EL JOVEN DE HOY

Qué significa ser joven hoy: un aporte desde nuestra experiencia

Situando nuestra respuesta

El equipo articulador nos ha pedido responder a una pregunta muy amplia, un poco compleja y otro poco atrevida. Nosotros hemos decidido ser menos atrevidos en la respuesta que en la pregunta, hemos decidido acotarla un poco y también intentaremos ser sencillos y claros en las aproximaciones que expondremos a continuación.

En el ejercicio de poner límites a esta pregunta, encontramos pertinente precisar que esa pregunta tienes muy diversas respuestas, dependiendo de quién se la formule. Es decir, las respuestas son probablemente distintas si la pregunta se la formulan los propios jóvenes, si se la formulan los padres de esos jóvenes, si se la formulan sus maestros, si se la formulan los cientistas sociales, si se la formulan los sicólogos... en fin, que es importante decir claramente que el intento de respuesta a esta pregunta es responsabilidad directa y exclusiva del CECAFEC. Nosotros estamos intentando construir una respuesta, y esta presentación da cuenta de ese intento.

No estamos hablando en nombre de los jóvenes, ni de sus familias, ni de sus maestros... estamos hablando en nombre del CECAFEC y lo que diremos es resultado de nuestras propias percepciones, aprendizajes e interpretaciones. Sobra decir que lo que expondremos aquí no está cerrado, son algunos descubrimientos y aproximaciones siempre abiertos a enriquecerse, modificarse y también cambiarse totalmente, si la realidad nos va hablando de otras cosas, nos va mostrando otros colores y matices, si nuestra mirada se va enriqueciendo, ampliando, profundizando.

Por otro lado, encontramos oportuna una segunda precisión: desde dónde estamos hablando. Y es que también el desde dónde, y tal vez sobre todo el desde donde, nos ofrece una perspectiva de la realidad. Es diferente si esta pregunta se formula desde la reflexión filosófica, o desde el análisis sociológico o psicológico... Es distinto también considerando los distintos mundos juveniles existentes en nuestra sociedad, porque el mundo juvenil no es uno, son muchos, en múltiples condiciones y con múltiples expresiones.

Nosotros queremos contarles la respuesta que hemos seguimos construyendo a partir de una experiencia muy concreta: la que nos está dando nuestro trabajo de dos años ya con adolescentes y jóvenes que habitan en una zona denominada Valle San Rafael, en la ciudad de Esmeraldas, provincia de Esmeraldas, en la costa norte ecuatoriana.

Allí estamos ejecutando un proyecto denominado Fortalecimiento de la actoría de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Allí venimos desde hace dos años en un contacto permanente, cotidiano, cercano, cara a cara y hombro a hombro con cerca de 250 jóvenes, entre los 13 y los 21 años, más o menos.

Todos ellos, o en todo caso una amplísima mayoría en condiciones de marginalidad económica, como la propia zona donde viven. Todos ellos miembros de familias numerosas, muchas de ellas con estructuras como las cada vez más comunes: madres jefas de hogar, familias ampliadas con abuelas, tías, tíos, etc., que comparten el día a día, con muchos hijos, en muchos casos de distintos padres, con dificultades económicas serias, con niveles de instrucción muy bajos. Todos ellos depositarios de las maravillas de una cultura negra ancestral, valiente y alegre, rica en música, tradiciones, leyendas, y de las calamidades de una cultura negra que ha sufrido los embates de prácticas negadoras en los social, clientelares en los político, empobrecedoras en lo económico...

Es con estos jóvenes, en ese contexto difícil en todos los sentidos, que hemos querido aprender y seguimos aprendiendo algunas cosas. Es a partir de esa experiencia concreta que hemos construído esta respuesta aproximada a la pregunta qué es ser joven hoy. Esperamos, por supuesto, que esta reflexión sirva también para responder, al menos en parte, desde otros lugares y otros jóvenes.

Atreviéndonos a responder

Comencemos por el HOY

A los jóvenes con quienes nos relacionamos les ha correspondido ser jóvenes HOY, en este momento, en esta época, en este “cruce” de milenios. Sin aspirar a caracterizar exhaustivamente este hoy, tarea que supera los límites de lo que se nos ha solicitado, nos parece importante señalar algunos rasgos que nos den un cierto marco dentro del cual movernos.

- El joven de hoy... fue niño/a ayer

Aunque parezca una obviedad, es necesario explicitarla, porque nuestros jóvenes hoy vienen de la vivencia de una niñez en la que las formas adultas los han acostumbrado a callar, a obedecer, a guardar sus sentimientos, a esconder sus fantasías. Una niñez en la que sus juegos han sido descalificados e incluso castigados. Una niñez cargada de ausencias. Ese equipaje del pasado pesa y pesa mucho cuando se es joven, a veces es el origen de registros y actitudes pasivas, o revanchistas, o desafiantes, en fin, lo que nos importa marcar claramente es que el joven con quien hoy nos relacionamos FUE NIÑO/A y lo que vivió, aprendió, comprendió, sintió en su niñez, marca también su juventud.

- El joven de hoy... será adulto mañana

Este elemento marca en cambio la visión social en torno a los jóvenes. Por supuesto, hay muchos matices en la visión social, pero este es un matiz bastante relevante y permanente desde diversos enfoques. El joven está más cerca de ser adulto, por ello, hay más expectativas en torno a su futuro, a si será o no un “ente productivo” para la sociedad, más presiones sociales y exigencias de responsabilidad, más aspiraciones explícitas desde su familia y sus entornos inmediatos para que “madure”. En fin, la mirada social sobre la juventud como etapa de tránsito, como paso hacia, como puente para, genera una cadena interminable de presiones externas y también se auto-presiones. En fin, nos interesa marcar de manera insistente que los jóvenes viven esta mirada, les pesa y los presiona existencialmente... Es una mirada que le quita valor al HOY en sí mismo, por poner el peso en el mañana.

- El joven de hoy... en medio de la aceleración

Este mundo global, rápido, plagado de información de todo tipo y a todo nivel, ofertando sueños, imágenes inalcanzables, referentes espectaculares, vidas cinematográficas, objetos, formas, bienes, en fin... todo ahí, en el mundo de la imagen y los jóvenes allí, intentando procesar a toda velocidad, a veces sin intentarlo siquiera, dejando que pase lo que tenga que pasar y a ver qué sale, queriendo entender a veces y a veces derrotados porque no se entiende nada. En medio de ese mundo de

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