Derechos Humanos

China, Japon , Corea y Hong Kong, algunos de ellos con permiso para pesco y otros no. Especies como el calamar gigante, la aguamala “bola de cañón”, almeja generosa, camarón café, chanos, botete, jaiba y cangrejos, son algunas de las especies marinas que solicitan y cuentan con autorización de captura en ciertos periodos. Pero también hay productos que demandan en el mercado negro como es el buche de totoaba, el pepino de mar y otras especies en peligro de extinción. En México, los productores asiáticos pagan de 2 a 3 pesos el kilo de la aguamala y

calamar, mientras que en Asia ambos productos se vende a un alto costo. La aguamala la utilizan como ungüento para la artritis, crema para la cara por la riqueza en colágeno y en

ceviche, mientras que el calamar se prepara de diferentes formas, distinguiéndose como un platillo exquisito, que su precio rebasa los 100 dólares. El camarón, la almeja generosa,

los peces chanos y botetes, así como la jaiba y la carne de cangrejo también los ofrecen en platillos en restaurantes, con altos costos a la venta. La totoaba está en peligro de

extinción y desde hace más de 40 años se vedó su pesca, ante la escasez que registró la especie en los años setenta. De acuerdo a investigaciones de autoridades pesqueras, la

comercialización del kilo de buche de totoaba en el mercado negro oscila entre 5 y 6 mil dólares. Este producto se usa para preparar la sopa “seen kow”, que según las creencias

de los asiáticos aumenta el potencial sexual, disminuye el colesterol, mejora la circulación e incluso rejuvenece la piel y su valor es de 500 dólares. La líder del sector social de

ribera, Manuela Ojeda Amador, opinó que los orientales ofrecen un precio irrisorio por los productos marinos que compran de manera legal e ilegal en México, mientras que ellos lo

venden ‘como oro’ en platillos, cremas y tratamientos. Mencionó que el calamar y la aguamala lo compran desde 2 hasta 3 pesos el kilo, mientras que en China, Corea, Hong Kong

y Japón lo comercializan en más de 100 dólares como producto terminado. “El precio que pagan en playa los asiáticos es muy bajo si lo comparamos con las ganancias que ellos

obtienen, pero en México no tenemos mercado para la aguamala y el calamar no hemos aprendido a comerlo, a pesar de lo nutritivo que es”, externó. En más de una ocasión, dijo,

han solicitado apoyo para construir una planta que les permita darle un valor agregado a cada uno de los productos que exportan a Asia, sin embargo, a la fecha no han encontrado

respuesta. “Tenemos años pidiendo que nos consigan calderas para cocer el calamar para venderlo en bolsas así, eso le daría un valor agregado y la gente, sobre todo los

mexicanos, estaría más interesada en consumirlo”, señaló. La aguamala, dijo, es rica en colágeno y si los chinos fabrican cremas antiarrugas, los mexicanos pueden copiar el

modelo o realizar investigaciones para hacer algo parecido. Los orientales que antes venían a comprar producto a México, decidieron establecer su imperio en diferentes partes del

País, para acaparar el mercado. En Guaymas hay un coreano y una china que trabajan con la aguamala, el calamar y la almeja generosa. El 100% de la aguamala que se produce

en Sonora se va al mercado asiático y en el peor de los casos son los orientales los que manejan su captura y proceso. La Pesquera México, que operan en Guaymas, es

propiedad de un coreano, en la actualidad maneja 32 permisos para la captura de aguamala y es la única pesquera que la está procesando. El jefe de la Oficina de Pesca y

Acuacultura, Arnulfo Navarro Carrillo, informó que los permisos son para capturar la medusa en la zona III, que comprende Guaymas, pero tras ampararse se le autorizó ampliarse

hasta Bahía Kino, donde están capturándola. Mencionó que del

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