar transparencia en la información y para sujetar a todos los actores económicos a un sistema de rendición de cuentas con credibilidad ante la sociedad.

Las entidades de fiscalización y su andamiaje jurídico conforman la otra parte institucional sustantiva del Estado moderno, están constituidas ex profeso para combatir la corrupción y la impunidad.

Para que las entidades de fiscalización u órganos de control tengan plena eficacia, se debe establecer las condiciones que los especialistas en este campo consideran necesarias para el éxito de las instituciones de fiscalización. Estas condiciones son: Entorno institucional favorable, mandatos claros, independencia, financiamientos, facilidades y capital humano apropiados, capacidad de compartir experiencia y conocimiento, adherencia a los estándares internacionales de auditoría, credibilidad y capacidad para administrar los riesgos fiscales de las políticas públicas.

El sistema de autocontrol y fiscalización externo.

En nuestro sistema jurídico existen dos tipos de control y fiscalización: el autocontrol o control interno y el control externo. El primero, como su nombre lo dice, se da mediante mecanismos establecidos en la ley y se ejerce por órganos de la propia administración pública; el sistema de control externo es un instrumento que se ha instaurado en la administración pública para dar seguridad, certeza y transparencia a la actuación administrativa, sobre todo en el rubro de control del gasto público.

La Auditoría Superior de la Federación es un órgano con autonomía técnica y de gestión en el ejercicio de sus atribuciones y en la toma de decisiones sobres su organización interna, funcionamiento y resolución en los términos que disponga la ley. Por lo mismo esta al margen de los acontecimientos de la política, con el objeto de garantizar su confiabilidad, responsabilidad y su respetabilidad. Toda ello con el

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