Discurso de Sergio Fajardo

Discurso de Sergio Fajardo

El inicio de nuestro camino en la política se dio como un movimiento cívico independiente, llamado compromiso ciudadano, el cual me ha acompañado en las contiendas electorales que me han dado la oportunidad de llegar tanto a la gobernación del departamento de Antioquia como a la alcaldía de la ciudad de Medellín; de modo que nuestra iniciativa ha tenido éxito, conservando a través del tiempo su carácter independiente.

Actualmente nos encontramos recorriendo el país, porque nuestro equipo de trabajo sabe muy bien lo que implica el trabajo en el territorio, yo personalmente sé que es una vereda, que es una vía terciaria para conectar con un corregimiento, que significa una comunidad campesina. Nuestra propuesta política nos ha acompañado en nuestro recorrido de manera permanente, la cual está enfocada en la lucha contra la corrupción y la propuesta de la educación como motor de la transformación; esto implica que lo que ponemos sobre la mesa es una mirada que permita pasar la página de la violencia y la ilegalidad, invitando a una reconciliación en torno a las confrontaciones que se presentan, buscando escribir una nueva página que sea una que brinde esperanza y fomente el respeto para y entre las personas, ese es el objetivo que hemos ido y queremos seguir construyendo.  Así que la síntesis del trabajo que hacemos y construimos es que la educación, sumada a la legalidad da lugar a las oportunidades.

El lema que manejamos dice que la verdad y la decencia siempre salen a delante, ligada a la forma que elegimos para comportarnos en torno al desarrollo y comprensión de la política, sin dar lugar a que las confrontaciones se conviertan en un espectáculo, porque esa es la manera en cómo creemos que se puede romper con la polarización y a la politiquería que hoy envuelve a Colombia. Debo reiterar una frase que ya he dicho en varias ocasiones: “la corrupción es una empresa criminal más difícil de combatir que las guerrillas y las bandas criminales, porque es un mal que se expande y permea a las instituciones públicas, generando así una incertidumbre y desconfianza en los ciudadanos”. Esto evidencia que el problema de la corrupción en nuestro país es de un carácter ético. La manera de cambiar esa realidad que hoy nos golpea es por medio de la democracia, manifestando en las urnas el descontento que actualmente tenemos los colombianos frente a la corrupción.  

La consolidación de los corruptos en el poder, parte de un proceso que se va construyendo desde las campañas políticas en miras a las contiendas electorales, porque es desde allí que se gestan los tráficos de influencias que posteriormente ponen en riesgo la administración de los recursos y del patrimonio del Estado. Por tanto, nuestra filosofía en la práctica es la de ni un peso por un voto, ni un puesto por un contrato. Es importante aterrizar las temáticas a la cotidianidad de las personas, por medio de un proyecto de cultura ciudadana enfatizado en la convivencia y la legalidad que, haga parte del objetivo del progreso de la educación en Colombia.  Pues es necesario darle el valor que se merece a la pedagogía para generar un cambio contundente y positivo en nuestra sociedad.  

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