EL HORROR ECONOMICO

El mundo que habitamos está lleno de personas buscando el poder a cada instante, tratando de manipular a los demás a su antojo, postularse en contra y derrotar a quien se oponga. Todo esto se hace con el único fin de mantenerse de pie en esta crisis que vivimos. Crisis que inicia desde un punto ideológico de mayorías, donde la sociedad “exige” cambios que se producen desde las fallas institucionales, que no se adaptan ya a las necesidades de una población que evoluciona, y que no se puede alimentar de costumbres y pensamientos pasados que ya no solventan su vida.

Pero al analizar esta crisis totalitaria desde el punto donde interviene la economía es algo complejo, donde se retoman aspectos de la vida diaria tan indispensables que cada uno lleva a un todo y no se entiende donde está el fin y la solución de dicho problema. Pero ¿cuál es la solución? La escritora Viviane Forrester explica de manera exasperada su molestia ante la dominación que tienen unos cuantos poderosos, donde el gobierno juega el papel más importante, ante una sociedad que avanza con los “ojos cerrados” sobre un camino que no conduce a otra parte más que a la pérdida del valor y dignidad. Tomando como herramienta principal el trabajo de dichas personas como moneda de cambio para comprar un respeto que debe de darse por el solo hecho de ser humanos. Así como se les culpan a las personas no que cumplen con dichas expectativas para con los pocos poderosos, se les obliga a suplicar un empleo mal remunerado para encajar en la vida de la minoría absolutista.

La sociedad está inconscientemente manipulada por el consumismo, donde todos tienen la ideología de ser mejores si se apropian lo mejor, y es ahí donde entra el gobierno con la intervención al mercado donde no hace más que manejar la situación a su antojo y sembrar ideas en la sociedad para mantenerla entumida a sus voluntades, y es así cómo todos pasamos inevitablemente inadvertidos. Cuando nos dejamos manipular con la idea errónea de que si compramos las propuestas que los gobernantes nos ofrecen, tales como buenos empleos, mejores salarios, facilidades de crédito, estaremos en mejores condiciones, y presentando el momento de ver resultados no damos la vuelta atrás para darnos cuenta si en realidad recibimos lo que nos vendieron, y cuando entendemos que no fue así, sino un chantaje total y nos encontramos peor con el tiempo, no hacemos nada por reclamar nuestros derechos y cobrar todas las promesas hechas.

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