Deberes Sociales
Enviado por 0604690560 • 8 de Julio de 2014 • 650 Palabras (3 Páginas) • 290 Visitas
Un violador se casó con su víctima y al final la asesinó
VIOLENCIA DE GENERO
Había salido de prisión porque ella lo perdonó. Marcelo y Carla se conocían desde adolescentes, tenían un hijo y una relación tormentosa. El hombre fue detenido poco después del crimen, dentro de la casa que compartían en General Pico, La Pampa.
Al final, Marcelo Tomaselli, el violador de 26 años que estaba preso, se casó con su víctima y de esa manera consiguió salir en libertad, terminó asesinando a la mujer. En la madrugada del sábado, a la vista del hijo que la pareja tenía, le aplicó a Carla Figueroa (19) casi una decena de puñaladas con un cuchillo de cocina: una de ellas mortal, en el cuello. La policía llegó al lugar poco después del crimen. Tomaselli estaba ahí, con el pequeño en brazos.
La historia sacudió a toda La Pampa. La libertad del violador, que se produjo hace una semana, había generado polémica. Pero no fue un final imprevisto. Walter Tomaselli, hermano de Marcelo, expresó a Clarín : “Para nosotros, si él salía, ella tenía el cajón asegurado. No estaba bien él”.
La relación de Marcelo y Carla estuvo atravesada por la violencia. Se conocieron cuando él tenía 19. A los pocos meses se fueron a vivir juntos. “No era amor, era obsesión”, dijo Walter. “De él hacia ella y de ella a él”, aclaró.
Hacía dos años y medio habían tenido un bebé, Valentín. Pero, en el medio, hubo hechos, conflictos, idas y venidas. Los dos, Marcelo y Carla, cargaban con historias de vida pesadas. El padecía varias adicciones desde la adolescencia. A los 19 años tuvo un intento de suicidio, que repitió hace unos años, cuando Carla amagó con dejarlo por otra relación.
Ella se quedó huérfana de madre a los 8 meses, cuando su padre asesinó a su mamá: desde entonces su única familia es la abuela materna. Marcelo hacía changas como albañil y trabajos de pintura con un cuñado de ella. Carla trabajaba en un maxikiosco. “Ella se ponía mucho las pilas”, contó Walter, su cuñado.
En marzo pasado, la pareja se rompió. Carla se fue a vivir con su abuela y se llevó a su hijo. El 14 de abril, Marcelo la fue a buscar al trabajo, en la calle 33 y 36 del barrio Ranqueles, y se la llevó bajo amenazas con un cuchillo. En las afueras de Pico, la violó. Ella hizo la denuncia. El atacante nunca negó el hecho y la violación se comprobó con los análisis de ADN, los golpes que presentaba Carla y el cuchillo, que se encontró en el canal de desagüe donde fue el ataque.
Mientras se realizaba la instrucción del juicio, Carla empezó a visitarlo en la cárcel casi a diario. También le pidió a su abogado, Raúl Quiroga, y al abogado de Marcelo, Armando Agüero, que la ayudaran a sacarlo de la cárcel. Les dijo que quería retomar la relación. Allí surgió la posibilidad de aplicar la figura del avenimiento, un perdón de la víctima que extingue
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