¿Cuándo se produce el verdadero “Hundimiento”?
Enviado por Ivan Hortal • 29 de Octubre de 2017 • Ensayo • 3.116 Palabras (13 Páginas) • 359 Visitas
¿Cuándo se produce el verdadero “Hundimiento”?
La película “El Hundimiento” empieza con la elección de Traudl Junge como secretaria personal del Führer. A lo largo del film podemos ver como Hitler desconfía de sus generales más eficaces mientras que un grupo reducido como Goebbels le dan su apoyo incondicional. Otros como Himmler lo “traicionan” intentando pactar el fin de la guerra con Eisenhower.
El Frente Oriental
Hacia 1943, la mayor parte de los generales de la Wehrmacht saben que la guerra se perderá. La Operación Barbarroja, lanzada en los prolegómenos del verano de 1941, ha fracasado. Como posibles causas podemos encontrar:
En primer lugar, las dos semanas de retraso en el inicio de la invasión, provocado por la Operación Marita con la consiguiente ocupación de Grecia ante el fracaso italiano. Estas dos semanas vitales se revelaron cruciales, pues de haber sido más clemente el tiempo con el IX ejército alemán, encargado de la ofensiva, probablemente las defensas soviéticas no hubieran sido suficientes. Pero las temperaturas debilitaron la logística alemana, encasquillaban armas y hacían que los vehículos requiriesen de una cantidad de anticongelante de la que los alemanes no disponían y, finalmente, minaban continuadamente la moral de una tropa que estaba menos preparada que la soviética para las condiciones climatológicas.
En segundo lugar, la subestimación, por parte de Hitler, de las fuerzas del Ejército Rojo. La desastrosa “Guerra de Invierno” que, si bien se resolvió con amplias concesiones para los soviéticos, evidenció que el Ejército Rojo no era una maquinaria tan engrasada y temible como se podría prever o, al menos, eso parecía en ese momento. La incorporación del excelente modelo de tanque soviético T-34 otorgó a los rusos, por primera vez desde el inicio del conflicto, una cierta superioridad en la guerra blindada. Además de que los nuevos modelos alemanes implementados a forma de contramedida, como el Panther, aun efectivos no fueron capaces de superar a los nuevos IS (I y II) así como al T-34 producido en masa. Por tanto, de la inicial superioridad de los Panzer IV y Tiger alemán sobre los T-26 y KV-1 soviéticos, la situación se revirtió conforme aumentaba el esfuerzo bélico ruso. Cabe señalar que algunas armas utilizadas por los soldados soviéticos se revelaron especialmente efectivas ante la dura climatología, como es el caso del fusil de cerrojo Mosin-Nagant o el subfusil Ppsh-41.
En tercer lugar, el carácter autoritario de Hitler frente a sus propios generales. Hitler erigido como comandante en jefe efectivo de la Wehrmacht, desoyó desde un primer momento las peticiones de sus generales acerca de reducir el frente para acercar así las líneas logísticas. Este marcado autoritarismo se fue reforzando hasta que, en invierno de 1943, da la orden de luchar hasta la muerte a un VI ejército alemán ubicado en Stalingrado, con 250.000 hombres, debilitado, destrozado y que estaba siendo mal abastecido a través de un débil puente aéreo, por la Luftwaffe.
Con todo esto, Alemania no consiguió acceder a una serie de puntos estratégicos que hubieran compensado el gasto material de la invasión. No se tomó Leningrado, núcleo industrial, moral y marítimo importante. No se tomó Stalingrado, lo que hubiera propiciado el acceso a las reservas petrolíferas del Cáucaso y, finalmente, no se tomó Moscú.
Por último, el fracaso de la Blitzkrieg, que también había funcionado a Alemania en Polonia, Francia y el Benelux. La URSS no fue ocupada como estos países, ya que sus características son muy diferentes. Si bien al comienzo de la operación la Blitzkrieg fue un éxito (con la destrucción de casi la totalidad de la fuerza aérea soviética y la retirada de las tropas hasta Moscú), rápidamente esto cambiaría. De esta forma, Hitler debería haber optado por la idea que se le sugería desde la Wertmacth, que no era otra que la reducción y estabilización del frente.
El frente occidental: La Batalla de Inglaterra y el Afrikakorps
La guerra se mostraba, en 1943, de una manera no tan diferente a la del frente oriental en el oeste de Europa y en el teatro africano. De esta forma, los éxitos iniciales, cosechados como en el caso de la operación Barbarroja en 1941, rápidamente comienzan a declinar.
Rommel y su Afrikakorps fueron enviados al Norte de África a solventar el “desastre” italiano. Tras una serie de éxitos iniciales, como la primera batalla de El-Alamein, pronto empieza a evidenciarse la insostenibilidad de la situación. Los británicos, sabedores de su superioridad material en forma de combustible y, próximamente, en tropas debido al planeado desembarco americano, decidieron plantear una guerra de desgaste que forzó a las tropas del Eje a pasar a la ofensiva. Los británicos aguantaron la envestida y los alemanes tuvieron que batirse, casi por primera vez en retirada en la guerra, en retirada total de África a finales de 1942, cediendo gran cantidad de recursos estratégicos, decisivos para el curso de la guerra, a los americanos. Además del Canal de Suez y la importancia para el transporte de recursos entre países de la Commonwealth una vez controlado, a principios de 1943, el sur del Mediterráneo.
Por otro lado, en Europa, la llamada “Batalla de Inglaterra” concentró casi todos los esfuerzos de una Luftwaffe que no apoyó todo lo que debió al Afrikakorps o a las tropas en el frente oriental. Por órdenes directas de Hitler, el bombardeo a ciudades inglesas fue casi constante entre el verano y el otoño de 1940. Se pretendía abonar el terreno para una futura operación de invasión de Inglaterra que recibiría el nombre de “Operación León Marino”. Como veremos posteriormente, la Royal Air Force (RAF) británica, ganó la batalla a una Luftwaffe alemana que quedó muy mermada. Así, a partir de 1941, comenzarían los bombardeos estratégico primero británicos, y luego británicos y americanos sobre Alemania destruyendo la producción bélica e, incluso, ciudades enteras, situación que ralentizó y desmoralizó enormemente la maquinaria militar alemana. La Luftwaffe, que no daba abasto entre el frente africano, el oriental y combatir a la RAF, no pudo hacer frente a la estrategia de bombardeos aliada que desangró Alemania.
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