Defensa Personal

Defensa Personal

Por: Fuku Shidoin José Agustín Portas Yáñez

C.N. 2° Dan Aikido Aikikai

Secretario de la Asociación de Aikido del Estado de México

La violencia hacia la mujer es un tema que hoy en día está bajo la mirada atenta de los medios, especialmente en lo relativo a la violencia intrafamiliar. Pero las mujeres no sólo son víctimas más fáciles de los delitos al interior del hogar, sino también afuera de éste: Son consideradas, por la supuesta condición de “sexo débil”, como blanco fácil para todo tipo de delincuentes, ladrones, secuestradores, violadores, asesinos.

En la actualidad las mujeres han sido víctimas de violencia de genero motivo por el cual en las alcaldías e institutos políticos de la CDMX decidieron contratar instructores para dar cursos de defensa personal, con la finalidad de que las mujeres sepan defenderse ante un ataque en el transporte público, la calle o en el propio hogar, espacios en donde en mayor medida se les agrede.

Las artes marciales como una herramienta para defenderse y cada vez más mujeres le toman el gusto a las artes marciales y deportes de combate, ya sea como afición o con fines competitivos. Incluso hay clases específicas de defensa personal. Muchas lo ven como una potencial herramienta útil ante un ataque o agresión, pero, al enfrentarse a un delincuente, el panorama es radicalmente distinto, ya que el objetivo de enfrentarlo es defender hasta la vida, y el factor psicológico de verse amenazada a ese punto puede hacer que todo lo aprendido en el día a día.

¿Qué es la defensa personal?

Vamos a definir inicialmente la defensa personal como un conjunto de habilidades previamente aprendidas que pueden comprender desde la preparación física, manejo psicológico o hasta las tácticas y estrategias que tienen como objetivo prevenir o controlar una agresión en contra de la propia persona, y con el fin de tener una preparación integral, las dividiremos en distintas etapas.

Etapas de la defensa personal:

1. Prevención:

Ésta es la etapa más importante, ya que nos permitirá adquirir conocimientos y habilidades, que después de mucho esfuerzo y práctica, podremos transformarlos en técnicas bien dominadas que resulten efectivas.

Prepararse, tanto como sea posible, en la disciplina física de elección. Estar en buena condición física es, además de muy sano, importante para poder huir de las amenazas, sin importar si fue necesario realizar una defensa, o si únicamente de forma preventiva se decidió escapar, poder correr una distancia importante, hasta que te sentirse segura de nuevo es uno de los primeros requisitos.

Aprendizaje de algún arte marcial.

Hay de muchos orígenes y estilos, seguro habrá alguna vertiente que sea del agrado de cada una, es muy importante revisar que el instructor tenga la preparación y certificaciones adecuadas, lamentablemente como es un tema muy de moda y con una altísima demanda, hay un gran número de farsantes y charlatanes que únicamente quieren lucrar con la necesidad de las personas y constituyen varios riesgos, desde únicamente perder el tiempo y dinero aprendiendo algo que no sirve, hasta correr riesgo de lesiones ya que son deportes de contacto, y sin la preparación adecuada, es más probable que exista una lesión.

Uno de los principales beneficios de entrenar un arte marcial es el de tener tanto el cuerpo como la mente “acostumbrados” a situaciones poco favorables. Uno de los principales factores que los agresores aprovechan para tener éxito es el miedo y sobresalto que provocan al atacar a una víctima, quien comúnmente reacciona en forma desfavorable (se congela de miedo, llora, grita, etc.) durante la práctica de un arte marcial, paulatinamente se comienza (en un ambiente controlado) a acostumbrar a los practicantes a reaccionar en situaciones donde reciban ataques; quizá si tu personalidad es sumisa, o no te gusten los enfrentamientos o la violencia, no lo disfrutarás al principio, se debe tener confianza, es normal, y es por tu bien, con la justa cantidad de empeño y ganas, antes de darse cuenta éste asunto estará superado, inclusive terminarás hasta disfrutándolo.

Hay más beneficios de aprender artes marciales, es una actividad física demandante, así que contribuye también a tener el cuerpo en forma y a ganar condición física, lo cual no es nada despreciable ¿verdad? Pero también, sobre todo las que son de tradición antigua, forman muchas otras cosas en la personalidad, como disciplina, empeño, carácter y valores; ésta es una de las razones por las que mi recomendación es en general a todas las personas, sin importar su género ni su edad a que nunca es tarde para empezar a practicar, para niños pequeños en enormemente formativo, incluso desde los 3 o 4 años, hasta más de 60.

Ojo, hay algunas disciplinas que son especialmente enfocadas en defensa personal, sin embargo no son artes marciales porque carecen de filosofía y formación de personalidad, en cambio son altamente efectivas y frecuentemente utilizadas en entrenamiento policial o de profesionales de la seguridad, recalco de nuevo el estilo elegido dependerá de la personalidad y necesidades de cada quien.

Prevención

Éste es el otro punto medular de la defensa personal, y comenzaré citando una frase del libro “El arte de la guerra” de Sun Tzu:

“La mejor victoria es vencer sin combatir, y esa es la distinción entre el prudente y el ignorante”

A continuación algunos consejos para prevenir una posible agresión:

• Atención – Es importantísimo mantenerse alerta, sobre todo en los lugares de más alto riesgo o en las situaciones “incómodas”, se necesita ser consciente del entorno, las distancias con las demás personas, inclusive su mirada o semblante, ya que todas ellas son indicativos y proveen una clara idea de las intenciones de cada quién.
• Evitar lugares o situaciones de riesgo – Las salidas de los centros nocturnos, las calles solas y de noche implican un riesgo mucho mayor que “netflix & chill” en casa. Es un riesgo latente, del que todos deberíamos ser conscientes al momento de decidir salir a ellos, y en el caso que decidas hacerlo, tomar precauciones extra, ir en grupo, enviar ubicación dinámica, etc.
• Evitar la ostentosidad – es por demás sabido que los agresores son expertos en elegir y discriminar víctimas, además de buscar una situación en la que la víctima esté vulnerable, elegirán a las víctimas más lucrativas en caso de un robo o secuestro, vestir con ropa muy cara o joyería demasiado vistosa, despertará sin duda el interés de los amantes de lo ajeno, quienes inmediatamente pensarán no solo que es un buen botín de robo, sino que eres una persona solvente y podrían exigir una fuerte suma si te secuestraran.
• Consumo moderado – Poniéndose un momento en la mente de un agresor, es mucho más fácil realizar lo que te propones con una persona cuya capacidad de reacción y conciencia sobre lo que está sucediendo está limitada, la embriaguez o consumir drogas vuelven a cualquiera más vulnerable a sufrir agresiones tanto físicas como sexuales ya que sus capacidades están limitadas y NO podrá reaccionar a tiempo.
• Actuar a tiempo – Si en algún momento se siente que algo va mal, no es seguro que suceda, pero si es probable y se debe hacer caso al instinto, cruzar la banqueta (o acera) si delante hay personas que no inspiran confianza, por ejemplo, dará un claro panorama sobre lo que sucederá; si no te agrederán lo único que perdiste son unos pasos extra, pero si cruzan para seguirte, habrás conseguido algunos valiosos segundos (y metros de distancia) para empezar a actuar, huye si puedes, haz ruido, o prepárate a combatir.

1. ¿Qué hacer si el ataque es inminente?

• Tener la mente fría – Las mejores decisiones son las que se toman así, si se puede huir, hacerlo, siempre a tiempo, en caso de que ya no sea posible, trata de analizar qué tipo de ataque es, normalmente si el motivo es robo, en cuanto obtengan las pertenencias se irán.
• Cooperar y anunciar los movimientos – Siempre hay que recordar una cosa, el agresor también se encuentra nervioso y bajo estrés, hacer movimientos bruscos o sin anunciar, pueden detonar alguna reacción por parte de los agresores, en el caso de un robo te conviene decir “Meteré la mano a mi bolsa, para darte el dinero, déjame conservar mis identificaciones” y resultará provechoso, mientras que si lo haces sin avisar, puede que crean que no quieres entregar todo, y traten de conseguirlo mediante la violencia
• Contacto visual – El contacto visual directo con algunas personas puede parecer amenazante o juicioso, y en el caso de atacantes puede resultar en una provocación, si, trata de recordar y buscar detalles que ayuden a identificarlos posteriormente, cuando denuncies con las autoridades, pero no veas directamente a los ojos.
• Cubrirse y protegerse – Si el ataque es violento y no tienes cómo reaccionar, “hacerse bolita” o asumir una posición fetal y cubrir la cabeza con las manos, esto protegerá un poco más los órganos vitales de la zona del abdomen y pecho de sufrir algún golpe o ataque.
• Valorar – Los bienes materiales sin importar su costo son muchísimo menos valiosos que la vida o la salud, si tratan sólo de robarte, entrega lo que sea, no te arriesgues a que la cosa se torne violenta. Sólo debes oponerte, o reaccionar en situaciones que pongan en riesgo tu integridad física o tu vida.

1. Después del ataque

• Recuperar la calma – Lo más importante ahora es no hacer más grave la situación, espera un poco para huir, asegúrate de que se hayan ido del todo. Evalúa los daños si es que sufriste violencia física, y si es el caso, busca atención médica INMEDIATAMENTE.
• Busca ayuda – Si es necesario para volver a salvo a casa, contacta con tus familiares y amigos, es probable que sientas miedo, coraje o hasta ganas de llorar, rodéate de tus seres queridos y desahógate, es importante que sepas que estás bien, y lograste librarte ya de eso, ten la seguridad de que hiciste lo mejor que pudiste.
• Denuncia – Sin entrar en temas políticos de cada país, y sin saber si el delito será perseguido o aclarado o no, es importante que cada uno de nosotros pongamos nuestro granito de arena siguiendo las reglas del juego y colocando la denuncia correspondiente, es parte de tu cierre de ciclo personal, así sentirás que estás haciendo algo para que paguen por el daño y previniendo que a más personas se los hagan. Seguramente será difícil recordar detalles de lo sucedido, pero da tu mejor esfuerzo para lograrlo, te servirá a ti y al resto.
• Busca Terapia – Si el hecho sucedido fue muy traumático y tú misma notas que hay cambios en tu comportamiento y en tu percepción de las cosas, necesitas buscar ayuda profesional, no es sano vivir con miedo de que los sucesos se repitan, ni con ninguna otra consecuencia de las que se pueden generar.

CONCLUSIÓN:

La defensa personal debe comenzar desde mucho antes de los hechos violentos, sino es un hábito que tenemos que tener todos desde cada uno de nuestros círculos sociales, consiste en observar, analizar y mejorar lo que cada quién perciba como riesgoso, en pocas palabras se podría llamar como Cultura de la Prevención.

Cada persona conoce sus hábitos y costumbres, y es importante evitar el pensamiento de “a mí no me va a pasar”, todos y todas estamos expuestos en mayor o menor medida, y lo importante es protegernos lo más posible para evitar que las tragedias sucedan. Un conjunto de costumbres más sanas y conservadoras, minimizan considerablemente el factor de riesgo.

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