EL CASO PETRO

“EL CASO PETRO”

Gustavo Petro fue en su época joven un militante de nivel medio del movimiento M-19; luego del proceso de paz y desmovilización de esta organización guerrillera, que sin duda ha cumplido a cabalidad, se presentó al Congreso de la República, primero como representante a la Cámara por Bogotá y luego como senador de la República y allí se destacó por los debates de control político y las investigaciones que evidenciaron prácticas ilegales de diverso tipo. Esto le valió ser reconocido como ser uno de los mejores congresistas, en su momento. Allí fue parte de los congresistas que crearon el PDI (Polo Democrático Independiente) alrededor de la candidatura presidencial de Lucho Garzón y luego de la candidatura de este a la Alcaldía de Bogotá.

Posteriormente, en 2010, decide aspirar a la Presidencia de la República a nombre del Polo Democrático Alternativo, con una votación respetable. En 2011 se presenta como candidato, por un movimiento de ciudadanos a la Alcaldía de Bogotá, luego de ser protagonista de tensiones en el interior del Polo y de su ruptura con este movimiento y logra el triunfo en parte por la gran dispersión del voto que se da con la presentación de cerca de cinco candidatos de la franja de votantes que podríamos considerar como de centro y de centro-derecha; es decir, logra ser la minoría más grande, lo cual le permite ganar pero con una débil gobernabilidad en el ámbito del Concejo Distrital. Obviamente Gustavo Petro no es propenso a acuerdos con los políticos de los partidos tradicionales y esto marcó la relación con el concejo de la ciudad, unas relaciones tensas que la caracterizaron. Desde el inicio de su gobierno algo que sorprendió fue la inestabilidad en el equipo de sus colaboradores y se fueron dando distanciamientos con algunos de ellos.

A finales de 2012 se produjo la tutela sobre el tema de basuras y esto dio pie para el inicio, por parte de la administración de la capital, del nuevo modelo de recolección de basuras, que evidentemente tenía la intención importante de vincular a los recicladores, pero que sin duda contó con niveles de improvisación en su puesta en marcha y de allí se va a derivar el proceso administrativo disciplinario de la Procuraduría que conllevó a calificar las faltas como gravísimas y concluyó en la sanción de destitución e inhabilidad política por quince años .

Inicialmente el Alcalde Petro parece asumir una especie de "proceso de ruptura" cuando dice que no van a presentar ternas para su remplazo, que él no es miembro de ningún partido político, lo cual es concordante con su desconfianza de largo plazo con los partidos políticos; pero una vez las cosas vuelven a su nivel se reconsidera esta decisión, como era lo esperable, y anuncian que sí presentarán terna y candidato para las elecciones atípicas. Lo deseable es que la sanción de quince

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