Donación de Órganos. La existencia de vida después de la muerte

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Donación de Órganos
La existencia de vida después de la muerte

La donación y trasplante de órganos puede ser considerado uno de los tópicos que se ha posicionado en la coyuntura a nivel nacional y del que no podemos estar ajenos ni indiferentes como miembros de la sociedad. En base a esto, en el siguiente documento se pretende hacer hincapié en la relevancia de la donación y trasplante de órganos, como un instrumento que nos permite contribuir en la salvación de vidas humanas.  

Diversas son las opiniones y especulaciones cuando se habla sobre la donación y trasplante de órganos, en el presente documento entenderemos por trasplante lo normado por el Artículo 1° como “el proceso que implica el procuramiento y la extracción del órgano de un donante vivo o muerto y su implantación en el cuerpo del receptor” (Ley 19.451, 1996). Por otra parte, la donación será entendida y contextualizada como “un acto voluntario (…), mediante el cual una persona o su familia decide “donar” los órganos, para que sean extraídos del cuerpo e implantados en otra persona” (ISPCH, s/f). Finalmente, utilizaremos el concepto de donante potencial, entendido por Solar (2008) como “pacientes críticos cuya muerte se presume inminente, que cumplen con los requisitos para ser donantes sin contraindicaciones, existiendo una expresión de voluntad documentada (…) de donar sus órganos” (p. 265).

Salvar vidas

El trasplante de órganos con el paso de los años se ha vuelto una de las alternativas terapéuticas que posee alrededor de 1.700 personas en lista^[1] de espera a nivel nacional. “Los avances científicos durante los últimos 50 años han permitido encontrar tratamientos a enfermedades anteriormente incurables. Uno de los avances más relevantes son los trasplantes de órganos, donde el injerto permite la función del resto del organismo” (Solar, 2008. P. 263).

Considerada como una opción única para seguir viviendo, las personas a la espera de un corazón o de un hígado colocan todas sus esperanzas en los posibles donantes potenciales que podrían cambiar y mejorar su calidad de vida. Gracia (2001), es enfático al exponer que “los trasplantes de órganos han supuesto una auténtica revolución en el mundo de la medicina y se han convertido en un procedimiento imprescindible para el correcto manejo de patologías” (p. 13). Es así como se ha convertido en “un arma fundamental en la lucha contra la enfermedad y la muerte, asumida en mayor o menor medida por todos  los sistemas sanitarios del mundo” (Gracia, 2011, p.13).

Las afirmaciones anteriormente expuestas nos permiten comprender la relevancia de la donación y trasplante de órganos, y la contribución que podemos realizar como ciudadanos para mejorar la calidad de vida de muchas personas. Teniendo como precedente que, “actualmente el trasplante de órganos ofrece una opción real de restaurar la salud y salvar la vida de una persona, aumentando considerablemente su expectativa de vida” (Contreras, 2011, p. 83).

Organización del Procedimiento

Las listas de espera para un trasplante se han visto en alza, debido a la falta de donantes potenciales, en base a esto es que como gobierno en conjunto con el IST, han decidido llevar a cabo la implementación de diversas organizaciones que informen e incentiven a la comunidad a efectuar la donación. Tal como lo plantea Palacios (2002):

 La principal limitación para el trasplante, es la disponibilidad insuficiente de  
     órganos de origen cadavérico (…). Esto ha obligado a la creación, (…) de  
     organizaciones que se dediquen exclusivamente a la obtención de órganos, y por  
     otra, a la existencia de un cuerpo legal, que respalde la acción (p. 574).

Uno de los principales organismos que destaca en la búsqueda y el incentivo de la donación de órganos es La Corporación del Trasplante^[2], quienes por medio de diferentes aportes económicos han contribuido de manera satisfactoria en la pesquisa y procuramiento de órganos a nivel nacional, brindándole a la comunidad confianza con respecto al procedimiento. Es así como “la existencia de un cuerpo legal que respalde la actividad de (…) trasplante, a nivel nacional, otorga transparencia a una actividad susceptible a errores y críticas. La ley chilena vigente (…), permite manifestar la voluntad de donación en vida” (Palacios, 2002, p. 582).

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