Desarrollo cognitivo del Adolescente.

Cecilia Barone

Eva Jungman

Silvia Duschattzky

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Se basa en una posmodernidad de las etapas de:        

NIÑEZ: El niño se constituye en buen vinculo que le permite ir organizando su propio YO, merced al aprendizaje y a la adquisición de sus capacidades. Esta primera etapa, las funciones básicas que debe cumplir la familia son la enseñanza y aprendizaje, los padres transmiten la cultura para socializar al niño y permitirle acceder a un status de reconocimiento social.

ADOLESCENCIA: La maduración influyen aspectos genéticos y ambientales como por ejemplo la alimentación, lo que tiene que ver con la imagen corporal. La adolescencia definida fenómeno psicosocial indica que los cambios producidos en el individuo están interrelacionados con la época histórica y las pautas culturales donde se desarrolla. La tardía adolescencia presenta puntos de particular vulnerabilidad e inestabilidad psicológica. La regresión patológica, el aislamiento, la crisis de angustia aguda, la depresión, la anorexia y el suicidio son algunas de las maneras en que emerge la imposibilidad de soportar los cambios que impone el tránsito a la adultez.

ADULTEZ: La dificultad de aceptar la adultez y el debilitamiento de los roles parentales son dos hechos claves en este proceso la capacidad de amar y trabajar. Esto implica vincularse afectivamente con los demás y con la realidad, sobrepasar el egocentrismo narcisista del niño y del adolescente.

Divide a la adolescencia en:

PUBERTAD: conquistar un nuevo cuerpo que impone nuevas e intensas sensaciones, pudores y el aprendizaje de la intimidad y la privacidad.

Transitar por la ambivalencia entre el duelo por lo que se va dejando atrás (la infancia, los padres como modelos ideales, etc.) y el deseo de experimentar nuevas formas de ser.

ADOLESCENCIA: Necesita del adulto coherente y pacificador, de aquel que corta el juego y no lo sigue, de información que oriente y guie de límites claros y contención, las propias contradicciones de esta etapa producen confusión y muchas veces sufrimiento.

JUVENTUD TEMPRANA: El joven necesita de los padres y adultos que estén dispuestos a apoyar y respetar las propias elecciones y a acompañar y guiar sin imponer; de tiempos y espacios de valoración y reflexión, para entender e interpretar el mundo adulto y el nuevo rol social, y experimentar el mundo de responsabilidades que comenzaran a ejercer.

 Se refiere la adolescencia en base a lo cotidiano.

La violencia se presenta como el sustrato cotidiano sobre el que construye la subjetividad niños y jóvenes. La violencia se presenta bajo cuatro formas:

Como estallido (en la escuela).

Como forma instituida (en los ritos).

Como componente de un acontecimiento (en fiestas).

Como matriz cotidiana (en la calle).

La violencia hoy en la escuela puede ser leída como un síntoma del agotamiento del dispositivo pedagógico moderno. A diferencia de la violencia en las fiestas y en los ritos, la violencia en la escuela es un fuera de lugar, una irrupción que resulta inconsistente con la representación de una escuela, lugar eficaz para controlar las disrupciones y moldear la moralidad del sujeto.

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Hoy en día, la hostilidad abierta y verbal casi ha desaparecido, reemplazada por la indiferencia y la incomunicación que bien podrían comprenderse como una manifestación de vacío afectivo.

Los adolescentes han reemplazado la palabra vacía de los significados que le dan los adultos por otro lenguaje de su preferencia, como las imagines y la música.

Para construir su identidad deben desprenderse de sus padres, emocional y materialmente; de este modo podrán aumentar su autonomía, organizar un sistema valorativo y asumir el trabajo en forma creativa.

Los adolescentes de hoy deben construir y afirmar su identidad adulta, desarrollar modelos vinculares, madurar y desplegar su sexualidad, definir sus proyectos de futuro y conquistar su autonomía.

Los chicos que viven en condiciones de expulsión social construyen su subjetividad en situaciones. Los ritos, las creencias. El “choreo” y el “faneo”, son territorios de fuerte constitución subjetiva.

Las fiestas construye al pobre  solo en ese acontecimiento, al invitarlo a habitar su condición de otro modo. En la fiesta cuartetera, el pobre grita el malestar, produce allí una identidad grupal que no se continúa en otros ámbitos.